Ayuda

Sebastián de Solís

Biografía

Solís, Sebastián de. ?, c. 1550 – Jaén, c. 1630. Maestro entallador y de escultura.

Sin duda alguna la figura de Sebastián de Solís constituye el mejor representante de la escultura e imaginería en Jaén durante la Edad Moderna. Otros escultores coetáneos nacidos en la provincia del Santo Reino lograron más fama y mayores cimas artísticas, como el baezano Gaspar Becerra, los ubetenses Francisco y Andrés de Ocampo, o los alcalaínos Pablo de Rojas y el gran Juan Martínez Montañés. Sin embargo, todos ellos desarrollaron su actividad fuera de su lugar de origen.

Nacería Sebastián en lugar desconocido, en torno al año 1550. La primera noticia sobre él es de 1578, cuando se le encarga un retablo de la Resurrección para la parroquial de Alcaraz. Cuando en 1582 contrata el retablo de la parroquial de San Bartolomé, figura ya como vecino de Jaén. En 1585 es nombrado maestro entallador y figura también como maestro escultor a partir de 1589. Hasta su muerte, ocurrida con seguridad poco después de 1630, fecha en la que vendió una casa al clérigo Luis de Rojas y Sandoval, vivió siempre en el mismo domicilio, en la calle Hurtado, de la collación o parroquia de San Ildefonso, habitada por clases medias. Gozó de una posición económica desahogada y tuvo siempre buenas relaciones con el estamento religioso de la época. La más clara muestra del apoyo recibido por la Iglesia fue el nombramiento, por parte del obispo giennense Francisco Sarmiento de Mendoza, de “visitador y veedor general de las obras del Obispado”, debido a su mucha “ciencia y experiencia”.

Este cargo tenía por objeto llevar a cabo la inspección y dirección de cualquier obra religiosa de la diócesis, lo que permitía centralizar aspectos técnicos, estéticos y económicos, convirtiendo a su poseedor en la figura más señera del panorama artístico diocesano.

Su hermano Francisco de Solís fue clérigo, también escultor, y colaboró con Sebastián en las esculturas del retablo mayor de la Catedral de Jaén, realizadas entre 1602 y 1605. Y acaso estaría emparentado con un tal Rodrigo de Solís, que en 1599 era prior del Convento de San Agustín de Jaén. Sebastián de Solís estuvo casado con Francisca de Villena, natural de Jaén, con la que tuvo al menos dos hijos, ambos clérigos, Juan y Gaspar de Solís. El mayor, Juan (1575- 1622), fue también escultor, aprendió el oficio en el taller de su padre, quien el 21 de mayo de 1599 fundó con su mujer una capellanía en la parroquial de San Ildefonso para que fuese servida por Juan, o Gaspar de Solís en su defecto. En 1624 Sebastián de Solís nombra capellán de la misma al presbítero Juan de Jamilena, prueba inequívoca de que sus hijos habían muerto para entonces. También su mujer murió por las mismas fechas, entre 1620 y 1624.

Su formación como escultor y ensamblador es deudora del manierismo romanista. En sus arquitecturas de retablos se muestra conocedor de Serlio, Bramante y Palladio, mientras en sus esculturas es en cierto modo ecléctico, entre los tipos nerviosos de Berruguete y los miguelangelescos de Becerra, con figuras de un canon tosco y achaparrado. Su obra muestra fuertes lazos con respecto a la escultura granadina y sevillana de Pablo de Rojas y Francisco de Ocampo, respectivamente. Fue cabeza de un activo taller, en el que se formaron no sólo los miembros de su familia. Así, en 1602 otorgó carta de aprendizaje a Antonio Garrido, vecino de Alcalá de Henares, y Antonio de Albaradona, vecino de la localidad cordobesa de Aguilar del Campo. Después de su hijo Juan, su mejor discípulo fue el giennense Gil Fernández, que trabajó en Martos, Mancha Real y el Convento de las Bernardas de Jaén, entre 1634 y 1640.

Su cargo como veedor de obras del obispado le permitió realizar algunas obras de arquitectura, arte del que también tuvo algunas nociones. Así, en 1611 dio soluciones para la reparación de una de las bóvedas de la parroquial de Huelma y, en 1624, trazó el chapitel de la misma, que no se conserva. Intervino, por las mismas fechas, en algunas reparaciones de la iglesia de Santa María de Martos. No obstante su obra más importante desde el punto de vista arquitectónico fue las trazas de la portada de las Casas Episcopales de Jaén (1606) realizada por el cantero Juan de Biquende.

