Gutiérrez García, Francisco Antonio. León, c. 1762 – Toledo, 11.XI.1828. Maestro de capilla y compositor.
Nacido en torno a 1762 en León, Francisco Antonio Gutiérrez desempeñó responsabilidades musicales de gran importancia en el panorama español dela segunda mitad del siglo xviii y primeras décadas del siglo xix, gracias a las cuales ejerció una notable influencia en la música de aquella etapa. Pese a que la mayoría de sus obras han permanecido inéditas, su significado en la historia de la música de España se vio realzado al propagar las ideas de Antonio Eximeno mediante la traducción de su libro Del origen y reglas de la música. Su obra muestra la progresiva adopción de los cánones clasicistas en la música religiosa de su tiempo.
En su ciudad natal fue colegial o cantorcillo de la catedral bajo la dirección del entonces maestro de capilla, José Ramón Gargallo, su primer destino importante fue la catedral de Segovia. A comienzos de diciembre de 1781 había fallecido el maestro Juan Montón y Mallén y el 14 de diciembre de aquel mismo año se convocaron los edictos para el magisterio de capilla, presentándose siete candidatos, a cada uno de los cuales se ordenó componer un villancico y un motete; posteriormente se acordó enviar los ejercicios a dos maestros para su examen, concretamente a Antonio Rodríguez de Hita, maestro del monasterio madrileño de la Encarnación, y a Manuel Mencía, maestro de las Descalzas Reales.
Rodríguez de Hita propuso, en primer lugar, a José Quiroga, maestro de capilla de la catedral de Orense; en segundo, a Francisco Gutiérrez; en tercero, a Juan Fernández, también natural de León; en cuarto, a Vicente Escalante, maestro de capilla de Alicante; en quinto, a Ramón Ferreñac, maestro de capilla de Huesca, y en sexto, a Baltasar Yuste, natural de la ciudad de Zaragoza. El otro examinador, Manuel Mencía, propuso por el contrario, en primer lugar, a Francisco Gutiérrez (“el más sobresaliente”); en segundo, a Juan Fernández, y en tercero, a José Quiroga. El Cabildo, mediante voto secreto y por mayoría, eligió, el 18 de enero de 1783, a Francisco Gutiérrez con veintidós votos frente a los trece de José Quiroga. Según un acuerdo del 12 de febrero de ese año, Gutiérrez ya estaba actuando de maestro de capilla, hecho que se confirma por otro acuerdo del mismo día, que encarga que todos los músicos, “así presbíteros como seglares guarden al maestro de capilla aquella atención y obediencia correspondiente, sin andar en disensiones”. Diez años permaneció Francisco Antonio Gutiérrez como maestro de capilla de la catedral de Segovia.
El 2 de enero de 1793 solicitó licencia al Cabildo para ir a Madrid con el objetivo de optar al magisterio de la Encarnación. El Cabildo le concedió quince días y Gutiérrez ganó la oposición: el 2 de marzo informó al Cabildo de haber sido nombrado maestro de la Encarnación y el 21 del mismo mes se despidió del Cabildo para ir a Madrid a servir su nuevo destino. El 9 de abril se vio en cabildo su testimonio de haber tomado posesión del nuevo cargo, por lo que de nuevo se hicieron trámites para nombrar un nuevo maestro. En opinión de Barbieri, en su etapa al frente de la Encarnación, Gutiérrez empezó a sobresalir no sólo como compositor de genio y talante, sino también por sus aficiones literarias y por un espíritu reformista en materia musical. Gran lector, uno de los libros que más le llamó la atención fue la obra del padre Eximeno Dell’ origine e delle regole della musica, publicada en Roma en 1774, por lo que decidió traducirla al español; había comenzado tal tarea en 1790 pero viendo las dificultades para editar la obra, hizo una solicitud a Godoy en busca de patrocinio y le rogó que aceptara la dedicatoria.
La petición de Gutiérrez fue admitida y la obra salió a la luz en 1796, publicada por la Imprenta Real.
