Pérez Salanova, Jimeno. Zaragoza, c. 1255 – 1330. Forista y justicia de Aragón.
A pesar de tratarse de un jurista insigne, son pocos los detalles que se conocen de su biografía. Casó con Martina Pérez de Tarba, perteneciente, al parecer, al linaje del justicia de Aragón, Galacián Tarba, muerto en 1349. Su domicilio radicaba en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, en cuya iglesia fue inhumado en la capilla de Santa Fe.
La primera constancia documental en cuanto a personaje público se remonta a 1283, en que aprueba el Privilegio General de Pedro II como miembro del Concejo de Zaragoza. Ese mismo año intervino como procurador y síndico de dicha ciudad en la confirmación general de los fueros aragoneses en Valencia, así como en la confirmación de las reclamaciones de los de Ribagorza, Teruel, Zaragoza y las villas de Aragón.
Posteriormente, en 1286 fue uno de los caballeros que la Unión señala para configurar el Consejo del Rey, en cuyo cargo permanecerá un trienio.
Según asegura Antic Bagés, fue lugarteniente de Pedro Martínez Artasona II, justicia de Aragón, bajo el reinado de Pedro III. Existe constancia, en cualquier caso, de que en julio de 1289, en compañía de otros caballeros y prohombres de Zaragoza, asesoró a Juan Gil Tarín, titular de esta alta magistratura. Es promovido al rango de justicia de Aragón el 4 de marzo de 1294, cubriendo la vacante dejada por Juan Zapata, manteniéndose en el cargo hasta noviembre de 1330, sucediéndole, a su muerte, la persona que había ejercido su lugartenencia, a la sazón, Sancho Jiménez de Ayerbe.
Por razón de su dignidad asistió a las reuniones de Cortes, interviniendo en la redacción de los fueros acordados por sus miembros —en su momento se le encomienda la traducción de los textos latinos al romance—, emitiendo una serie de dictámenes a instancia del monarca aragonés y pronunciando sentencias que sentaron jurisprudencia. Su intervención en los procesos de 1301 —en noviembre de ese año figura junto al obispo de Valencia como testigo del acta notarial donde las Cortes juran heredero al infante primogénito, aun cuando era menor de edad— contribuyó decisivamente a incrementar el prestigio del justicia mayor, gracias a la concurrencia de tres factores: el apoyo del Soberano, la institucionalización del Reino y su valía personal. Entre sus discípulos se cuenta Pelegrín de Ablitas, declarado infanzón en 1325, y que desempeñará también el justiciazgo.
Gozó de fama de reputado jurista. No en vano, el historiador Jerónimo de Blancas glosa así su perfil: “fue tan buen Justicia, como había sido buen jurisconsulto, sobresaliendo, igualmente, en la equidad y en el derecho; era tan justo, tan bueno, que la bondad y la justicia parecían serle naturales, no adquiridas con la práctica y el estudio”. Durante su ejercicio profesional se consolidó la competencia incontrovertible del Justicia como juez competente en las causas habidas entre el Rey y los nobles y en los procesos incoados dentro del estamento nobiliario, entendiéndose sus sentencias inapelables.
Su obra escrita fue muy consultada y apreciada por los foristas —es citada como fuente de autoridad por Pérez de Patos, Jerónimo de Blancas, Jaime de Hospital, Martín Díaz de Aux, Martín de Pertusa, Antic de Bages o Miguel del Molino—, si bien, salvo una Colección de Observancias, recientemente publicadas, permanecen vigentes las afirmaciones que en su día hiciera el mencionado Jerónimo de Blancas “inéditas se hallan todavía las [obras] de este escritor, y en su mayor parte truncadas e imperfectas”. Asimismo, dentro de su producción jurídica, cabe reseñar sus sentencias judiciales, emitidas en el ejercicio de la actividad tanto como juez de la Corte como de justicia de Aragón (1295-1330), y un elenco de consultas o dictámenes (1297-1319).
Bibl.: G. Martínez Díez, Observancias de Jaime de Hospital, Zaragoza, Caja Inmaculada, 1977, págs. 419-420; A. Pérez Martín (ed.), Las Observancias de Jimeno Pérez de Salanova, Zaragoza, El Justicia de Aragón, 2000, págs. 15-90; J. Delgado Echeverría, “El Justicia Jimeno Pérez Salanova, experto en Fuero y Derecho”, y L. González Antón, “La Monarquía de Jaime II y el Justicia de Aragón. Salanova y los procesos contra la rebeldía unionista de 1301”, en VV. AA., II Encuentro de Estudios sobre el Justicia de Aragón, Zaragoza, El Justicia de Aragón, 2002, págs. 61-92 y págs. 93-104, respect.
Miguel Ángel Motis Dolader
