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Juan de los Arcos

Biografía

Arcos, Juan de los. Los Arcos (Navarra), c. 1545 – ¿Valladolid?, 1613. Abad general benedictino (OSB).

Seguramente era de familia noble. Tomó el hábito benedictino observante y profesó en el monasterio navarro de Santa María la Real de Irache. Fue profesor de Filosofía y Teología en los colegios de San Esteban de Ribas de Sil (1574-1580), San Pedro de Eslonza (1580-1583) y San Salvador de Cornellana (1586- 1589), cinco veces definidor general (1577-1580, 1583-1586, 1589-1592, 1595-1598 y 1610-1613), abad de Cornellana (1583-1586), de San Claudio de León (1592-1595), donde introdujo la reforma de los benedictinos recoletos, de San Benito el Real de Valladolid y al mismo tiempo abad general de la Congregación (1598-1601), abad de Irache (1589-1592 y 1601-1604) y, finalmente, de San Salvador de Lorenzana (1607-1610). Fue encargado con otros de solucionar el pleito de la elección del abad general, que reclamaban para sí tanto los monjes del monasterio de Valladolid —porque era su abad— como los del resto de la congregación —porque era su abad general—.

Y fue nombrado sustituto de fray Juan de Guzmán como procurador de este pleito en Roma. También formó parte de la comisión encargada de revisar las constituciones, el bulario y el ceremonial de la congregación antes de darlos a la imprenta. Siendo abad general propició la impresión de las obras de los monjes, entre ellas la traducción de la obra de Ludovico Blosio, hecha por fray Gregorio de Alfaro, el Ejercitatorio de la Vida Spiritual de García de Cisneros, regla benedictina, grandes y pequeñas, y la edición del breviario (1598) revisado por el benedictino latinista fray Melchor de la Serna y el ceremonial revisado por el monje samonense fray Miguel de Guntín. Alcanzó, de Felipe II, 3.000 ducados para acabar el claustro noble del monasterio de Valladolid. En 1599 admitió para monjes benedictinos a los primeros ingleses, algunos de los cuales luego fueron mártires en Inglaterra, y propició la fundación en México y Perú de sendas casas-procuras dependientes del monasterio de Montserrat, por obra del benedictino mallorquín fray Pedro Sancho y Olives en 1599. Murió con fama de buen teólogo y observante, que apoyó la recolección benedictina y fue superior por espacio de más de treinta años. Según el cronista benedictino fray Antonio de Yepes, que le conoció y trató, fue muy querido “por sus muchas letras, observancia y puntualidad en la religión”.

 

Bibl.: A. de Yepes, Crónica general de la Orden de San Benito, vol. III, Irache-Pamplona, Nicolas de Assiayn, 1610, fol. 385v.; G. de Argaiz, La Perla de Cataluña. Historia de Ntra. Sra. de Monserrate, Madrid, Imprenta de Andrés García de la Iglesia, 1677, pág. 389; A. Linaje Conde, El Monacato en España e Hispanoamérica, Salamanca, Instituto de Historia de la Teología Española, 1977, págs. 623-666; E. Zaragoza Pascual, Los generales de la Congregación de San Benito de Valladolid, vol. III, Silos, Abadía, 1980, págs. 191-216; “El monacato en la América Virreinal”, en Quinto Centenario (Universidad Complutense), 5 (1983), págs. 65-96; R. Aubert (dir.), Dictionnaire d’Histoire et de Géographie Ecclésiastiques, vol. XXVII, Paris, Letouzey et Ané, 1999, col. 1.244-1.246; E. Zaragoza Pascual, “Abadologio del monasterio de San Benito el Real de Valladolid”, en Investigaciones históricas (Valladolid, Universidad), vol. 23 (2003), págs. 227-228.

 

Ernesto Zaragoza Pascual

 

 

 

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