Guijo Navarro, Enrique. Córdoba, 1.IV.1871 – Madrid, 12.XII.1955. Ceramista.
La pérdida de su padre a muy corta edad determinó la marcha a Sevilla junto a su madre, en busca de formación y trabajo.
Por medio del concejal hispalense Luis Palomo Ruiz se colocó en el taller del escenógrafo Antonio Matarredona.
Pronto descubriría su inclinación hacia la cerámica, y con la mediación de Gestoso entró a trabajar en la fábrica trianera de los hermanos Mensaque.
Posteriormente se marchó al alfar de Manuel Rodríguez, donde aprendió las técnicas y secretos del barro.
En torno a 1900 se trasladó a Madrid, quizá tras los pasos del político protector, quien fue designado diputado en las Cortes Generales. Ya en la capital se introdujo en los círculos intelectuales, y pronto empezó a realizar decoraciones al fresco para los palacios más importantes, así como la Sala de Armas del palacio del duque de Medinaceli o catorce estancias para el palacio de los duques de Osuna.
La idea de trabajar en la actividad cerámica fue una constante en él desde que llegó a Madrid, pero como ésta era muy escasa en la ciudad, sus amigos le animaron a que visitara Talavera y estudiase la posibilidad de reiniciar la producción de la cerámica artística, perdida casi por completo.
En 1907 llegó a Talavera y planteó su proyecto a Emilio Niveiro, dueño del único alfar que quedaba, pero éste, ante la bonanza de su negocio, no aceptó la idea. Más tarde conoció a Juan Ruiz de Luna Rojas, quien, al ver la calidad de unas pruebas realizadas por Guijo en el alfar de Niveiro, aceptó el reto, por lo que el 8 de septiembre de 1908 se abrió el alfar Nuestra Señora del Prado, en el que Guijo fue el primer director artístico.
Permaneció en Talavera hasta finales de 1910, donde realizó en esos años una labor esencial como ceramista, pues se había partido de la nada, a la vez que dejó formado a Francisco Arroyo Santamaría, quien lo sustituyó en la dirección artística. De esta etapa talaverana hay muy poca obra firmada por él, ya que en las piezas se ponía la marca de la fábrica, y en la azulejería la razón social. Aun así, puede afirmarse que todos los paneles y grandes piezas de loza de 1908 y 1909 pasaron por sus manos de artista.
Su vuelta a Madrid se debió a la consecución de una plaza en la Escuela de Cerámica, que abrió en 1911 bajo la dirección de Francisco Alcántara.
En 1913 obtuvo el tercer premio en la Exposición Nacional de Artes Decorativas, con la obra de azulejos Plano renacentista.
Durante su estancia en la capital compatibilizó la actividad docente con la comercial, pues abrió una tienda en la calle Mayor, n.º 80, y posteriormente un horno en Carabanchel, donde se cocieron múltiples paneles publicitarios para establecimientos públicos, así como los azulejos para la decoración de la estación del metro Red de San Luis.
En 1925 obtuvo por oposición la plaza de conservador de edificios municipales, con vivienda en el propio Museo Municipal, cargo que desempeñó hasta 1944.
En el taller de cerámica contó con varios colaboradores, entre ellos el ceramista Alfonso Romero Mesa, Fidel Blanco, Joaquín Bustillo y su propia hija, Enriqueta Guijo Ternero, profesora de Dibujo y Cerámica en la Escuela Municipal de Oficios.
Obras de ~: Decoración al fresco de la fachada de la Casa de la Panadería en la Plaza Mayor, Madrid, 1914; Restauración del techo de Claudio Coello en la Casa de la Panadería, Madrid; Restauración de la azulejería antigua de Talavera en la Casa de la Panadería, Madrid, s. f.; Restauración y limpieza de los frescos de Palomino en la Casa de la Villa, Madrid, s. f.; Paneles cerámicos publicitarios para la Librería de Bibliófilos Españoles, Madrid, travesía del Arenal, c. 1928; Paneles de azulejos para La Antigua Huevería, Madrid, calle de San Vicente Ferrer, 28, c. 1915; Paneles de azulejos para Farmacia Juansé, Madrid, calle de San Andrés, n.º 3, c. 1925; Paneles de azulejos para Vaquería la Tierruca, Madrid, avenida de Monte Igueldo, 1920; Paneles de azulejos para el bar Los Gabrieles, Madrid, calle de Echegaray, n.º 17, que proceden de la estación de metro Red de San Luis, Madrid, 1920-1930.
Bibl.: J. Cascales Muñoz, Las bellas artes plásticas en Sevilla: la pintura, la escultura y la cerámica artística desde el siglo xiii hasta nuestros días: apuntes históricos y biográficos, Toledo, Colegio de Huérfanos de María Cristina, 1929; L. Agromayor, Tiendas de Madrid, Madrid, Susaeta, 1992; A. Sánchez-Cabezudo Gómez, “Enrique Guijo, un ceramista esencial en el siglo xx”, en VV. AA., La cerámica española y don Quijote, Toledo, Empresa Pública Don Quijote, 2005; A. Sánchez-Cabezudo Gómez, “El alfar de Ruiz de Luna: artífices y obras de loza”, en El arte redivivo. Primer centenario de la fábrica de cerámica Ruiz de Luna, Toledo, Ayuntamiento de Talavera, 2008.
Ángel Sánchez-Cabezudo Gómez
