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Gregorio Bolívar

Biografía

Bolívar, Gregorio de. Plasencia (Cáceres) o Alcaraz (Albacete), ú. t. s. xvi – Perú, s. t. s. xvii. Religioso franciscano (OFM), misionero y naturalista.

Nacido, según Nicolás Antonio, en Plasencia y según Diego Mendoza, en Alcaraz. Hombre de fuerte carácter y gran tesón, uno de los grandes misioneros en el Nuevo Mundo, que misionó durante más de un cuarto de siglo siempre en primera fila en Nueva España y especialmente en Perú, incluso, según Nicolás Antonio, en las islas Molucas y territorios orientales, actuando casi siempre en regiones no holladas hasta entonces por europeos. Sin embargo, son escasos los datos que de él se han transmitido. Cuatro son sus expediciones misioneras principales en Perú. La primera la realizó en 1621 al territorio de los Chunchos (de la que Bolívar escribió una amplia Relación en 1628), partiendo de La Paz (Bolivia), acompañado de un mestizo seglar, Diego Ramírez Carlos, conocedor de esa lengua y gran tañedor del arpa y la guitarra, quien con sus artes y mañas trató de embaucar (y en parte lo consiguió) primero a los indios, después (por medio del hijo de un cacique que llevó consigo a Lima), al virrey del Perú y al entonces provincial de los franciscanos, fray Bernardino de Cárdenas, futuro obispo del Paraguay, abandonando a su suerte al padre Bolívar, que pudo a duras penas salvar su vida, evadirse de los indios y llegar a Lima. Allí éste trató de desenmascarar ante las autoridades civiles y religiosas a Ramírez, sin conseguirlo. La segunda lo llevó a los indios Motilones en 1627, acompañado de dos religiosos, entrando por la provincia de Chachapoyas, donde fueron bien recibidos y obtuvieron pronto un gran éxito religioso y cultural-humano, pero la imprudencia del padre Bolívar, intentando cortar de repente el vicio de la embriaguez entre los indios, vino a echar por tierra todo este trabajo, salvando de nuevo la vida a duras penas con la huida. En 1626 solicitó y obtuvo autorización de la Corte de España y de la pontificia para volver a Europa a exponer ante ellas los muchos problemas de aquellas misiones, obteniendo de ambas cortes la aprobación y apoyo total a sus proyectos, y aprovechando la oportunidad para publicar una de sus obras. La tercera expedición la llevó a cabo en 1628 a su regreso de Europa, acompañado de ocho frailes (que enseguida se redujeron a uno solo), a la región de los Panatahuas, consiguiendo en tres meses fundar cinco iglesias y seis poblaciones; pero la actitud del virrey y hasta de algunos de sus hermanos franciscanos le forzó a abandonar la misión al cabo del tiempo. La cuarta expedición la dirigió a los indios Chiriguanos en 1631, amparado ahora en las letras papales, cédulas reales y en el consiguiente favor del virrey y demás autoridades civiles. Partió de Lima y pasó por Chuquisaca, donde se le sumaron dos franciscanos legos. Después de haber vencido mil dificultades para llegar a aquellas regiones inaccesibles, comenzaron su labor apostólica y civilizadora, que acabó algún tiempo después con la muerte que les dieron los nativos a los tres, sin que se sepa cuándo.

Pero fray Gregorio no era sólo un gran misionero que sentía vivamente su vocación, sino además, como buen franciscano, un apasionado por la naturaleza, por la zoología y botánica, a cuyo estudio también se entregó, como a todo, con verdadera pasión; a ello le ayudaba el dominio que tenía de varias lenguas importantes, como el nahualt. Dotado de un espíritu inquieto y observador, fray Gregorio, ayudado por los indios catecúmenos, realizaba correrías e incursiones apartadas con la mira puesta no sólo en la labor apostólica, sino en el hallazgo de plantas y animales raros o desconocidos. Observaba, describía y hasta hacía disecciones anatómicas, que reproducía fielmente del natural, por lo que es de suponer que fuera también un excelente dibujante. De este modo, logró reunir un enorme y precioso arsenal de material científico de primera mano, que trajo consigo cuando vino a Europa, sin duda con vistas a su publicación. Mostrolo al médico y profesor de Botánica Juan Fáber, uno de los que ilustraron con sus comentarios la voluminosa y famosa obra de Francisco Hernández, compendiada y publicada después por el médico italiano de Felipe II, Ricchi, con el título Rerum medicarum Novae Hispaniae thesaurus (Romae, J. Mascardi, 1628), incluyendo en ella no pocas de las descripciones de fray Gregorio, que por fortuna son las que se han salvado, pues el original de Bolívar, al parecer, se ha perdido. Se sabe que, al propio tiempo, fray Gregorio estaba preparando, y ya a punto de ultimar, por mandato del padre general de su Orden, una Historia del Nuevo Mundo, pero de la que hoy no hay rastro. Se le atribuye también un tratado inédito ascéticomoral: De la penitencia y el pecado.

 

Obras de ~: Memorial de Arbitrios para la reparación de España, Madrid, 1626, en folio; “Advertencias muy importantes acerca del gobierno eclesiástico de las Indias y Nuevo Mundo, en que se da relación de los útiles e inconvenientes más notables que hoy se ofrecen, y los medios con que se han de conservar los unos y remediar los otros, por orden y disposición de la silla apostólica. A la santidad de nuestro señor Urbano PP. VIII”, en Archivo Ibero Americano (AIA), 50 (1990), págs. 511-548.

 

Bibl.: D. de Cordoba y Salinas, Crónica Franciscana de las Provincias del Perú, Lima, 1651 (ed. con notas e intr. de L. Gómez Canedo, Washington, DC, Academy of American Franciscan History, 1957, págs. 168-169, 243-244 y 253); D. de Mendoza, Chronica de la Provincia de S. Antonio de los Charcas del Orden de pro Seraphico P. S. Francisco en las Indias Occidentales, Reyno del Peru, lib. I, caps. XV-XIX, Madrid, 1665, págs. 93-114; J. de San Antonio, Bibliotheca Universa Franciscana, t. II, Matriti, Ex Typographia Causae V. Matris de Agreda, 1732, pág. 25; Nicolás Antonio, Bibliotheca Hispana Nova, t. I, Matriti apud Joachimum de Ibarra Typographum Regium, 1783, pág. 543; P. Gato, “El informe del P. Gregorio de Bolívar a la Congregación de Propaganda Fide de 1623”, en AIA, 50 (1990), págs. 494-548; H. Zamora, “Escritores extremeños en Indias”, en S. García (ed.), Extremadura en la evangelización del Nuevo Mundo: Actas y Estudios (congreso celebrado en Guadalupe durante los días 24 al 29 de octubre de 1988), Madrid, Sociedad Estatal Quinto Centenario, 1990, págs. 131-166, especialmente págs. 144-145; E. García Hernán, Políticos de la monarquía hispánica (1469-1700). Ensayo y Diccionario, Madrid, Fundación Mapfre Tavera, 2002, pág. 300.

 

Hermenegildo Zamora Jambrina, OFM

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