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José Dámaso Rodríguez Rodríguez

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Biografía

Rodríguez Rodríguez, José Dámaso. Pepete. Córdoba, 11.XII.1824 – Madrid, 20.IV.1862. Torero.

Velázquez y Sánchez, Sánchez de Neira, José María de Cossío y Don Ventura coinciden en señalar que este infortunado torero nació en el 11 de diciembre de 1824. Sin embargo, en 1992, Cabrera Bonet publicó la partida de defunción de Pepete. En ese documento “se afirma —escribe Cabrera— que, al fallecer, tenía cuarenta y cinco años de edad, lo que quiere decir que nacería allá por 1816-1817”. Si se dan por buenas estas fechas de su nacimiento, eso quiere decir que se casó con veintiocho o veintinueve años y que comenzó a torear con treinta o treinta y un años, edad no imposible, pero sí improbable, para iniciarse en la profesión de torero. No obstante, como el mismo Cabrera indica, la partida yerra al señalar que murió el día 21, cuando éste fue, en realidad, el de su entierro; por eso mismo, también podría estar equivocado el dato que se ofrece sobre la edad que tenía José Rodríguez en el momento de su muerte.

Formado como aprendiz de torero en la gran escuela no oficial de tauromaquia que fue el matadero de Sevilla, y educado como hombre en la dureza de los caminos que su profesión de aprovisionador de animales de ese mismo matadero le llevaron a transitar, de Pepete dice Cossío: “Habituado desde su adolescencia a bregar con reses bravas, acostumbrado a la lucha y persecución de alimañas en Sierra Morena, le creció robusto el cuerpo y se le ensanchó y curtió el corazón, siempre dispuesto a llevar a cabo las más bárbaras temeridades”.

Al casarse en diciembre de 1844 con Rafaela Bejarano (emparentada con la gran figura cordobesa Rafael Guerra Bejarano Guerrita), Pepete decidió cambiar de vida, y para ello se hizo banderillero. Su primer protector fue su tío, el espada Antonio Luque Camará, aunque José Rodríguez aún distaba mucho de ser un lidiador experimentado. Señala Cossío que en 1846, en la corrida de inauguración de la plaza de Córdoba, que toreó en la cuadrilla de Camará, llamó “extraordinariamente la atención por su casi gigantesca estatura, su valor ardoroso y sus grandes dotes físicas”. Tras concederle Luque la alternativa en 1847, ese año actuó junto a él como matador en varias corridas, y, al siguiente, los días 11 y 13 de junio, toreó con Julián Casas Salamanquino y de nuevo Camará.

En 1850 alternó en Sevilla con Manuel Lucas Blanco (padre de Juan Lucas Blanco y que, más adelante, murió ajusticiado en la capital de España).

Según Cossío, confirmó la alternativa en Madrid el 4 de junio de 1852, de manos de Francisco Arjona Herrera Curro Cúchares; sin embargo, López Izquierdo, en su relación de corridas deja muy claro que esa corrida se celebró el 4 de julio, a favor de los Establecimientos de Beneficencia. Junto a Cúchares y Pepete torearon José María Redondo Rodríguez El Chiclanero y Manuel Jiménez y Meléndez El Cano, que falleció de una cornada días después. De los catorce toros que ese día se lidiaron, Pepete estoqueó los corridos en cuarto y octavo lugares, siendo los tres últimos para los medios espadas Antonio Gil Don Gil, José Muñoz Benavente Pucheta y Antonio Fernández Oliva. López Izquierdo indica que Pepete era “nuevo” en la plaza, aunque no señala que hubiera ceremonia de confirmación de alternativa.

Toreó en Madrid y en otras plazas en los años siguientes, con buena consideración entre los toreros de segunda fila, pero sin alcanzar la categoría de figura.

