Santander Ruiz-Giménez, Federico. Madrid, 14.IV.1883 – Paracuellos del Jarama (Madrid), 2.XII.1936. Escritor, periodista y alcalde de Valladolid.
Hijo del médico zamorano Ismael Santander, y de la murciana de Lorca, Rosa Ruiz-Giménez, la familia paterna descendía de la villa vallisoletana de Rueda. A los tres años comenzó a vivir en Valladolid. Magnífico estudiante, aficionado al teatro y amigo de las tertulias desde su juventud, estudió Derecho defendiendo en 1908 una tesis doctoral bajo el título Organización política de España. La teoría y la práctica, donde profundizaba sobre la Monarquía constitucional como forma de gobierno. A los veinte años, publicó su primera novela, Epistolario, seguida de otros títulos que contaron con una notable recepción, siendo premiadas y publicadas en la Biblioteca Patria. La crítica lo reconocía como toda una joven promesa de las letras castellanas.
En esa ciudad castellana, vestida en invierno por una “niebla densa, que apaga sonidos, vela y oculta los objetos”, se reunía en la tertulia del café del Teatro Calderón junto con Mariano y Francisco de Cossío o Narciso Alonso Cortés, siendo uno de los fundadores de la revista Juventud Castellana. Se integró en el claustro de doctores de la Universidad de Valladolid, impartiendo algunas asignaturas, donde contó con discípulos como Francisco Javier Martín Abril. En el verano de 1911, inició un viaje por Francia y Suiza, enviando y publicando sus imprevisiones al Diario Regional a través de su columna titulada “Apuntes de viaje”, reunidos después en un libro. Las relaciones con la redacción de aquel periódico católico se tornaron tensas.
Encontró su vocación en el periodismo, pues bajo la dirección de Ricardo Allúe, se convirtió en el redactor- jefe de El Norte de Castilla. Federico Santander se comprometió en el periodismo, en la literatura y en la política con los liberales de Santiago Alba, cuando Europa estaba viviendo la Gran Guerra de 1914. En una España oficialmente neutral aunque repleta de anglófilos y germanófilos, Federico Santander se declaraba como un fiel partidario de la paz. Cada domingo, y por espacio de cinco seguidos, publicó en el suplemento literario titulado “Castilla”. En 1915, fue elegido concejal del Ayuntamiento de Valladolid, presentándose por la candidatura de Santiago Alba.
A principios de 1916 fue elegido primer regidor síndico. El 9 de enero de ese año, iniciaba en El Norte de Castilla el primero de los cuarenta y nueve artículos que compusieron la Guía espiritual de Castilla, con las líneas que compusieron “Desde la torre de la Antigua”.
Puy Palacios definía esta obra como “una visión intimista y crítica de la tierra en la que el autor vierte gustos y preferencias”.
Manteniendo su amistad con Santiago Alba, en 1917 fundó la Juventud de Izquierda Liberal Monárquica.
Comprometido en la vida cultural de Valladolid, junto con Cossío, Pérez Argote y Vela, se hizo empresario del Teatro Calderón. Al mismo tiempo, entre 1919 y 1923 fue presidente del Ateneo local, habiendo participado en su revista mensual Éxodo.
Siendo el 27 de diciembre de 1919 teniente alcalde, fue nombrado alcalde por la dimisión de Rodríguez Pardo. Con las elecciones del 1 de abril de 1920 fue elegido como tal por mayoría absoluta. Se preocupó por la higiene y salud pública de los diferentes barrios, la pavimentación de la ciudad, la atención y purificación de las aguas así como la depuración de las residuales, las escuelas, los mercados, la atención sanitaria así como las fuentes públicas. Su responsabilidad se interrumpió en abril de 1922. Con el golpe de estado del general Primo de Rivera, en septiembre de 1923, se disolvieron los Ayuntamientos y Federico Santander rechazó abiertamente el giro de la situación política. Sus “Charlas”, incluso, en la Universidad de Pablo Iglesias, fueron interrumpidas por la autoridad.
Defendió con entusiasmo al que había sido ministro, el mencionado Santiago Alba, dirigiéndose en su favor al mismo Alfonso XIII. La autoridad clausuró el Círculo Liberal vallisoletano y Federico Santander fue exiliado a Zaragoza. En noviembre de 1925 fue elegido académico electo de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, plaza de la que nunca tomó posesión. Continuó colaborando con revistas como Blanco y Negro, algunos periódicos no vallisoletanos e, incluso, desde junio de 1926 se encargó de la dirección de El Norte de Castilla y de la presidencia de la Asociación de la Prensa. Como articulista se manifestaba como un brillante escritor, teniendo sus conferencias prestigio nacional.
Tras el final de la dictadura, el gobierno le encomendó la alcaldía de Valladolid (del 1 de abril de 1920 al 1 de abril de 1922). Él no eligió a los tenientes alcaldes, pues pensaba que lo tenía que hacer la corporación. La llegada de la Segunda República supuso su final como alcalde y director del periódico.
En la Estación del Norte, fue de los pocos monárquicos que acudieron a prestar sus respetos a la reina Victoria Eugenia camino del exilio. En el período republicano, vivió en Madrid, fundó el Círculo Monárquico Independiente e ingresó en el Rotary Club. Emprendió con otros amigos un viaje de vuelta al mundo en automóvil, desde el 23 de octubre de 1932. Tras casi un año de viaje, se incorporó al diario madrileño ABC, analizando la vida política del país, mientras rechazaba cualquier tipo de autoritarismo (“los monárquicos no son fascistas”). Su último artículo en aquel periódico, el 27 de junio de 1936, fue previo al ABC, Diario Republicano de Izquierdas. Detenido y encarcelado tras el golpe del 18 de julio en la prisión de Ventas, llegó a formar una tertulia en la misma prisión. Federico Santander entendió cuál iba a ser su final, siendo asesinado cerca de Paracuellos del Jarama en diciembre de 1936. Un expediente de 1940 le definía como desafecto al régimen franquista.
Obras de ~: Epistolario, Madrid, Biblioteca Patria, 1903; El regalo de la mentira, Madrid, Biblioteca Patria, 1903; ¡Por la moda!, Madrid, Biblioteca Patria, 1903; La casa de Balsaín, Madrid, Biblioteca Patria, 1904-1905; ¡Por el nombre!, Madrid, Biblioteca Patria, 1906; Alma Mater, Madrid, Biblioteca Patria, 1907; Organización política de España (la teoría y la práctica), Valladolid, Tipografía Colegio Santiago, 1908; Por Francia y por Suiza. Apuntes de viaje, Madrid, Biblioteca Patria, 1912; Los católicos y la política. Conferencia, Valladolid, imprenta viuda Montero, 1913; Comentarios a “La Malquerida”. Conferencia, Valladolid, Imprenta Viuda Montero, 1914; El collar de estrellas y la crítica. Conferencia, Valladolid, Imprenta Viuda Montero, 1915; Charlas (1916); Las enfermedades del patriotismo (1920); Las enfermedades del patriotismo. Discurso, Valladolid, Imprenta Castellana, 1923; El funcionarismo, Valladolid, Imprenta Castellana, 1924; Guía espiritual de Castilla, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1999.
Bibl.: J. Altabella, El Norte de Castilla en su marco periodístico (1854-1965), Madrid, Editora Nacional, 1966; J. M. Palomares Ibáñez, Valladolid 1900-1931, Valladolid, Ateneo, 1985; L. Rubio González, La literatura de Valladolid en el siglo xx (1900-1939), Valladolid, Ateneo, 1989; M.ª C. García de la Rasilla, El Ayuntamiento de Valladolid, política y gestión 1898- 1936, Valladolid, Ayuntamiento, 1991; P. Palacios Arregui, “Epílogo”, en Guía Espiritual de Castilla, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1999, págs. 305-309; M. A. Viloria, “Federico Santander. El último romántico”, en Personajes vallisoletanos, vol. II, Valladolid, Diputación Provincial, 2004, págs. 225- 235; E. Berzal de la Rosa, Grandes periodistas de Valladolid, Valladolid, Multiversa, 2006, págs. 132-136; J. A. Cano García, “Santander Ruiz Jiménez, Federico”, en P. Carasa (dir.), Diccionario Biográfico de Alcaldes de Valladolid. Del absolutismo a la democracia. Alcaldes y vida municipal en Valladolid (1810- 2010), Valladolid, Ayuntamiento, 2010, págs. 579-586.
Javier Burrieza Sánchez