Gutiérrez permaneció en la Encarnación hasta 1799, año en que tomó posesión del magisterio en Toledo, siendo nombrado el 28 de septiembre y tomando posesión el 11 de diciembre. Aquel mismo año ya compuso los villancicos de Navidad. Murió en Toledo, el 11 de noviembre de 1828 a la una de la noche. Es interesante el juicio que de sus obras ofrece Soriano Fuertes: “De D. Francisco Antonio Gutiérrez existen composiciones muy superiores; entre ellas una secuencia de difuntos, que revela su gran genio, especialmente en un verso en que la buena aplicación de las trompas, oboes, y un clarín de armonía producen un efecto encantador”.
Sus obras musicales se encuentran diseminadas en diferentes archivos españoles, conservándose el corpus principal en el monasterio de Montserrat, pero este archivo no ha sido catalogado ni publicado hasta el presente. Su estilo constituye una buena prueba de la implantación en España de los principios del clasicismo musical y el abandono de la estética basada en el bajo continuo. Por otra parte, su orquestación intenta explotar las posibilidad expresivas y tímbricas de los respectivos instrumentos; la amplia gama de matices dinámicos, indicados por el propio compositor, así como el equilibrio entre lo vocal y lo instrumental, muestra asimismo la preocupación de compositores como Gutiérrez por adaptar su lenguaje musical a la corriente clasicista imperante en Europa. Obr as de ~: Misas: catedral de León: Misa (a 8 voces, orquesta); Misa 3.ª a las rogativas (a 8 voces, orquesta). Catedral de Segovia: Misa (a 4 y a 8 voces, orquesta); Misa (a 4 y a 8 voces, orquesta); Misa (a 8 voces, orquesta); Misa sobre el Tantum ergo (a 8 voces, orquesta); Misa de San Frutos (a 8 voces, orquesta); Credo en Re M (a 8 voces, orquesta, 1791); Credo en Re M (a 8 voces, orquesta); Credo en Re M (a 8 voces, orquesta).
Cánticos: catedral de Segovia: Magnificat (a 8 voces, orquesta); catedral de León: Magnificat (a 8 voces, orquesta); Magnificat (a 8 voces, orquesta).
Himnos: catedral de León: Ave Maris Stella (a 8 voces, orquesta); catedral de Segovia: Te Ioseph celebrent (a 4 voces).
Lamentaciones: catedral de Segovia: Aleph. Ego vir videns (a 3 voces, orquesta), 1788; Aleph. quomodo sedet (a 8 voces, orquesta); Aleph. Quomodo sedet (a 8 voces, orquesta); Ego vir videns (a 5 voces, orquesta), 1791; Heth. Cogitabit (a 8 voces, orquesta); Heth. Cogitabit (a 8 voces, orquesta); Heth. Misericordiae Domini (a 8 voces, orquesta), 1791; Iod. Manum Suam (a 4 voces, orquesta); Lamed. Matribus suis (a 3 voces, orquesta), 1785; Vau. Et egressus est (a 3 voces, orquesta); Vau. Et egressus est (voz, orquesta); Vau. Et egressus est (voz, orquesta), 1788; Vau. Et egressus est (voz, orquesta); Vau. Et egressus est (voz, orquesta).
Salmos: monasterio de Guadalupe: Lauda Ierusalem (a 8 voces, orquesta). Catedral de León: Dixit Dominus (a 6 voces, orquesta); Laetatus sum (a 8 voces, orquesta); Lauda Ierusalem (a 8 voces, orquesta); Laudate Dominum (a 8 voces, orquesta).
Catedral de Segovia: Dixit Dominus (a 8 voces, orquesta); Lauda Ierusalem (a 8 voces, orquesta, 1786); Laudate Dominum (a 8 voces, orquesta); Mirabilia (a 8 voces, orquesta); Miserere (a 8 voces, orquesta); Miserere (a 8 voces, orquesta).
Varia en latín: Parce mihi Domine (a 4 voces, orquesta); Te Deum (a 8 voces, orquesta).
