Ayuda

Joaquín Romero Murube

Biografía

Romero Murube, Joaquín. Los Palacios y Villafranca (Sevilla), 18.VII.1904 – Sevilla, 15.XI.1969. Poeta de la Generación del 27, prosista, periodista y director-conservador de los Reales Alcázares de Sevilla.

Nació y creció en el seno de una familia rural acomodada. Su padre, abogado liberal, llegó a ser presidente de la Diputación de Sevilla y de la Sociedad Económica de Amigos del País. Las primeras vivencias infantiles en el pueblo, su enorme capacidad para la observación, el amor por la tradición y por Sevilla, son temas a los que recurre con frecuencia en su literatura.

Inició las carreras de Filosofía y Letras y Derecho, teniendo que abandonarlas a los diecinueve años tras la muerte de su padre para ponerse al frente de su familia.

A pesar de esta circunstancia, siguió en contacto con sus compañeros y profesores de la Facultad, entre los que se encontraban Luis Cernuda, Pedro Salinas o Jorge Guillén. Frecuentó las tertulias literarias de la ciudad y entró en contacto con sus círculos intelectuales.

Romero Murube fue fundador y redactor-jefe de la revista literaria Mediodía y autor de su manifiesto, al que tituló “Nuestras normas”. Como consecuencia de las actividades que generaba la publicación, se relacionó con la pléyade de artistas que colaboraban en la revista con sus artículos: García Lorca, Aleixandre, Manuel de Falla, Gerardo Diego, Villalón, Dámaso Alonso y otros tantos. A instancias del Ateneo hispalense y de los donceles de Mediodía se fraguó el denominado “mayor mitin poético dado en la historia de la literatura”, el llevado a cabo en la capital andaluza en 1927 para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora.

El destino del poeta quedó definitivamente marcado en 1934 al ser nombrado director del Alcázar, cargo en el que permaneció hasta su muerte. El palacio se convirtió en marco idóneo de inspiración y en lugar de encuentro con sus compañeros de letras. Este nombramiento le permitió conocer a las personalidades más relevantes de la sociedad de su tiempo: jefes de gobierno, científicos, intelectuales, etc. Entre este mundo rutilante de estrellas, Murube siempre manifestó una especial predilección por sus amistades literarias.

En 1935 se casó en Madrid con su prima Soledad Murube Cardona. El matrimonio no llegó a tener descendencia.

Romero Murube estuvo muy ligado a la Semana Grande de Sevilla: fue hermano de la Soledad de San Lorenzo, pregonero de la Semana Santa sevillana en 1944 y miembro fundador del Consejo de Hermandades y Cofradías. Como comisario del Patronato Artístico Nacional desempeñó una labor fundamental en defensa de importantes edificios que salvó de la piqueta, así como en la recuperación para el Patrimonio de Sevilla de valiosas piezas artísticas.

Su poesía deja patente un especial acercamiento a los tradicionales poemas arábigo-andaluces. En las viejas casidas halló el tipo de composición que mejor se adaptaba a su personalidad. El agua, la mujer, las flores, Sevilla, la luz, se hacen sentimiento en sus versos melancólicos y a la vez vitalistas.

En cuanto a sus escritos en prosa, consigue un dominio prodigioso. Vicente Aleixandre llegó a decir: “Es sin duda uno de los más altos prosistas, estaba a la cabecera de nuestros escritores”.

A Joaquín Romero Murube se le considera, asimismo, maestro del nuevo periodismo. El Liberal, ABC y El Correo de Andalucía acogieron la mayor parte de sus artículos, erigiéndose desde ellos en defensor de los valores tradicionales de la ciudad. El prestigio conseguido como escritor le permitió convertirse en los últimos años en el más temido crítico de alcaldes, gobernadores o cardenales, a sabiendas del poder acumulado por estos cargos en aquellos tiempos.

La noche del 14 de noviembre de 1969, cenó en compañía de Jaime García Añoveros (años después ministro de la Transición), Pablo Atienza, marqués de Salvatierra, Manuel Olivencia (que sería comisario de la Expo-92) y sus respectivas esposas. Romero Murube recordó la alocada etapa de Mediodía y deleitó a los comensales refiriendo anécdotas de su amistad con Lorca y Falla. A la una de la madrugada lo dejaron en la puerta del Alcázar. Horas más tarde se sintió indispuesto y falleció.

En su dilatada trayectoria literaria y profesional le fueron reconocidos sus méritos con cuantiosos premios, condecoraciones o nombramientos, entre los que cabe destacar la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Cruz de Alfonso X el Sabio, el Premio Adonais de Poesía y el Premio Ciudad de Sevilla. Fue, además, miembro de la Academia Sevillana de Buenas Letras y de la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría.

