Eslava y Lassaga, Rafael de. Enériz (Navarra), 24.X.1688 – Bogotá (Colombia), 23.IV.1737. Presidente del Nuevo Reino de Granada.
Hijo del sargento mayor Gaspar de Eslava y Berrio y de Rafaela de Lassaga y Eguerretea; hermano de Sebastián Eslava y Lassaga. Comenzó a servir de alférez, en 1705, en la guerra de Valencia, participando al año siguiente en la toma de Cartagena, en 1707 en el sitio de Lérida, en 1709 en la batalla de Cudiña, y en numerosas otras acciones a costa de graves heridas.
Habiendo aprobado la Junta de Guerra de Indias en 1715 no subsistiesen las mercedes del Gobierno de Valdivia acordadas en 1707 y 1712, el 12 de octubre de 1716 es nombrado para el cargo; era a la sazón teniente coronel del Regimiento de Guardias de Infantería; caballero de la Orden de Santiago, el mismo año, pasa con licencia de 8 de febrero de 1717, para tomar posesión el 30 de marzo de 1718.
Durante su gobierno repara el castillo de Niebla, propone en 1720 la traslación de la plaza a la sombra de dicho castillo, o a la isla del Rey; consigue que los naturales socorran la ciudad con bastimentos, con motivo de haber naufragado en la Punta Galera la fragata que los traía.
Dos años después debe ausentarse temporalmente para llevar un socorro de cuarenta hombres al fuerte de Tucapel, recibiendo él en Valdivia un refuerzo equivalente, al mando de Manuel de Salamanca.
El 14 de marzo de 1723 entrega el mando a su sucesor, Francisco de Olazagutia, poniéndose a disposición del presidente del reino, con motivo del alzamiento general de los naturales; evacúa e inutiliza los fuertes de la banda sur del Bío-Bío, socorre Tucapel, asediado por dos mil indios, motivando el reconocimiento del presidente Cano y Aponte, que oficia al Rey en noviembre de 1723, ponderando su ejemplo y la admiración por su actitud, “que en vez de retirarse a descansar, voluntariamente emprendió contra el enemigo, haciendo demostración y alarde de su amor al Rey”; solicita su ascenso a coronel, propuesta que comparte la Audiencia y el virrey Castelfuerte; en 1727 recibe su patente y la de superintendente y justicia mayor de las minas de San Antonio de Sunisuli, en Perú. Cinco años después es nombrado presidente y capitán general del Nuevo Reino de Granada, del que toma posesión en Santafé el 14 de mayo de 1733.
Durante su mandato acreditaron su conducta ejemplar las cartas que en su elogio dirigieron al Rey la Audiencia, diputados de comercio, tribunales, oficiales reales, cabildos y órdenes religiosas, “calificando su buen obrar en todo cuanto ejecutó en servicio de Dios y de Su Majestad”.
Habiendo fallecido en el cargo, el Rey, considerando “la integridad, celo y buena conducta con que desempeñó mi real confianza”, confirió a su viuda año y medio del sueldo que gozó, para que pudiera restituirse a Lima; era Juana Josefa Cabero Manrique, de la que dejó lucida sucesión.
Bibl.: J. M. Restrepo Sáenz, Biografías de los mandatarios y ministros de la Real Audiencia (1671-1819), Bogotá, Academia Colombiana de Historia, 1952; V. de Cadenas y Vicent, Caballeros de la Orden de Santiago, siglo xviii, t. II, Madrid Hidalguía, 1977, pág. 137; G. Guarda, La sociedad en Chile austral antes de la colonización alemana. 1645-1850, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1979, págs. 186 y 187.
Gabriel Guarda, OSB