El 20 de abril de 1862 se contrató en la plaza de Madrid junto a Cayetano Sanz, en la lidia de tres toros de Agustín Salido y tres de Antonio Miura. En segundo lugar saltó a la arena Jocinero, berrendo en negro, alunarado, botinero y capirote y al realizar un quite al picador Antonio Calderón resultó fatalmente cogido. Aurelio Ramírez Bernal, que curiosamente firmaba sus textos P.P.T., describió de manera detallada en la revista Sol y Sombra el trágico percance que le provocó la muerte: “[Pepete] quiso, con el capote al brazo izquierdo, quebrarlo, en cuyo instante le hizo presa la fiera enganchándole con el pitón derecho por la cadera derecha, de cuya cogida sólo recibió un leve puntazo; mas quedando el diestro el cuerpo vencido sobre la cuna, rápido como el pensamiento llegó a asirse Pepete al asta izquierda haciendo apoyo para desprenderse y caer en la arena. Inútil defensa y empeño; ‘Jocinero’ repitió dos hachazos más con el asta izquierda, causándole un puntazo inmediato a la tetilla izquierda y una profunda cornada en el corazón, rebañando, si así puede decirse, la cavidad torácica del diestro y produciendo en ella lesiones tan agudas que debían ser mortales de necesidad. Pasma en este horroroso hecho la observación siguiente: desprendido de la cabeza del toro, cae a la arena Pepete, se incorpora sin ayuda de nadie, límpiase el polvo de la taleguilla con la mano derecha y un espíritu vital de fuerza incognoscible le sostiene en perfecto equilibrio, marcha, y al llegar a la puerta de alguaciles cae contra ella y con el estribo prodúcese una herida en la frente, arrojando entonces caños de sangre por el pecho. Llevado inmediatamente a la enfermería, el facultativo doctor González Aguinaga le despoja del chaleco y chaqueta, corta con tijeras la faja, y entonces, abierta la camisa, descúbrese en toda su terrible realidad el daño causado por ‘Jocinero’. La cura empezó a hacerse por pura fórmula, y durante ella, aquel hombre cuentan que con voz apagada dijo: ¿Es argo?, expirando a los tres minutos”.

Pepete fue el segundo torero que murió en la plaza de Madrid (el primero había sido Pepe-Hillo, junto a quien fue enterrado en la iglesia de San Ginés, en la madrileña calle del Arenal) y el torero que inauguró la leyenda negra de la ganadería de Miura. Según José María Sotomayor, Jocinero recibió dieciocho puyazos, hirió al entonces banderillero Juan Yust y volteó a Cayetano Sanz, que fue el encargado de matarlo.

Pepete fue tío de los diestros José Rodríguez Bebe Chico y Manuel Rodríguez Manolete (padre), y tíoabuelo de Manuel Rodríguez Sánchez Manolete, muerto en 1947 en Linares por un toro de esa misma vacada. Con posterioridad a Pepete, otros tres matadores de toros llevaron el mismo apodo: José Rodríguez Davié, José Claro (en realidad José Gallego Mateo) y José Puerta Carvajal, dándose la circunstancia de que los dos primeros también fueron víctimas de los toros, en 1899 y 1910, respectivamente. El cuarto Pepete (Puerta Carvajal) se retiró 1928.

 

Bibl.: Un Desconocido (seud.), Retrato y noticias acerca de la muerte del malogrado espada José Rodríguez (a) Pepete, con otras cosas dignas de leerse. Apuntes escritos a la ligera por Un Desconocido, Madrid Imprenta J. Viñas, 1862 [ed. en Dos folletos biográficos y otro más (Desperdicios, Pepete y Gordito), Madrid, ed. fasc. de Unión de Bibliófilos Taurinos, 2006]; J. Velázquez y Sánchez, Anales del toreo. Reseña histórica de la lidia de reses bravas. Galería biográfica de los principales lidiadores: Razón de las primeras Ganaderías españolas, sus condiciones y divisas, Sevilla, Imprenta y Editorial Juan Moyano, 1868; J. Sánchez de Neira, El Toreo. Gran diccionario tauromáquico, Madrid, Imprenta de Miguel Guijarro, 1879 (Madrid, Turner, 1988, págs. 189-192); P.P.T. (seud. de A. Ramírez Bernal), Memorias del tiempo viejo, Madrid, Bib. Sol y Sombra, 1900 (Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 1996, págs. 35-40); Uno Al Sesgo (seud. de T. Orts Ramos), Los tres Pepetes. Su vida, sus hechos y su trágico fin, Barcelona, B. Bauza, ¿1940? (col Los Reyes del Toreo); J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 801-804; Don Ventura (seud. de V. Bagués), Historia de los matadores de toros, Barcelona, Imprenta Castells-Bonet, 1943 (Barcelona, De Gassó Hnos., 1970, págs. 54-55, 89, 117-118 y 173); F. López Izquierdo, Plazas de toros de la Puerta de Alcalá (1739-1874), Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 1988, págs. 276-277; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; J. J. Bonifaz, Víctimas de la Fiesta, Madrid, Espasa, 1991; J. M. Sotomayor, Miura, siglo y medio de casta (1842-1992), Madrid, Espasa Calpe, 1992, págs. 253-312 y 422; R. Cabrera Bonet, “Algunas fechas para la pequeña y gran historia taurina”, en Papeles de toros. Sus libros, su historia, n.º 2, Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 1992, págs. 139-140; D. Tapia, Historia del toreo, vol. I, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.).

 

José Luis Ramón Carrión

 

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