Clerk (o Clarke), Guillermo. Edimburgo, Escocia (Reino Unido), 5.VIII.1668 – La Granja (Segovia), 19.VIII.1743. Religioso jesuita (SI), confesor real.
De padre católico, ingresa en el Seminario Escocés de Douai (Francia), de donde se traslada (1688) al de Roma y, al poco tiempo, al noviciado de San Andrés del Quirinal de los jesuitas. Después de un bienio de estudios humanísticos, siete años de estudios mayores en el Colegio Romano y la tercera probación o último año de formación dedicado a la espiritualidad (1700-1701) en Florencia, enseñó filosofía en Ascoli y fue superior del Seminario Escocés en Roma. Rector (1720-1726) del Colegio Escocés de Madrid, se dio a conocer en la Corte al proponer a Felipe V la fundación del Seminario de Nobles (1725). Cuando cayó en desgracia el confesor real, Gabriel Bermúdez, por sospechas de la Inquisición, fue designado para sucederle (7 febrero 1727), pese a su escaso conocimiento del francés, por lo que se pensó en sustituirle por el abate Montgon. Pero el rey creyó que este último sería más útil en la corte de Francia en funciones de agente secreto. Clerk optó por no meterse en política, ya que sabía que entrar en la corte y en el oficio de confesor suponía estar a merced de la poderosa reina Isabel de Farnesio, a la que daba la razón en todo. No quiso enredarse, por ejemplo, en el vidrioso asunto del matrimonio de Fernando con la portuguesa doña Bárbara. Acompañó a los Reyes a Caya para el doble casamiento de éstos y de la infanta doña Marinita con don José, heredero de Portugal. Tildado por anónimos como “confesor zoquete” y como responsable de la tristeza del rey, era consciente de que se movía en una jaula de grillos. Apoyó la alianza con el Imperio que acababa de firmarse. Además fue confesor del embajador imperial Koenigseg y de su esposa. De su obra Representación de la Compañía de Jesús a la Monarquía de España sobre la educación de la Juventud Noble de sus Reinos surge la fundación de Felipe V del Seminario de Nobles (ubicado en el solar del colegio de Areneros de Madrid, posteriormente ICAI-ICADE de la Universidad Comillas), a imitación de los que ya dirigía la Compañía de Jesús en diversas ciudades europeas.
Se mantuvo en el cargo hasta la muerte por su escaso relieve personal y su sumisión a los planes de la reina. Hizo un intento frustrado por la beatificación del obispo de Puebla, Juan de Palafox Mendoza.
Obras de ~: Representación de la Compañía de Jesús a la Monarquía de España sobre la educación de la Juventud Noble de sus Reinos (Uriarte, n. 1938: Biblioteca de la Real Academia de la Historia 199/9, Madrid).
Bibl.: A. Laguna, Carta sobre la vida y muerte del P. Guillermo Clarke, 1743; V. Bacallar, marqués de san felipe, Comentarios de la guerra e Historia de Felipe, Génova, Matheo Garviza, 1782; W. Coxe, España bajo el reinado de la Casa de Borbón, Madrid, Jacinto de Salas y Quiroga, Est. Tipográfico de D. F. de P. Mellado, 1846; A. Baudrillart, Philippe V et la Cours de France, Paris, Librairie de Firmin-Didot, 1890; A. Astrain, “El Confesor del Rey”, en Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, vol. VII, Madrid, Razón y Fe, 1925, pág. 164; J. de Uriarte, M. Lecina, Biblioteca de escritores de Compañía de Jesús pertenecientes a la antigua Asistencia de España, t. II, Madrid, A. Ferrusola, 1925-1930, pág. 240; L. Cuesta, “Jesuitas confesores de reyes y directores de la Biblioteca Nacional”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 69 (1961), págs. 129-174; M. Gutiérrez Semprún, “Confesores”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 602; J. Escalera, “Klerk, Guillermo”, en Ch. E. O’Neill y J. M.ª Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico-Temático, vol. I, Roma-Madrid, Institutum Historicum, S.I., Universidad Pontificia Comillas, 2001, pág. 827; P. M. Lamet, Yo te absuelvo, majestad: Confesores de Reyes y reinas de España, Madrid, Temas de Hoy, 2004, págs. 219-221.
Pedro Miguel Lamet