La producción retablística de Sebastián de Solís es realmente cuantiosa, realizada entre las décadas de 1580 y 1620. A los retablos giennenses antes citados hay que añadir, en la misma ciudad, el de la capilla de los Moya en la parroquial de la Magdalena (1587). El resto de sus retablos fue realizado para diferentes lugares de las diócesis, en una lista muy larga de obras documentadas, pero, por desgracia, todas desaparecidas, en Huelma, Marmolejo, Andújar y Baeza, cuyas esculturas para la iglesia jesuítica de San Ignacio, en 1628, fueron su última obra documentada. Por cuestiones estilísticas se le han atribuido los retablos de Cambil, Villanueva de la Reina (desaparecido) y de la Capilla Dorada de la Catedral de Baeza (1621). Muy cercano a su estilo es el retablo mayor de la parroquial de San Andrés de Baeza (1629-1633), cuyas trazas serían suyas o más propiamente de Gil Fernández, si bien consta documentalmente como obra de Solís el Crucificado que corona dicho retablo (1597-1602) y que en 1620 hizo un sagrario para la misma pieza, luego suprimido y hoy perdido.

También fue escultor imaginero de estatuas exentas y procesionales, por desgracia perdidas, para diferentes hermandades de Jaén, La Guardia, Beas y Porcuna.

Se le han atribuido otras imágenes procesionales, radicadas en Jaén, como la Virgen de la Paz y el grupo del Calvario de la cofradía homónima, en la Iglesia de San Juan, y la efigie de Jesús Nazareno, El Abuelo, de la catedral. Sin embargo, hoy la crítica duda sobre si adscribirlas a Sebastián o a su hijo Juan de Solís, importante escultor que trabajó en 1617 para la cartuja sevillana de las Cuevas, junto a Martínez Montañés, e hizo algunos retablos para la Puebla de Montalbán (Toledo) y Lerma (Burgos).

 

Obras de ~: retablo de la parroquial de San Bartolomé, Jaén, 1582; con F. Solís, esculturas del retablo mayor de la catedral, Jaén, 1602-1605; retablo de la capilla de los Moya de la iglesia de la Magdalena, Jaén, 1587; Crucificado del retablo mayor de la iglesia de San Andrés, Baeza (Jaén), 1597-1602; retablo de la Resurrección de la parroquial, Alcaraz (Albacete), 1578; retablos mayores de las iglesias de la Encarnación, Bailén (Jaén), 1585; parroquial, Huelma (Jaén), 1608; parroquial, Marmolejo (Jaén), 1611; santuario de la Virgen de la Cabeza, Andújar (Jaén), 1610; trazas del retablo mayor y colateral derecho de la iglesia de Santa María, Andújar (Jaén), 1605 y 1617, respect.; sagrario para el retablo de la iglesia de San Andrés, Baeza (Jaén), 1620; Calvario, San Pedro y San Pablo del retablo mayor de la iglesia jesuítica de San Ignacio, Baeza (Jaén), 1626-1628; Santa María Magdalena (para la cofradía homónima), Jaén, 1590; Nuestra Señora (para la cofradía de Santiago de La Guardia), Jaén, 1612; Dolorosa y Descendimiento (para la cofradía de la Soledad), Beas (Huelva), 1620; Señor a la columna para la Vera Cruz de Porcuna (Jaén), 1626; retablo de la Capilla Dorada de la Catedral, Baeza (Jaén), 1621 (atrib.); retablo de la parroquia, Cambil (Jaén), s. f. (atrib.) (desapar.); retablo de la parroquia, Villanueva de la Reina (Jaén), s. f. (atrib.) (desapar.); Virgen de la Paz y grupo del Calvario de la parroquia de San Juan, Jaén, s. f. (atrib.); imagen de Jesús Nazareno, “El Abuelo”, Catedral, Jaén, s. f. (atrib.); trazas de la portada de las Casas Episcopales, Jaén, s. f.

 

Bibl.: M.ª L. Ulierte Vázquez, “Del Manierismo al Barroco en la escultura giennense”, en Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada (CAUG), 17 (1985-1986), págs. 339-352; J. Sánchez Ferrer, “Dos documentos sobre el encargo de un retablo de la Resurrección a Sebastián de Solís, Alcaraz, 1578”, en Al Basit, 12 (1986), págs. 173-174; M.ª L. Ulierte Vázquez, El retablo en Jaén (1580-1800), Jaén, Ayuntamiento, 1986, págs. 158-162; J. P. Cruz Cabrera, “La iglesia de San Ignacio de Baeza, de la Compañía de Jesús, y su retablo mayor, a propósito de unas obras desconocidas del escultor Sebastián de Solís”, en CAUG, 26 (1995), págs. 385-392; M. Ruiz Calvente, “La portada de las casas episcopales de Jaén, obra del maestro cantero Juan de Biquende”, en Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, 162 (1996), págs. 1.509-1.540; J. L. García López, Jaén clave en la escultura de los Siglos de Oro, Sevilla, Fundación Cruzcampo, 2002, págs. 227-263.

 

José Policarpo Cruz Cabrera

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía