Hija del reconocido ebanista decorador Francesc Vidal. Un entorno familiar sensible al espíritu abierto del modernismo permitió que la futura pintora accediera a una formación artística de gran amplitud. Culminó sus estudios en París, experiencia poco corriente entre las mujeres artistas de la época, donde asistió a las clases de las Academias Julian y de Georges Humbert —en esta última tendría como profesor a Eugène Carrière—. Iniciada su carrera profesional en torno a 1898, constituirían sus temas habituales los relacionados con la vida de la mujer que le era contemporánea, bien realizando sus tareas cotidianas, bien ocupada en múltiples actividades intelectuales. Pintó al aire libre paisajes, marítimos y de montaña, y se interesó por las escenas costumbristas de fiestas y celebraciones en la misma línea temática de uno de sus maestros, el luminista Arcadi Mas Fontdevila. Merece especial atención el conjunto de exquisitos retratos que ejecutó encargados muchos de ellos por relevantes representantes de la acomodada burguesía barcelonesa. Su propuesta pictórica delata la admiración por Velázquez y el buen conocimiento de la pintura de Rusiñol, Casas y Nonell. También se intuye la influencia de Whistler y Manet. La pincelada libre y poco precisa, el efecto de la luz y la sombra en el ambiente y los vibrantes colores de una surtida paleta visten las habitaciones y los parajes de sus innumerables telas. A pesar del continuismo que se percibe en la trayectoria de la artista, se descubre cierta originalidad en el planteamiento espacial de sus composiciones. [...]