Villancicos al nacimiento: monasterio de Guadalupe: Pastorcito de mi vida (a 10 voces, orquesta, 1784). Catedral de León: Atención pasajeros (a 8 voces, orquesta). Catedral de Segovia: Al muro, zagales (a 8 voces, orquesta); Antón, esta Nochebuena (a 6 voces, orquesta); Aunque soy pastorcillo (a 8 voces, orquesta); Duerme, chiquito (a 8 voces, orquesta); Duerme, pastor soberano (a 8 voces, orquesta); Dulcísima María (a 2 voces, orquesta); Gil, aquel pastor (a 7 voces, orquesta); Halláronse unos pastores (a 9 voces, orquesta); Las nieblas se disipan (a 8 voces, orquesta); Los hombres (a 8 voces, orquesta); Los pastorcillos con bulla (a 8 voces, orquesta); Niño del cielo (a 8 voces, orquesta); Pastorcillos, hola (a 8 voces, orquesta); Pastores de estas montañas (a 8 voces, orquesta); Pastores volando (a 8 voces, orquesta); Por si logra (a 8 voces, orquesta); Qué quietud (a 8 voces, orquesta); Queriendo unos molineros (a 8 voces, orquesta); Señores un pastorcito (a 8 voces, orquesta); Si en el día (a 8 voces, orquesta); Solo y pobre (voz, orquesta); Todos, niño hermoso (a 8 voces, orquesta); Unos rústicos pastores (a 8 voces, orquesta); Vamos, amigos (a 6 voces, orquesta); Vaya de niños de coro (a 8 voces, orquesta); Ya cesó entre Dios (a 8 voces, orquesta); Ya empieza la bulla (a 6 voces, orquesta); Ya ha llegado mi consuelo (a 8 voces, orquesta); Ya que dicen (a 8 voces, orquesta); Zagalejos del ejido (a 8 voces, orquesta).
Villancicos al Santísimo: catedral de Segovia: A la mesa (a 4 voces, orquesta); A la promisión (a 4 voces, orquesta); A volar, entendimiento (a 4 voces, orquesta); Al arma (a 8 voces, orquesta); Aunque el pan (a 4 voces, orquesta); Como la mariposa (a 4 voces, orquesta); Como no teme (a 8 voces, orquesta); Decidme, serafines (a 4 voces, orquesta); Dios de mi vida (a 4 voces, orquesta); Dueño del alma mía (a 4 voces, orquesta); Dueño mío soberano (voz, orquesta); Dulce y amante dueño (voz, orquesta); Es constante, Dios (voz, orquesta); Jesús del alma mía (voz, orquesta); Los ángeles, los hombres (a 8 voces, orquesta); Miserable el hombre (voz, orquesta); Misterio admirable (a 4 voces, orquesta); Mortales, escuchad (voz, orquesta); No desmaye (voz, orquesta); No temo la saña (a 4 voces, orquesta); Oh gran Dios (voz, orquesta); Oh gran Señor (a 4 voces, orquesta); Oh pastor divino (a 4 voces, orquesta); Oh, qué júbilo (a 3 voces, orquesta); Oh, qué tarde (voz, orquesta); Padre del alma mía (a 3 voces, orquesta); Pastor enamorado (voz, orquesta); Qué nación (a 8 voces, orquesta); Qué portento (voz, orquesta); Quién habrá (a 5 voces, orquesta); Si en la espiga (a 8 voces, orquesta); Si en la espiga (voz, orquesta); Si inunda la tierra (a 8 voces, orquesta); Te adoro Dios mío (a 6 voces, orquesta); Tortolilla que en el prado (a 8 voces, orquesta); Un corazón amante (a 2 voces, orquesta); Un Dios en la mesa (voz, orquesta); Vuelve el rebaño (a 3 voces, orquesta).
Villancicos a la Inmaculada: catedral de Segovia: En métrica armonía (a 8 voces, orquesta), 1773; En tristes tormentas (a 8 voces, orquesta); Guardias esforzadas (a 4 voces, orquesta, 1785); Mortales divertidos (a 8 voces, orquesta); Qué tristemente clama (a 8 voces, orquesta); Soldados a pelear (a 8 voces, orquesta), 1789.
Aria: Catedral de Segovia: Ay de mí (a 4 voces, orquesta).
Ediciones: “Salve, Credidi y Magnificat”, en P. Capdepón, La música en el monasterio de la Encarnación en el siglo xviii, Madrid, Alpuerto y Fundación Caja Madrid, 1997.
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Paulino Capdepón Verdú