Sala i Ardiz, Josep. Barcelona, 20.X.1875 – 15.II.1980. Coleccionista de arte.
Por línea paterna pertenecía a una familia de la burguesía catalana oriunda de Artés (Bagés, Barcelona), vinculada a la industria y comercio del cáñamo. Su padre se dedicó al comercio del algodón y llegó a ser el primer importador de Cataluña, fundando la comercial Sala y Trías de Mataró.
Sala i Ardiz realizó estudios de Medicina en la Universidad de Barcelona y, cuando le faltaban pocas asignaturas para licenciarse, los abandonó para complacer a su padre que, enfermo de gravedad, requería su ayuda en el negocio familiar. Desde muy joven mostró su afición al coleccionismo heredado de su familia materna, concretamente de su bisabuelo Francisco Ardiz, un popular cerero de Barcelona, que llegó a formar una admirable colección de hierros para la fabricación de hostias, y sellos de cera, principalmente Agnus Dei, de gran valor por su rareza y antigüedad.
A partir de 1906 y a lo largo de su longeva vida (vivió ciento cuatro años) Sala i Ardiz formó una de las colecciones más representativas de pintura realista de los siglos xix y xx, principalmente de autores catalanes, que atesoró con absoluta reserva y discreción. Marià Fortuny (El vendedor de tapices, 1870), Ramon Martí Alsina (Retrato del pintor Ramon Tusquets, 1865), Francesc Gimeno (La pequeña y el buen compañero, 1891), Santiago Rusiñol (Café de Montmartre, 1890; El patio azul, 1891-1892), Ramón Casas (Plaza de Toros de la Barceloneta, 1884; Madeleine. L’absenta, 1892; Autorretrato, 1920), John S. Sargent (Dama con sombrilla, 1900), Joaquim Mir (Cala encantada. Mallorca, 1902; Cala San Vicente. Mallorca, 1902), Isidre Nonell (Consuelo, 1901), Picasso (El viejo pescador, 1895; El monaguillo, 1896), Francesc Gimeno (La pequeña y el buen compañero, 1891) Anglada Camarasa (Champs Elysées, 1904), Salvador Dalí (María Carbona, 1925), etc., son algunas de las firmas y títulos de las más de doscientas obras que forman el corpus de una colección de incalculable valor artístico que fue incorporada al Museo de la Abadía de Montserrat por donación testamentaria de su propietario.
Bibl.: A. Masriera, Los buenos barceloneses: costumbres y anécdotas de la Barcelona ochocentista. 1850-1870, Barcelona, Políglota [1924]; J. Cortés, “Quince cuadros de la Colección Sala”, en Destino, n.º 1002 (20 de octubre de 1956), pág. 40; M.ª Ll. Borrás, “Josep Sala, el coleccionista más reservado”, en Coleccionistas de Arte en Cataluña, Barcelona, La Vanguardia, 1987, págs. 85-100; J. de C. Laplana, “La Colección de arte catalán moderno de Josep Sala i Ardiz”, en Las colecciones de pintura de la abadía de Montserrat, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1999.
Mercedes Palau-Ribes O’Callaghan
