Carnicero Rodríguez, José María. Madrid, 29.III.1876 – 10.IX.1936. Arquitecto.
Entre los arquitectos madrileños para los que el Modernismo supuso algo más que una moda decorativa asumible dentro de un contexto ecléctico, José Carnicero es probablemente uno de los más destacables, debido sobre todo a la constancia y fidelidad con que aplicó los repertorios modernistas durante los años de mayor vigencia del estilo en las primeras décadas del siglo xx. A diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, que aceptaron las nuevas formas de un modo pasajero y superficial —y siempre alternándolas o combinándolas con diversos lenguajes históricos—, Carnicero recurrió a la ornamentación modernista de manera casi exclusiva; tal y como queda patente en la práctica totalidad de las obras que proyectó entre 1907 y 1919, donde se manifiesta una clara influencia de diversas corrientes del Modernismo internacional (la secesión vienesa y el liberty italiano, fundamentalmente).
Nació en el seno de una familia perteneciente a la pequeña burguesía madrileña —su padre era farmacéutico— y, como muchos de los miembros de esta clase, se decantó profesionalmente por un oficio liberal, en su caso la arquitectura. En los cursos preuniversitarios destacó especialmente en las asignaturas de dibujo, al igual que durante la carrera realizada en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid.
Concluyó los estudios en 1906, pero no obtuvo el título oficial hasta el 23 de febrero de 1907. De este período hay que resaltar el hecho de que asistió como alumno a las sesiones del VI Congreso Internacional de Arquitectos, celebrado en la capital en 1904, un acontecimiento de gran trascendencia para el ámbito profesional, donde se debatió precisamente el tema del Modernismo; algo que sin duda no debió de dejarlo indiferente.
Desde sus primeros trabajos —incluidos los de carácter menor— hizo ostensible su predilección por las ornamentaciones modernistas. Con ellas adornó en 1907 dos curiosas construcciones provisionales destinadas a cinematógrafo: el Coliseo del Noviciado, donde incluyó excepcionalmente las sinuosidades vegetales características del art nouveau francés, y el Coliseo España, más influido por las fórmulas decorativas de inspiración centroeuropea e italiana que son habituales en su obra. Fueron estas referencias las que incorporó, con mayor moderación, en dos proyectos no realizados que diseñó en 1908, como son un mercado en la calle de Valencia y, principalmente, un Palacio de Justicia, por el que recibió una medalla de 3.ª clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada aquel año. Inmediatamente después llevó a cabo algunas de sus mejores intervenciones, entre las que sobresalen la reforma y ampliación de los edificios de viviendas de la calle de las Infantas (1908-1911) y la calle de los Estudios (1909-1911) —este último demolido—, donde empleó un imaginativo lenguaje modernista de aspecto cosmopolita, que alcanza unas cotas de singular calidad en la traza de las rejerías y los elementos decorativos de escayola o piedra artificial.
Con estos edificios inició una larga serie de construcciones domésticas, de características muy similares, que entre 1912 y 1919 lo consolidaron como uno de los arquitectos más activos de la capital y mejor valorados por varios de los principales promotores madrileños. A esta etapa corresponden algunas obras estimables, caso de los edificios de viviendas de la plaza de Cascorro (1912-1913) y la del Dos de Mayo (1913-1915), y los de las calles Tutor (1912-1913) —que obtuvo una mención honorífica en los premios anuales concedidos por el Ayuntamiento—, José Ortega y Gasset (1915-1916) y Fuentes (1916), además de los de la glorieta de Embajadores (1913-1915). También deben recordarse los conjuntos de viviendas que realizó por encargo de Gregorio Rubio en las calles de Santa Engracia (1918-1920) y Doctor Esquerdo (1919-1920) y para David Macías en la de Ríos Rosas (1919-1921). Lamentablemente, la mayoría de estas construcciones han perdido gran parte de su decoración original, y hoy apenas conservan algún detalle de su primitivo aspecto modernista.
