Crusells, Pere. Barcelona, c. 1672 – 24.II.1744. Pintor.
Hijo del matrimonio formado por Miquel Crusells, zapatero de profesión, y Magdalena, ambos habitantes de Barcelona. En 1689 realizó su aprendizaje en el taller del pintor Josep Vives (documentado entre 1667 y 1720). En el año 1704 ingresó en el colegio de pintores de la ciudad, probablemente tras pasar por el taller de Onofre Casanoves (documentado entre 1695 y1705), la hija del cual, Agnès Casanoves, tomó Crusells por esposa en 1705. Durante el primer tercio del siglo xviii desempeñó diversos cargos dentro del mismo colegio (clavario en 1710, cónsul segundo en 1717, cargo que repitió en 1721, nuevamente clavario en 1725 y cónsul primero en los años 1726 y 1734), hecho que confirma el arraigo de Crusells en su ciudad natal. Fue estricto contemporáneo de Antoni Viladomat (1678-1755), el mejor valorado y más conocido pintor catalán de este período; tanto Antonio Ponz como Agustín Ceán Bermúdez pudieron ver juntos cuadros de Crusells y Viladomat en la capilla del Rosario del convento dominico de Santa Catalina, en Barcelona, aunque se ignora si existió relación profesional alguna entre ambos maestros. Su escueto biógrafo póstumo, Josep de Vega Sentmenat, menciona la fortuna de Crusells en el círculo cortesano del archiduque Carlos de Austria, durante la Guerra de Sucesión, así como su penosa especialización en el retrato en miniatura. Murió, al parecer, sin descendencia aunque se le conocen discípulos de taller. La historiografía posterior ha considerado a Crusells un interesante artista novedoso, de aceptable calidad, deudor de la pintura francesa coetánea, citándose frecuentemente la influencia del parisino Nicolás Largillière (1656-1746).
Son, sin embargo, muy pocas las obras que han sido hasta ahora identificadas. Tres obras firmadas: el Retrato de dama con los atributos de Diana, fechada en 1725 (óleo sobre lienzo, Museo Nacional de Arte de Cataluña); la Flagelación de Cristo (óleo sobre lámina de cobre elíptica, Museo Nacional de Arte de Cataluña), copia de una estampa de Jean Audran (1667- 1756) que reproduce una obra original del pintor Antoine Dieu (1662-1727), y el retrato en miniatura del archiduque Carlos de Austria, fechado en 1708 (óleo sobre cobre, 3,5 × 2,8 cm, Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona). Obras de atribución cierta son las alegorías de las cuatro estaciones en forma de retratos femeninos, actualmente en una colección particular (reproducidos en el volumen 9 del Art de Catalunya de Edicions L’Isard, Barcelona, 2001).
En calidad de obras de atribución dudosa, debido fundamentalmente a su mal estado de conservación, cabe considerar la Venida del Espíritu Santo, identificada con la que antiguamente estaba en la capilla del Rosario del convento de Santa Catalina de Barcelona (óleo sobre tela, propiedad de la Real Academia de Bellas Artes de San Jorge, en depósito en el Museo Nacional de Arte de Cataluña). Con lo cual también serían de mano de Crusells los estudios de figuras preparatorios para la citada obra (lápiz de plomo sobre papel, Museo Nacional de Arte de Cataluña, procedente de la colección Casellas). En la misma categoría cabe finalmente situar el Éxtasis de San Francisco, procedente del convento de capuchinos de Barcelona (óleo sobre lienzo, Real Academia de Bellas Artes de San Jorge).
Obras de ~: Retrato en miniatura del archiduque Carlos de Austria, 1708; Retrato de dama con los atributos de Diana, 1725; Flagelación de Cristo, s. f.; Alegorías de las cuatro estaciones en forma de retratos femeninos, s. f. (atrib.); Venida del Espíritu Santo (atrib.); Éxtasis de San Francisco (atrib.).
Bibl.: A. Ponz, Viaje de España, vol. XIV, Madrid, 1788 (Madrid, Edición de M. Aguilar, 1947, pág. 22); J. A. Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, vol. I, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1800, pág. 377; J. Folch i Torres, “El pintor català setcentista Pere Crusells”, en Gaseta de les Arts, II, 10 (1929), págs. 129-130; S. Alcolea Gil, “La pintura en Barcelona durante el siglo xviii, II”, en Anales y Boletín de los Museos de Arte de Barcelona, XV (1961- 1962), págs. 59-61; R. Benet, “La pintura del segle xviii”, en C. Martinell, J. Ainaud, R. Benet, M. A. Casanovas y F. P. Verrié, L’Art Català, vol. II, Barcelona, Aymá, 1961, págs. 107-108; J. Bosch Ballbona, “Flagel·lació de Crist”, en VV. AA., Un any d’adquisicions, donacions i recuperacions, Barcelona, Museo Nacional de Arte de Cataluña, 1992, págs. 60- 66; J. Bosch Ballbona, “Retrobament amb Pere Crusells (1672 – cap a 1742). La placa de la Flagel·lació de Crist”, en Butlletí del Museu Nacional d’Art de Catalunya, n.º 2 (1994), págs. 151-154; F. Fontbona, “Pere Crusells i la Vinguda de l’Esperit Sant”, en Butlletí de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, 9 (1995), págs. 199-211; F. Fontbona y V. Durà, Catàleg del Museu de la Reial Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi. Pintura, vol. I, Barcelona, Reial Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi, 1999, pág. 36; J. R. Triadó y R. M. Subirana Rebull, Pintura moderna i contemporània, en VV. AA., Art de Catalunya, vol. IX, Barcelona, Edicions L’Isard, 2001, pág. 105; S. Torras Tilló, “El testament i l’inventari de béns del pintor barceloní Pere Crusells (1744)”, en Butlletí de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, n.º 18 (2004), págs. 117-126.
Santiago Torras Tilló