Sosa, Gabriel de. Segovia, c. 1524 – 5.XI.1601. Pintor.
Pintor central de la escuela local durante la segunda mitad del siglo XVI. Emparentado quizá con el también pintor Cristóbal de Sosa, documentado al menos hasta 1539. Trabajó siempre dentro de antigua diócesis segoviana.
Sus inicios profesionales se sitúan por 1551, en relación con un retablo de Nuestra Señora en la iglesia de San Nicolás, a lo que siguieron algunas obras menores para la catedral y Carbonero el Mayor. Por 1561 trabajaba en los retablos de Valdesimonte, el de la ermita de San Mamés de Aguilafuente y en obras de policromía para Tenzuela y Maderuelo; en 1566 lo hacía en los colaterales de la iglesia San Juan de Mojados (Valladolid), en el retablo de la ermita de la Magdalena de Labajos y en el retablo de la iglesia segoviana de San Facundo, e intervino de nuevo en pequeños encargos de la catedral, el humilladero de Maderuelo y las iglesias de San Antón y San Nicolás en Segovia En noviembre de 1570 actuó como veedor municipal para todo lo concerniente a los arcos erigidos para la Entrada de Ana de Austria en la ciudad, y policromó las grandes figuras levantadas por Francisco Giralte. Cuatro años más tarde figura pintando los colaterales de Santa María de Maderuelo, y se le encarga el de San Matías de Escalona. Y de 1575 datan las muy deterioradas pinturas del retablo de Ambrosio de Mercado en la iglesia de San Martín de Segovia.
En los años ochenta su taller comenzó a capitalizar los principales encargos locales. De esta época serían los desaparecidos retablos de Nuestra señora de Castroboda, en Maderelo (1580), la ermita de la Matilla (1581), los colaterales de Villafranca de Castilnovo (1583) y Mozoncillo (1585) y el retablo de Aldeanueva del Monte (1584), amén de trabajos de policromía para El Espinar, Cascajares de Fresno y Chañe. Una desleal actuación le llevó a enzarzarse por entonces en un pleito con Alonso de Herrera sobre el retablo de Pajares de Fresno. Y en 1586 obtuvo de la viuda del desaparecido Diego de Aguilar el traspaso de numerosas licencias de obras.
En 1588 estaba trabajando en el retablo del licenciado Ventura Gijón para la iglesia de San Clemente, y en 1592 hacía los paños del monumento de Semana Santa para Santa María de Maderuelo, de los que se conserva el de la Última Cena. Trabajó también por entonces para Otones de Benjumea, Carrascal de la Cuesta, Cerezo de Abajo, la iglesia de San Esteban de Sepúlveda y en la de San Facundo de Segovia. Y, ya en el tramo final de su actividad profesional, dio en realizar las seis pinturas y la policromía del retablo mayor de la parroquial de Campo de San Pedro (1596-1597), sin duda su obra más importante, impregnada ya de cierto sabor escurialense. Con posterioridad a ello figura trabajando para Fuentemizarra (retablo de santa Catalina) San Esteban y San Bartolomé de Sepúlveda (retablo de la Madre de Dios), y para los Descalzos, San Miguel y Santa María de Maderuelo (retablo de San Antonio).
En su testamento, dado el 18 de octubre de 1601, hay noticia de obras en Sepúlveda (retablo del Rosario) y Maderuelo. En estos últimos años orientó en parte sus intereses hacia el comercio de lanas, actividad con la que aparecen relacionados en la ciudad otros Sosa.
Casó con Isabel de Cirana, que le sobrevivió hasta 1617, y vivió siempre con cierto desahogo, desde 1577 en la calle de la Almuzara. No tuvo descendencia, y se desconoce su parentesco con varios Sosa pintores documentados en Valencia, Ávila o Uclés.
Se conoce muy poco de su obra figurativa; nada de ello anterior a 1575. Probablemente una parte esencial de su trabajo fue de policromía, dorado y estofado, pero no faltan pinturas que puedan relacionarse con algunas de sus creaciones bien documentadas, como las del retablo mayor de Valdevarnés, o varias en San Antonio el Real de Segovia: San Diego de Alcalá, Santa Úrsula y las Oncemil Vírgenes (mural), y el San Roque del retablo de la Asunción. Otras resultan más problemáticas, por su proximidad a Diego de Aguilar (San Miguel Arcángel. Balisa, N. S. del Otero; retablo de san Nicolás, Maderuelo, Santa María del Castillo).
Y hay no pocas pinturas anónimas de un momento anterior que pueden relacionarse con su trabajo, hoy estimadas de la esfera del Maestro de los Del Campo (tríptico de la Ultima Cena, o Entierro de Cristo, en el Museo Provincial de Segovia) o agrupadas en torno a personalidades facticias (Retablo del Rosario, Museo Diocesano; retablo de Cristo a la columna, Carbonero el Mayor), por las que se evidencia muy verosímil entronque estilístico en la propia pintura local.
Entre sus sólidos oficiales se cuentan Simón Rodríguez, Gregorio Ramírez y Juan de Portillo, que desarrollarían luego una actividad independiente.
Obras de ~: Pinturas del retablo mayor, iglesia parroquial de Campo de San Pedro (Segovia), 1596-1597; Pinturas del retablo del Cristo o de Ambrosio de Mercado, San Martín (desmembrado), Segovia, 1575; El licenciado V. Girón ante Cristo en la cruz, San Millán, Segovia, 1590; Sarga de la Última Cena, Santa María del Castillo, Maderuelo (Segovia), 1592; pinturas del retablo mayor, iglesia de Valdevarnés (Segovia) (atrib.); San Diego de Alcalá, pinturas del altar-relicario santa Úrsula y S. Roque, del retablo de la Asunción, San Antonio el Real, Segovia (atrib.).
Bibl.: M. Quintanilla, “El pintor Gabriel de Sosa”, en Estudios Segovianos, III (1951), pág. 308; J de Vera y M. Villalpando, “Notas para un diccionario de artistas Segovianos”, en Estudios Segovianos, IV (1952), pág. 149; C. de Parrondo, “Algunas páginas del catálogo artístico de San Millán”, en El Libro de la Catorcena, Segovia, Caja de Ahorros, 1977, pág. 48; F. Collar de Cáceres, Pintura en la antigua diócesis de Segovia (1500-1631), Segovia, Diputación Provincial, 1989, vol. I, págs. 153-174, y 117-118, 127-134; M. Villalpando, Artistas en Segovia. Siglos xvi y xvii, Segovia, Caja de Ahorros, 1985, pág. 158; F Collar de Cáceres, “Arte Arquitectura en la Entrada de Ana de Austria”, en Báez de Sepúlveda, Relación Verdadera del Recibimiento que hizo la ciudad de Segovia..., (1571), Segovia, F. Juan de Borbón, 1998, págs. 203, 215-216, 218, 239; F. Collar de Cáceres y M. Porras Gil, [“fichas catalográficas”], en Las Edades del Hombre. El árbol de la Vida, Segovia, 2003, págs. 185-187 y págs. 385-386 respec.
Fernando Collar de Cáceres