Los últimos edificios mencionados se simultanearon con varios trabajos concluidos en la siguiente década, en la cual, en consonancia con las nuevas tendencias que se abrían paso en la arquitectura madrileña, se deja notar en unos casos la impronta del arquitecto Antonio Palacios —viviendas en la calle de Alberto Aguilera (1919-1924)— y en otros la influencia de las corrientes regionalistas dominantes —viviendas en la calles del Conde Duque (1919-1923) y de Serrano Jover (1925-1927)—, que imperaron varios años hasta la llegada de los aires renovadores traídos por el art decò y el racionalismo. Con posterioridad, Carnicero abandonó en gran parte la práctica constructiva para dedicarse casi exclusivamente a su labor como arquitecto municipal, cargo que con distintas categorías u ocupaciones y en diversos departamentos (perito, jefe del servicio de incendios, secretario de la junta consultiva y arquitecto de las secciones de interior y de estadística) desempeñó desde 1907 hasta su muerte en 1936. Únicamente interrumpió esta vinculación profesional con el ayuntamiento entre 1911 y 1915, período durante el cual solicitó la excedencia debido a la incompatibilidad con el cargo de concejal que también ocupó en la misma corporación madrileña.
Obras de ~: Cinematógrafo provisional Coliseo del Noviciado, Madrid, 1907 (desapar.); cinematógrafo provisional Coliseo España, Madrid, 1907; proyecto de mercado en la calle de Valencia, Madrid, 1907; viviendas para Cipriano Llorente en la calle de los Irlandeses, Madrid, 1907-1908; proyecto de Palacio de Justicia, Madrid, 1908; reforma de viviendas para José Carnicero en la calle de las Infantas, Madrid, 1908-1911; reforma de viviendas para María de Cabo en la calle de los Estudios, Madrid, 1909-1911; viviendas para Agustín Cano en la plaza de Cascorro, Madrid, 1912-1913; viviendas para Gregorio Uriarte en la calle Tutor, Madrid, 1912-1913; viviendas para Pedro Buraya en la plaza del Dos de Mayo, Madrid, 1913-1915; tres edificios de viviendas para Manuel Carmona en la glorieta de Embajadores, Madrid, 1913-1915; viviendas para Miguel Gómez Cano en la calle de José Ortega y Gasset, Madrid, 1915-1916; reforma de viviendas para Enrique González en la calle de las Fuentes, Madrid, 1916; tres edificios de viviendas para Gregorio Rubio en la calle de Santa Engracia, Madrid, 1918-1920; dos edificios de viviendas para Gregorio Rubio en la calle de Doctor Esquerdo, Madrid, 1919-1920; cuatro edificios de viviendas para David Macías en la calle de Santa Engracia con vuelta a la de Ríos Rosas, Madrid, 1919-1921; viviendas para Ángel Luis Aparicio en la calle del Conde Duque, Madrid, 1919-1923; viviendas para Emilio Reglero en la calle de Alberto Aguilera, Madrid, 1919-1924; viviendas para Eugenio Rubio en la calle de Núñez de Balboa, Madrid, 1923-1924; viviendas para Encarnación Valdés en la calle de Serrano Jover, Madrid, 1925-1927.
Bibl.: J. Elías Vías, “Reforma de la casa de la calle de los Estudios con vuelta a la del Duque de Alba (Madrid). Arquitecto: D. José Carnicero y Rodríguez”, en Pequeñas Monografías de Arte, 3 (1912), págs. 1-8; B. de Pantorba, Historia y crítica de la Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, Madrid, Alcor, 1948; P. Navascués Palacio, “Los premios de arquitectura del Ayuntamiento de Madrid (1901-1918)”, en Villa de Madrid, 52 (1976), págs. 15-26; J. R. Alonso Pereira, Madrid 1898-1931 de corte a metrópoli, Madrid, Comunidad de Madrid, 1985; J. Hernando, Arquitectura en España 1770-1900, Madrid, Cátedra, 1989; F. López Serrano, Madrid, figuras y sombras. De los teatros de títeres a los salones de cine, Madrid, Editorial Complutense, 1999; O. da Rocha Aranda, Un modernista olvidado, el arquitecto madrileño José Carnicero Rodríguez (1876-1936), Madrid, 2000 (inéd.); A. Berlinches Acín (dir.), Arquitectura de Madrid: casco histórico y ensanches, Madrid, Fundación COAM, 2003; O. da Rocha Aranda y R. Muñoz Fajardo, Madrid Modernista. Guía de arquitectura, Madrid, Tébar, 2006.
Óscar da Rocha Aranda