Suárez, Úrsula. Santiago de Chile (Chile), 1666 – 5.X.1749. Monja clarisa, abadesa.
Úrsula Suárez nació en casa de sus abuelos paternos, Martín Suárez Ortuño y María del Campo de Lantandilla.
Ella misma describe su infancia en esta casa habitada por una familia extensa, como un período lleno de travesuras, enfermedades y contactos con lo sobrenatural; un mundo eminentemente femenino, de domesticidad, distendidas conversaciones, mandas, novenas, limosnas y relatos sembrados de alusiones al más allá, que serían una circunstancia decisiva en la vocación de la propia Ursula; mundo asimismo, atravesado por las disputas de poder por la tutela de la niña —en este caso entre la abuela y la madre, María Escobar Lillo—, que anticipaban de algún modo los avatares de su vida en el monasterio. La abuela, con quien Úrsula tuvo una gran proximidad afectiva, la educó.
El atractivo que desde la infancia despertó en Úrsula la vida religiosa, las irrupciones de extraños seres, interpretadas por ella como acechanzas del demonio, chocaron con las reticencias de la madre, poco proclive al ingreso de Úrsula al claustro. A los doce años, sin embargo, logrando vencer la voluntad materna, ingresaba al monasterio de Santa Clara de la Victoria próximo a la plaza mayor de Santiago, fundado por disposición de su abuelo Alonso del Campo; debió esperar seis años en el noviciado antes de hacer los votos. Tomó el hábito el 4 de mayo, día de Santa Mónica y el 2 de enero del año 1684 profesó.
Su existencia estaba dividida entre los requerimientos de silencio y cumplimiento de las reglas y su propio talante rebelde, que motiva incluso un juicio en contra suya en 1715. La inclinación de Úrsula hacia los fenómenos místicos la lleva a descubrir presencias intangibles en la vida monacal de todos los días, entre ellas una voz que denomina “majestad”, que predice ciertos hechos como la muerte, la reprende por actos indebidos o le enrostra su falta de rigor ritual.
Por consejo de sus confesores y guías espirituales, en particular del jesuita Tomás de Gamboa, decide confiar al papel estas señales y dejar asimismo por escrito los acontecimientos ordinarios de su vida, incluso los de su pasado. Inicia así, contra su voluntad —como expresa— y en perpetua zozobra acerca de sus capacidades narrativas, la Relación de las singulares misericordias que ha usado el Señor con una religiosa indigna esposa suya, previniéndole siempre para que sólo amase a tan Divino Esposo y apartase su amor de las criaturas; género que contaba con ejemplos difundidos a través de sucesivas ediciones, como los de María de la Antigua y Marina de Escobar, visionarias y escritoras ambas, cuyas obras conoció y admiró la clarisa chilena.
Revisado periódicamente por el confesor, el relato autobiográfico constituía un eficaz método de orientación y autoconocimiento para aquellas religiosas inclinadas a experiencias místicas o revelaciones. El discurso de la clarisa chilena, que se presenta como la historia de un alma escogida, en la cual los efectos de lo sagrado se entrelazan a peripecias terrenales, cumplía con estos objetivos gracias a su convincente sinceridad. Iniciado en 1708 y concluido hacia 1730, el relato autobiográfico de Úrsula Suárez, quedó inédito hasta fecha reciente. Constituye empero, el más temprano escrito femenino realizado en Chile y una fuente excepcional para conocer la vida interior de una religiosa así como la mentalidad, usos y costumbres del mundo hispanoamericano en el tránsito del siglo XVII al XVIII.
Obras de ~: Relación de las singulares misericordia que ha usado el Señor con una religiosa indigna esposa suya, previniéndole siempre para que sólo amase a tan Divino Esposo y apartase su amor de las criaturas, Santiago de Chile, 1730 (pról y ed. crít. de M. Ferrecio Podestá, est. prelim. de A. de Ramón, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1984).
Bibl.: J. de Guernica, Historia y evolución del Monasterio de las Clarisas de Nuestra Señora de la Victoria en sus cuatro períodos, Santiago de Chile, Imp. Sagrado Corazón de Jesús, 1944; I. V. Eyzaguirre, Historia eclesiástica, política y literaria de Chile, Valparaíso (Chile), Imp. del Comercio, 1850; J. T. Medina, Historia de la literatura colonial de Chile, t. II, Santiago de Chile, Imp. de la Librería del Mercurio, 1878; I. Cano Roldán, La mujer en el Reino de Chile, Santiago de Chile, Ilustre Municipalidad de Santiago, 1980; B. Arenas, Escritos y escritores chilenos, Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1982; R. Quispe, “Espiritualidad colonial y control de la escritura en la Relación Autobiográfica (1650-1730) de Úrsula Suárez”, en Anales de la Literatura Chilena (Santiago de Chile), año 2, n.º 2 (diciembre de 2001), pág. 35-50.
Isabel Cruz Ovalle