Ayuda

Francisco Sobrino Morillas

Biografía

Sobrino Morillas, Francisco. Salamanca, 1545 – Madrid, 7.I.1618. Cuarto obispo de Valladolid, rector y catedrático de la Universidad de Valladolid.

Hijo del letrado Antonio Sobrino y de Cecilia de Morillas, una de las intelectuales más destacadas de la Castilla del siglo xvi, nació Francisco Sobrino en Salamanca, a cuyo colegio trilingüe asistió en su infancia.

Cuando su padre fue requerido por el conde de Ribadavia para atender sus negocios ante la Chancillería vallisoletana, se trasladó la familia a la villa del Pisuerga, entonces sede habitual de la Corte. Se graduó en la universidad como bachiller en Arte (agosto de 1564), para licenciarse y doctorarse después en Teología en 1576. Fue uno de los máximos expertos en Teología positiva y escolástica, leyéndola por espacio de cuarenta y seis años en las diversas cátedras de la Facultad de Teología (Sagrada Escritura, Vísperas y Prima de Teología). Una promoción complicada, que le llevó a pleitear incluso en la Chancillería. Fue, además, el primer rector de la Universidad de Valladolid, que gobernó por espacio de dos años, entre 1611 y 1612.

El primer beneficio eclesiástico del que gozó fue en Viana de Cega, entonces perteneciente a la abadía de Valladolid. Después fue la capellanía mayor de la iglesia parroquial de la Magdalena, una obra pía fundada por el obispo de Palencia Pedro de Lagasca. Se había graduado de Teología junto con fray Pedro de Rojas, hermano del marqués de Poza. Cuando el primero fue promovido al obispado de Astorga, encargó a Francisco Sobrino que tomase posesión de esta diócesis, en la que gozó de algunos beneficios, aunque desde la distancia, pues no abandonaba su cátedra vallisoletana.

Pronto, la iglesia Mayor (colegiata primero y catedral después) se convirtió en su ámbito de actuación como canónigo. Como magistral y desde este púlpito, Francisco Sobrino se mostró como uno de los mejores predicadores de su tiempo en Valladolid, con un prestigio extendido por todo el reino de Castilla, y sus sermones estuvieron presentes en importantes acontecimientos de la Iglesia española en el tránsito hacia el siglo xvii, como ocurrió con las honras de Felipe II.

De hecho, algunos autores indican que recibió la consideración de predicador de Su Majestad. Así se encontraba Sobrino dentro del reparto oficial de los oficios del Cabildo, ocupándose de los negocios de éste en la propia ciudad o en la Corte. Su hermano Diego Sobrino le presentaba como un canónigo ejemplar, habitual en el coro. Por eso, no fue extraño que Felipe III recurriese a él para proponerle como obispo de las diócesis de Canarias y Ciudad Rodrigo. Repetidamente, Francisco Sobrino renunció a ambos oficios, con el consiguiente asombro del monarca y sus órganos colegiados. Fue llamado como capellán de una de las fundaciones monásticas más cuidadas por la Monarquía: la Encarnación. Pero parecía que Felipe III no entendía que Francisco Sobrino no deseaba abandonar sus ocupaciones en Valladolid, aunque en numerosas ocasiones se veía obligado a ejercer la representación del Cabildo catedralicio en la Congregación del estado eclesiástico.

Hubo nuevos ofrecimientos por parte del Rey, con nuevas renuncias por parte de Sobrino, hasta que en 1616 quedó vacante el obispado de Valladolid. Su consagración episcopal tuvo lugar en medio de una gran ceremonia cortesana en Madrid. Tras su entrada solemne en Valladolid, comenzó la visita a esta pequeña diócesis, aunque pronto Felipe III le llamó a la Corte, para formar parte de la junta que habría de promover la declaración romana del dogma de la Inmaculada Concepción de María. A pesar de eso, en los ocho meses que gobernó directamente la diócesis, realizó la reforma hospitalaria en la cual redujo el número de ellos y los concentró en uno solo general: el Hospital de la Resurrección. Consagró, además, el convento de Las Lauras, dominicas recoletas fundadas por iniciativa de la duquesa de Alba. Era también un devoto de la madre Teresa de Jesús, y llegó a reunir numerosos autógrafos de sus obras, después donados a la biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Nada más llegar a la Corte madrileña, sufrió un agravamiento de su enfermedad, murió a los setenta y tres años el 7 de enero de 1618, sin haberse recuperado de los amplios gastos que un obispo debía hacer al entrar en su nueva diócesis, teniendo que entregar el rey Felipe III cuatrocientos ducados para su funeral y entierro. Sus restos fueron depositados en la antigua catedral vallisoletana, hasta su ubicación definitiva en la catedral herreriana. Francisco Sobrino no aceptó nunca ser retratado en vida. Fue entonces, cuando estando el cuerpo sobre el túmulo, y vestido de pontifical con capa y mitra, el pintor Domingo de la Fuente tomó los apuntes correspondientes, colocándose pronto el retrato en la galería junto con los de sus tres antecesores. Hubo que esperar casi dos años hasta que su sucesor, el hijo ilegítimo del conde de Benavente, Enrique de Pimentel, tomase posesión de esta mitra.

 

Obras de ~: Sermón que predicó el Dr. D. Francisco Sobrino, Canónigo Magistral, Catedrático de Vísperas de Teología y Calificador del Santo Oficio a las honras del Rey Católico Don Phelipe nuestro Señor segundo de este nombre que hizo la Universidad de Valladolid, Lunes a 21 de Diciembre de 1598, Valladolid, 1599.

 

Bibl.: D. de San José, Relación de cosas memorables de la vida y muerte del S. D. Francisco Sobrino, Obispo de Valladolid y de sus Padres y Hermanos, s. l., s. f.; M. de Castro, Episcopologio Vallisoletano, Valladolid, 1904; E. de Jesús María, “A la madre Cecilia del Nacimiento, gloria del Carmelo y de España. En el III centenario de su muerte 1646-1946” y “Ensayo sobre la lírica carmelitana hasta el siglo xx”, en Monte Carmelo, 47 y 54 (1946 y 1949), respect.; A. de la Virgen del Carmen, Historia de la Reforma Teresiana (1562-1962), Madrid, Editorial Espiritualidad, 1968; J. L. Rodríguez y J. Urrea, Santa Teresa en Valladolid y Medina del Campo, Valladolid, Caja de Ahorros Popular, 1982; J. Burrieza Sánchez, “Virtudes y Letras. La familia de los Sobrino de Valladolid”, en M. García Fernández y M. A. Sobaler seco (coords.), Estudios de Historia. Homenaje al profesor Teófanes Egido, Valladolid, Junta de Castilla y León, 2004.

 

Javier Burrieza Sánchez

 

 

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares