En 1900 su familia se traslada desde el pueblo navarro de Murchante, en el que había nacido, a Bilbao.

Dada su afición por la pintura y el dibujo, le envían muy pronto a la Escuela de Artes y Oficios. La temprana muerte de su padre y las dificultades económicas por las que atraviesa la familia hacen que tenga que dedicarse a varios trabajos. Hacia 1908 conoce a Darío de Regoyos, que llega a comprarle un cuadro y del que recibirá bastante influencia. En 1912 celebra su primera exposición en Pamplona, demostrando ya grandes dotes para la pintura que le valen la concesión, por parte de la Diputación Foral de Navarra, de una pensión para ir a estudiar a la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Allí se fragua su gusto prioritario por el paisaje y sus cualidades excepcionales en el tratamiento del color y la luz. Tras esta etapa, la Diputación vuelve a concederle una nueva pensión, esta vez para ir a Roma, en 1915. De regreso a España, pasa algún tiempo pintando por tierras de Castilla y comienza a participar en varias exposiciones, algunas de ellas nacionales. Hacia 1917 establece su residencia en Durango (Vizcaya), manteniendo una estrecha relación con los pintores vascos más importantes de su época, por los que sentirá muy influido, además de exponer en los salones de la Asociación de Artistas Vascos de Bilbao y en numerosas muestras colectivas. [...]