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Baltasar Vélez de Guevara

Biografía

Vélez de Guevara, Baltasar. Madrid, 13.I.1673 baut. – Océano Atlántico, 1724. Teniente general de la Armada.

Hijo natural de Beltrán de Guevara, duque de Nájera, y de Teresa de Vinuese, natural de Salamanca, ambos solteros. Fue bautizado en la parroquia de San Martín de Madrid el 13 de enero de 1673.

A finales del siglo XVII la España de Carlos II estaba sumida en una profunda crisis: en 1688 estalló la revuelta catalana y, en 1700, se agravaron los problemas sucesorios con la muerte del Monarca, no sin antes dejar como heredero a Felipe de Anjou, que reinaría con el nombre de Felipe V; este nombramiento fue, en principio, aceptado por las potencias europeas excepto Nápoles.

Pero el error de mantener los derechos monárquicos de Felipe V a la Corona gala provocó la formación de una gran alianza contra la Casa de Borbón integrada por Inglaterra, Holanda y Austria, a la que se unieron posteriormente Portugal y Saboya (1703), con el propósito de reinstaurar en España la Casa de Austria en la figura del archiduque Carlos, lo que desembocó en la Guerra de Sucesión (1702). Dentro de España, fue también una guerra civil entre los partidarios de ambos pretendientes, es decir, a grandes rasgos, entre las antiguas Coronas de Castilla y Aragón. La guerra finalizó en 1713 con el Tratado de Utrecht, que fue muy desfavorable para los intereses españoles, pues supuso la desmembración de España, con la pérdida de las posesiones en Italia, los Países Bajos y, sobre todo, Gibraltar y Menorca. Pero la ansiada paz no se alcanzó todavía, pues la guerra civil continuó hasta la toma de Barcelona (1714) y Mallorca (1715).

Vélez de Guevara siguió la brillante carrera de su padre, que fue general de las galeras. Empezó sirviendo de aventurero en 1695 y más tarde de soldado de la galera capitana. Después obtuvo los grados de capitán de mar y guerra, capitán de galeras y jefe de escuadra de galeras. Entre sus mandos a flote destacan los de capitán de la galeota San José, capitán de la galera Patrona y, durante los años 1705 y 1706, mandó una escuadra de galeras con la que tomó parte en el socorro de Orán, plaza cuya defensa había quedado muy debilitada al detraérsele varias compañías para emplearlas en el intento de reconquista de la plaza de Gibraltar. Vélez de Guevara, dirigiendo las embarcaciones menores desde una falúa, protegió la retirada de la guarnición, durante la evacuación de la plaza, bajo el fuego nutrido de la artillería de los moros que trataban de impedir la mencionada evacuación.

Durante la Guerra de Sucesión participó en la campaña que condujo a la toma de Tortosa (1708) y, durante el ataque que se hizo contra la plaza de Alicante, desembarcó en la playa la artillería que sería decisiva para lograr la rendición de dicha plaza. De allí pasó a las costas de Cataluña donde participó en las operaciones que tuvieron como resultado la rendición de Barcelona, sitiada desde agosto de 1713 y, estando destacado sobre Mataró con tres galeras, recibió aviso del caballero de Reves, comandante de dicha plaza, de la proximidad de dos navíos catalanes de veintidós y doce cañones que se dirigían a Barcelona procedentes de Génova con gente de guerra y que constituían una fuerza muy superior a la suya. Vélez de Guevara se enfrentó para impedirles la entrada y los navíos se rindieron tras un encarnizado combate en el que su propia galera resultó muy dañada, perdiendo el espolón y sufriendo muchas bajas; dicha acción fue estimada como notable y mereció el aprecio Real. Después, a las órdenes del marqués de Alegre, protegió la descarga de las embarcaciones que efectuaban el desembarco en la playa del río Llobregat (1714) y apresó también varias embarcaciones que intentaban introducir víveres en Barcelona para alivio de los sitiados.

Ese mismo año de 1714, Felipe V, en atención a sus relevantes servicios, le hizo merced de la encomienda de la Reina en la Orden Militar de Santiago con una renta anual de 12.607 reales de vellón. Por Real orden (R.O.) de 22 de abril de 1715 se le expidió Real patente de jefe de escuadra, siendo el segundo en antigüedad de los tres jefes de escuadra de galeras con que contaba la Armada, a las órdenes de José de los Ríos, gobernador de dichas galeras.

