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Diego de Gumiel

Biografía

Gumiel, Diego de. Villadiego (Burgos), p. s. xvi – Lima (Perú), c. 1546. Conquistador y encomendero.

Diego de Gumiel fue hijo de Lorenzo de Gumiel y de Constanza de Ubierna, vecinos de las Rebolledas.

Pasó a Indias en 1528 y comenzó sus servicios en Perú como maestre de sala o de campo del gobernador Francisco Pizarro, cargo que detentaba en 1537.

Participó en calidad de alférez en la guerra de las Salinas en 1538, contribuyendo a la prisión de Diego de Almagro. Tras esta contienda, Diego de Gumiel recibió de Francisco Pizarro, en encomienda, la mitad del pueblo de Parinacocha, situado en la jurisdicción de Cuzco. Este repartimiento rentaba cada año 25.000 pesos de oro.

Posteriormente, cuando en Cuzco los almagristas mataron al gobernador, Gumiel acompañó a Gómez de Mazuelas a recibir a Perálvarez Holguín, que se acercaba a Cuzco, aunque no se sabe si lo siguió a la batalla de Chupas o se quedó para defender Cuzco.

En 1544, Diego de Gumiel no tuvo más remedio que unirse a Gonzalo Pizarro que estaba reuniendo gente para su gran rebelión. A la par que se unía a los rebeldes escribió al virrey informándole que estaba con Pizarro, tan sólo, para salvar la vida. Gumiel fue nombrado capitán de piqueros o de infantería en la guerra de Quito, contando con doscientos soldados bien aderezados, para dirigirse desde Cuzco hasta Lima.

El burgalés fue uno de los más importantes capitanes rebeldes y formó parte del Consejo de Guerra, aunque poco a poco se fue apartando de la causa pizarrista.

La actitud de Diego de Gumiel cambió radicalmente y proclamó que Gonzalo Pizarro no merecía tener el gobierno de Perú, a la vez que culpaba a los oidores de la Audiencia de haberle proclamado gobernador y haber desterrado al virrey. Estas ideas subversivas llegaron a oídos de Gonzalo Pizarro a través de Martín de Robles. Diego de Gumiel fue llamado a presentarse ante Gonzalo Pizarro que le condenó a muerte. El preso se intentó escapar sin éxito, sufriendo la pena del garrote. Al amanecer, en una tabla, cuatro criados sacaron el cadáver a la Plaza Mayor.

El verdugo degolló el cuerpo en la picota y luego se le colgó en un rollo. Hay quienes apuntan que su cuerpo y cabeza fueron enterrados en la catedral, y Cieza indica que fue enterrado en el monasterio de Santo Domingo. Diego de Gumiel, tras la batalla de Añaquito, a pesar de estar muerto, fue acusado de traidor por su vinculación con Gonzalo Pizarro, y por sentencia dada en Los Reyes, el 27 de octubre de 1549, le fueron confiscados todos sus bienes, tanto en Perú como en Castilla.

Diego de Gumiel contrajo matrimonio con Catalina de Santa Cruz, hija de Sancho de Villadiego, en el pueblo de Villadiego, a fines de 1527 o principios de 1528. El matrimonio marchó a Sevilla, con la intención de que Diego pasara a Perú, llevando un cargazón de su suegro. Partió a Perú dejando una niña, María de Gumiel, de cuatro meses de edad (en ocasiones aparece como María López de Gumiel), quien se crió con su abuela paterna en el pueblo de Santibáñez. María de Gumiel se casó con Sebastián de Angulo.

Celebrado el juicio contra los rebeldes que habían seguido a Gonzalo Pizarro, Diego de Gumiel fue condenado a la pérdida de su honra, fama y a todos sus bienes en América y en España. Sus bienes muebles, oro, plata, joyas y piedras, en América habían sido confiscados, como se apunta anteriormente, por Gonzalo Pizarro. La mitad del pueblo de Parinacocha, su encomienda, fue dada a otra persona.

En España, el día 5 de septiembre de 1550 se dio una orden para realizar la descripción de los bienes del acusado.

María de Gumiel y Constanza de Ubierna van a presentar pleitos ante el Consejo de Indias, contra el embargo, alegando que Diego de Gumiel era inocente de la acusación de traidor, pidiendo que se le restituya la fama, memoria y bienes. María de Gumiel, solicitó al fiscal del Consejo de Su Majestad, la restitución de la honra, de la fama y bienes de su padre, haciendo probanza e información de sus méritos, en 1565. El fallo del tribunal declaró que María de Gumiel probó su petición y demanda, por lo tanto en Madrid, con fecha de 28 de mayo de 1566, el licenciado Cianca, juez de comisión de las provincias de Perú, restituyó a Diego de Gumiel y a su familia su buena honra y fama, pudiendo reclamar todos sus bienes, en tierras americanas y en Castilla.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Patronato, leg. 280 n.2 r.26 y r.29; leg. 281 n.1 r.48; leg. 282 n.1 r.82, leg. 282 n.1 r.122; Patronato leg. 282 n.1 r.167; leg. 290 r.65; leg. 292, n.3 r.20; Justicia, leg. 1084 n.2 r.4.

R. Levillier, Gobernantes del Perú. Cartas y Papeles del siglo xvi, Documentos del Archivo del Indias, t. II, Madrid, 1921, pág. 286; P. Boyd-Bowman, Índice geobiográfico de más de cuarenta mil pobladores españoles de América en el siglo xvi, t. I, Bogotá, 1964, n.º 2468; A. de Zárate, Historia del Descubrimiento y Conquista del Perú, ed., introd. y notas de D. Mchanon, Buenos Aires, Universidad, 1965, pág. 134; D. Cieza de León, Obras completas, ed., de C. Sáenz de Santa María, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1985; J. A. Busto, Diccionario Histórico-Biográfico de los Conquistadores del Perú, t. II, Lima, Librería Studium, 1986, págs. 202-203; J. de la Puente Brunke, Encomienda y Encomenderos en el Perú, Sevilla, Diputación Provincial, 1992, pág. 369; A. Pereda López, La Emigración Burgalesa a América durante el siglo xvi, tesis doctoral, Burgos, Universidad, 1997 (inéd.); La emigración burgalesa a América durante el siglo xvi, Burgos, Caja de Burgos, 2000, pág. 195; Conquistadores y Encomenderos Burgaleses en Indias (1492-1600), Burgos, Universidad, 2001, págs. 77-78, 81, 86-87 y 161.

 

Ángela Pereda López