 

Obras de ~: La tristeza del conde Laurel, Sevilla, La Novela del Día, 1923; Prosarios: prosarios del pueblo y del campo [...], Sevilla, Tipografía Gironés, 1924; Hermanita amapola, Sevilla, La Novela del Día, 1925; Sombra apasionada, Sevilla, Mediodía, 1929; Dios en la ciudad, Sevilla, Editorial Sevillana, 1934; José María Izquierdo y Sevilla, Sevilla, Imprenta Municipal, 1934; Siete romances, Sevilla, Imprenta Alemana, 1937; Sevilla en los labios, Sevilla, Mediodía, 1938; Canción del amante andaluz, Barcelona, 1941; El Alcázar de Sevilla. Guía, Barcelona, 1943; El discurso de la mentira, pról. de E. Montes, Madrid, Revista de Occidente, 1943; Pregón de la Semana Santa, Sevilla, 1945; Kasida del olvido, Madrid, Editorial Hispánica, 1945; Tierra y canción, Madrid, Editora Nacional, 1948; Ya es tarde, Sevilla, 1948; Memoriales y divagaciones, Madrid, 1951; Silences d’Andalousie, Ginebra, 1953; Pueblo lejano, Santander, Talleres Gráficos Hermanos Bedia, 1954; Village lointain, Ginebra-Lausana, 1958; Lejos y en la mano, Sevilla, Gráficas Sevillanas, 1959; Los cielos que perdimos, Sevilla, Gráficas Sevillanas, 1964 (carta-pról. a la 1.ª ed. e introd. de F. López, Sevilla, Hermandad Sacramental de la Soledad, 1995); Francisco de Bruna y Ahumada, Sevilla, Ayuntamiento, Delegación de Cultura, 1965; Verso y prosa, pról. y selecc. de F. López Estrada, Sevilla, Ayuntamiento, [Delegación de Cultura, Sección de Publicaciones], 1971; Sevilla. Antología, pról. y selecc. de F. Ortiz, Sevilla, Fundación El Monte, 1994; Artículos (1923-1968), pról. de A. Burgos, recop., selecc. y notas de A. Pastor Torres, Sevilla, Hermandad Sacramental de la Soledad, 1995; Palabra de luz. Una antología apasionada, introd. de J. Lamillar, Sevilla, Editorial Andaluza de Periódicos Independientes, 1999; con L. Montoto, J. Rodríguez de la Orden, V. Traver y A. Grosso, Casas y calles de Sevilla, Barcelona, Libanó, 2001, págs. 91-129; Obra poética, est. prelim. y análisis de la poesía por C. Maestre Moreno, Sevilla, Fundación Cultural del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla, 2004 (col. Alarife, 6).

 

Bibl.: D. Musacchio, La revista Mediodía de Sevilla, Sevilla, Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1980, págs. 24, 26, 28, 32 (65-68), 72 (75-78), 86, 100, 109, 120-121 (128-134), 158 (171-174), 184, 191-192, 196 y 198-199; La Sevilla de Joaquín Romero Murube, pról. de M. Barrios, selecc. y coment. de C. Cobreros, Sevilla, 1980; R. Manzano, “Poetas y vida literaria en los Reales Alcázares de la ciudad de Sevilla”, en J. Guerrero Lovillo, R. Manzano Martos y E. de la Vega Viguera, Tres estudios sobre Sevilla, Sevilla, Real Academia Sevillana de Buenas Letras, 1984, págs. 76-79; D. Pineda Novo, La Semana Santa de Sevilla en la Generación del 27, Sevilla, 2002, págs. 103-112; J. M.ª Barrera López, “Romero Murube, Joaquín”, en E. Barrero González (dir.), Diccionario de Ateneístas de Sevilla, vol. I, Sevilla, Ateneo de Sevilla, 2002, págs. 365-368; E. Ibarra, “Joaquín Romero Murube. 1934-1969”, en Los conservadores municipales del Alcázar, Sevilla, Patronato del Real Alcázar de Sevilla, 2003, págs. 65-94; J. Arbide, La leyenda de Joaquín Romero Murube: 175 imágenes históricas, Sevilla, RD Editores, 2003; C. Maestre Moreno, “Joaquín Romero Murube. El poeta de la Calle Real”, en VV. AA., Personajes históricos de Los Palacios y Villafranca, Los Palacios y Villafranca (Sevilla), Ayuntamiento, 2003, págs. 185-201; P. Márquez Romero, Poeta en Sevilla. El Memorial de Joaquín Romero Murube, Los Palacios y Villafranca (Sevilla), El Desembarco, 2004.

 

Claudio Maestre Moreno