León Ortega, Antonio. Ayamonte (Huelva), 7.XII.1907 – Huelva, 9.I.1991. Escultor imaginero.
Nacido en Ayamonte, en el seno de una familia humilde, pasó su infancia y primera juventud como pastor.
En las largas horas de contacto con la naturaleza, tallaba figuritas de cabras y vacas, perros y caballos, con las cortezas de los alcornoques y las raíces de las adelfas. Tal habilidad plástica llamó la atención de quienes le conocían, y con una beca de la dueña de la finca donde se había criado, y una posterior ayuda de la Diputación Provincial de Huelva, marchó a Madrid el 17 de octubre de 1927.
En los cinco años de su estancia en Madrid, se formó en la Escuela de Artes y Oficios Aplicados y en la Escuela Superior de Bellas Artes, con José Capuz, Adsuara Ramos, Rafael Doménech y Manuel Benedito. Destacó en Modelado, y obtuvo premios en Dibujo y Anatomía. Colaboró en los estudios de Adsuara y de Capuz, de quienes aprendió técnicas prácticas y complementarias. En 1933 regresó a Ayamonte y montó un estudio con José Vázquez Sánchez.
Los destrozos de la Guerra Civil le dieron la oportunidad de demostrar sus dotes para la imaginería religiosa.
La sencillez y austeridad de su persona, su profunda religiosidad y el origen artesanal de sus comienzos marcaron el carácter de su escultura. Guiado por su afán de aprender, de gozar de la belleza plástica y de depurar la forma, aspiró a volver a Madrid, tras la Guerra Civil, para trabajar con Capuz. Pero el encuentro con Joaquín Gómez del Castillo, en 1939, le hizo quedarse en Huelva. Con el tallista sevillano perfeccionó la policromía, y para él trabajó en la escultura del Sagrado Corazón, de la parroquial de San Pedro de Huelva (1939), y en la del Cristo de la Buena Muerte (1941).
El fallecimiento de Gómez del Castillo, en 1944, le dejó como único escultor en Huelva. La enorme demanda de imaginería, para cubrir los huecos dejados en las devastadas iglesias después de las destrucciones de 1936, retuvo a León en Huelva de modo definitivo.
A su trabajo escultórico añadió, en la década de 1970, el ejercicio de la docencia, como profesor de Dibujo en el seminario diocesano y en la Escuela de Artes y Oficios de Huelva, que lleva su nombre.
Para el arte onubense del siglo xx, León Ortega supone la nota autóctona y diversificadora con respecto a las grandes corrientes escultóricas sevillana, levantina o madrileña. Durante más de cuarenta años trabajó en la imaginería religiosa y en la talla de retablos, así como en el género del retrato. Su producción artística puede agruparse en tres épocas: Etapa inicial, desde comienzos de los años cuarenta, en la que se manifiesta conocedor y continuador de las formas del Barroco sevillano.
Desde 1950 hasta mediados de los años sesenta se extiende el período de la madurez, caracterizado por la tendencia a la simplificación de líneas, relieves y formas anatómicas, para poner todo el énfasis en el dramatismo de la composición y en la expresividad de los rostros, como una vuelta a las figuras hispanoflamencas y castellanas de mediados del siglo xvi.
Desde 1968 hasta sus últimas obras, las formas escultóricas experimentan una mayor estilización y depuración.
Los años de la reforma litúrgica y de la modernización del arte sacro le sirven de estímulo para evolucionar en la simplificación de volúmenes y formas. Si ya había iniciado la búsqueda personal, en solitario, de la severidad castellana, ahora va a conectar con el espíritu de la reforma litúrgica, que aconseja la autenticidad de la materia, la pobreza y austeridad, la verdad de los contenidos expresados en la verdad de los materiales.
Antonio León cayó enfermo el 29 de septiembre de 1985, y no pudo volver a su humilde taller. Querido y admirado por los onubenses, falleció en Huelva el 9 de enero de 1991.
Obras de ~: Cristo de la Vera Cruz, Ayamonte, 1941; Cristo de la Humildad, Huelva, 1942; Jesús de las Penas, Huelva, 1945; Ángel de la Oración del Huerto, Huelva, 1946; Virgen del Amor, Huelva, 1949; Cristo de la Sangre, Huelva, 1950; Descendimiento, Huelva, 1952-1953; Virgen de Andévalo, El Cerro, 1953; Cristo de la Lanzada, Ayamonte, 1957; Virgen de las Angustias, Huelva, 1958; Busto de Cantero Cuadrado, 1964; Virgen Madre de la Iglesia, Huelva, 1973; Cristo de la Fe, Huelva, 1975.
Bibl.: J. Blanco Coris, “Otro pastor artista a la conquista de la gloria”, en La Esfera, 737 (18 de febrero de 1928), pág. 30; R. J. Terán, “Antonio León Ortega: un escultor con corazón de imaginero”, entrevista en El Correo de Andalucía, Sevilla, 13 de abril de 1980; “Antonio León Ortega, un homenaje necesario”, en Revista de la Diputación Provincial de Huelva, 4 (1982), págs. 62-65; M. J. Carrasco Terriza, “Una escultura de León Ortega en Stamford, USA”, en VI Jornadas de Andalucía y América. La Rábida, 1986, t. I, Sevilla, 1987, págs. 269- 274; A. G. Franco Romero, “Antonio León Ortega: Una imaginería concebida como escultura”, en Huelva Información (coleccionable Semana Santa en Huelva), 11 de abril de 1995, pág. 370; A. G. Franco Romero (coord.), Antonio León Ortega, 1907-1991: Museo Provincial de Huelva, abrilmayo 1996, catálogo de exposición, Huelva, Museo Provincial, 1996; M. J. Carrasco Terriza, Escultura del Crucificado en la Tierra Llana de Huelva, Huelva, Diputación Provincial, 2000, págs. 200-205; A. G. Franco Romero, “Un recorrido por la obra escultórica de Antonio León Ortega”, en VV. AA., V Jornadas de Historia de Ayamonte, 2000, Ayamonte, 2001, págs. 77-90; http://escultorleonortega.com/biografia.html.
Manuel Jesús Carrasco Terriza