En 1716, los turcos declararon la guerra a la República de Venecia, atacaron Morea y amenazaron a los estados imperiales de Dalmacia y Hungría. España, recordando los tiempos de la Santa Liga y sus obligaciones morales contra los infieles, movilizó una escuadra de seis navíos de línea al mando de Esteban de Mari y otra de cinco galeras a cargo de Vélez de Guevara en auxilio de los venecianos. Los turcos, al mando del bajá Dianum Codgia habían desembarcado en la isla de Corfú, en julio, una fuerza de treinta mil infantes y tres mil caballos y pusieron cerco a la ciudad después de ocupar las alturas colindantes. El 18 de agosto tuvo lugar el primer asalto, sin resultados; este asalto no pudo ser repetido por divisar a las escuadras españolas y venecianas que se aproximaban en socorro de Corfú. Los turcos levantaron el cerco y emprendieron el reembarco precipitado de sus tropas, abandonando gran parte del material de guerra y sanitario. Tanto Mari como Guevara, unidos a la escuadra de Venecia, propusieron su persecución por considerarlos más débiles y desmoralizados. No fue de la misma opinión el almirante de la República de Venecia Andrea Pisan que tenía en sus planes la recuperación de las plazas de Butrinto y Santa Maura.

El emperador de Austria alteró el frágil equilibrio existente al ordenar la entrada de sus tropas en territorio genovés y al tratar de permutar con el duque de Saboya la isla de Cerdeña por la de Sicilia, haciendo compensación de territorios en Lombardía, con lo que rompía la neutralidad de Italia. Para ello convenció a Inglaterra, Francia y Holanda y con la seguridad que le daba la inhibición de estas potencias, mandó detener y registrar al inquisidor general José Molinés que, en viaje de Roma a Madrid, atravesaba Milán, estimando España que debía responder con energía.

A tal efecto y con la máxima celeridad y reserva, en julio de 1717 zarpó de Barcelona una expedición de navíos y galeras que escoltaban un convoy de ochenta buques que transportaban nueve mil infantes y seiscientos caballos, así como la artillería de sitio y campaña, víveres y repuestos. La fuerza se organizó en dos divisiones, la primera con insignia del vicealmirante marqués de Mari y la segunda al mando del jefe de escuadra Vélez de Guevara; las galeras estaban al mando del también jefe de escuadra Francisco Grimau. Las tropas estaban al mando de Juan Francisco de Bette, marqués de Lede. Debido al secretismo de la operación, a las maniobras de diversión y a las calmas que soportó la primera división, Guevara, debido a los vientos favorables, llegó al golfo de Cagliari (Cerdeña) el 9 de agosto, sin otras órdenes que esperar la llegada del marqués de Mari, quien lo hizo once días más tarde, con lo que se perdió el factor sorpresa, ya que los isleños con el aviso de los primeros buques se aprestaron a defenderse de la invasión, mejorando las defensas de la capital y haciendo acopio de víveres y efectos. El desembarco, bajo la protección de la artillería de galeras y fragatas, se produjo sin bajas. El 2 de octubre se produjo la capitulación de Cagliari y, a continuación, sin apenas resistencia, el resto de la isla, con lo que el 23 de noviembre estaban los buques de regreso en Barcelona.

Este éxito previno a las potencias europeas encabezadas por Gran Bretaña quien amenazó con destacar su flota al Mediterráneo, por lo que Alberoni, sigilosamente, mandó alistar en Barcelona una escuadra de catorce navíos, dos bombardas, diecisiete fragatas y siete galeras, doscientas setenta y seis naves de transporte que llevaban un total de treinta y seis mil hombres y ocho mil caballos con sus correspondientes pertrechos. La escuadra estaba al mando del general Gaztañeta, mandando Vélez de Guevara una división de dicha escuadra, mientras que las tropas de desembarco estaban dirigidas por el marqués de Lede. Dicha escuadra salió a la mar el 19 de junio de 1718 y, después de recalar en Cagliari para embarcar más tropas, se dirigió a Palermo, donde desembarcaron las fuerzas terrestres el 1 de julio, siendo recibidas con júbilo por sus habitantes y entrando los buques en puerto a continuación. Una vez tomada Sicilia, fue nombrado virrey el referido marqués de Lede, y Vélez de Guevara fue destacado a Malta con su división para pedir al gran maestre el regreso de los sicilianos que habían abandonado el servicio de las galeras. Al reincorporarse a las fuerzas de Gaztañeta, las encontró, el día 11 de agosto de 1718, combatiendo contra la escuadra inglesa del almirante Byng que, con una fuerza superior compuesta por veintiún navíos de línea, había atacado a la española en las inmediaciones de Cabo Passaro, en la costa oriental de Sicilia, sin previa declaración de guerra. Cuando llegó Guevara a las inmediaciones del combate, la situación era ya desesperada puesto que la escuadra española, perseguida por la inglesa, se había fraccionado encontrándose la retaguardia, al mando del marqués de Mari, con su buque insignia, el Real, apresado y tres fragatas varadas por sus comandantes para evitar que cayeran en poder de los ingleses; el Real Felipe, insignia de Gaztañeta, atacado simultáneamente por siete navíos y en situación desesperada, por lo que Gaztañeta, para evitar que los navíos de Guevara, San Luis y San Juan, que habían acudido en su auxilio, cayeran en poder del enemigo, mandó arriar la bandera con el fin de que lo advirtiese Guevara y, viendo todo perdido, tuviese tiempo de huir, cosa que consiguió a pesar de la derrota de la escuadra española, pudiendo retirarse con sus buques a un puerto de Sicilia. Regresó a Cádiz en octubre del mismo año, apresando durante el viaje a una fragata enemiga.

El 17 de febrero de 1720, caído Alberoni, España se adhirió a la Cuádruple Alianza, lo que trajo consigo la renuncia a Cerdeña y Sicilia. Este período de paz fue aprovechado para organizar el auxilio a la plaza de Ceuta, que se hallaba sitiada desde 1694 por los moros que habían cortando el istmo, teniendo que ser socorrida por mar desde España.

Ascendido a teniente general, mandó la flota de Indias, con la que hizo un viaje redondo desde Cádiz, regresando con caudales y frutos preciosos de ultramar el 20 de diciembre de 1721. Al presentar al Rey la noticia de los fraudes de los ingleses en la feria de Portobello, con el refuerzo de una petición del comercio de Andalucía, consiguió que se armasen allí los correspondientes guardacostas para defender la libertad de los puertos y comercio del continente americano.

El general Vélez de Guevara murió en 1724 cuando, en un viaje a Costa Firme, a consecuencia de un violento huracán, se fueron a pique los navíos de azogues Guadalupe y Tolosa (navío de su insignia), pereciendo la totalidad de sus tripulaciones.

Así desgraciadamente concluyó su carrera el general Baltasar Vélez de Guevara, a los cincuenta y un años de edad, cuando en su alta capacidad y honrosos antecedentes se fundaban las más lisonjeras esperanzas.

Fue considerado por la Armada como uno de los más entendidos generales de su época, como un militar esforzado y como dechado de nobleza y lealtad que ayudó con éxito a fortalecer la organización y desarrollo de la Armada de su tiempo.

 

Fuentes y bibl.: F. de P. Pavía, Galería biográfica de los generales de Marina, Madrid, Imprenta J. López, 1873; F. F. Olesa Munido, La organización naval de los estados mediterráneos y en especial de España durante los siglos XVI y XVII, Madrid, Instituto de Historia Naval, 1968; La galera en la Navegación y en el combate, Barcelona, Francisco Felipe Olesa Munido, 1971; C. Fernández Duro, Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón, Madrid, Editorial Naval, 1972; J. P. Merino Navarro, La Marina de guerra española en el siglo XVIII: organización, personas y bases materiales, Madrid, FUE, 1981; P. Molas Ribalta, Manual de Historia de España, Edad Moderna (1474-1808), Madrid, Espasa Calpe, 1988; R. Valladares Roldán, Aportación madrileña a la historia del mar, Madrid, Comunidad Autónoma, 1992; J. Cervera Pery, Panteón de marinos ilustres, trayectoria histórica y reseña biográfica, Madrid, Ministerio de Defensa, 2004.

 

José Manuel Palencia Luaces