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Miguel María de Atero

Biografía

Atero, Miguel María de. ?, s. XVIII – s. XIX. Ingeniero y militar.

Llegó a Chile a principios del siglo XIX, como capitán de Ingenieros. En ese tiempo se realizaban las obras del canal del río Maipo, para conectar las aguas de este río con las del Mapocho. Con el acueducto se reforzaría el suministro de agua para el servicio de la ciudad de Santiago y, sobre todo, se necesitaba para el regadío de las áreas agrícolas próximas. Su construcción había empezado en 1742, pero debido a diversas razones, entre ellas la incompetencia de los contratistas, los trabajos fueron retrasándose. Las dificultades llevaron al gobernador Antonio Guill y Gonzaga a suspenderlos, determinación que fue refrendada por Real Cédula del rey Carlos III del año 1766. No obstante, el canal sería bautizado con el nombre de San Carlos (que ha conservado hasta nuestros días), en homenaje a ese monarca. Desde finales del siglo XVIII la construcción fue nuevamente impulsada y en 1804 el gobernador Luis Muñoz de Guzmán encargó a Miguel María de Atero, como competente ingeniero, la inspección de las obras del canal. Preparó varios informes en que dio cuenta de los defectos de las labores ejecutadas hasta entonces. Muñoz de Guzmán lo puso al frente de los trabajos con el rango de ingeniero director. Con Atero se profesionalizó la construcción del acueducto, aunque éste no llegó a finalizarse en los años que estuvo a su cargo (1804-1810). Durante ese tiempo erigió también varios edificios públicos, entre ellos, el de la Casa de la Aduana y el del Tribunal del Consulado.

A fines de 1810 se encontraba en Valdivia, en el sur de Chile, sirviendo junto al gobernador de esa plaza, Alejandro Eagar. El batallón de Valdivia se declaró en abierta rebelión y el vecindario formó una junta provincial en sustitución del Gobierno español. Eagar, Atero y algunos de sus parciales fueron apresados; sin embargo, consiguieron evadirse y trasladarse al Perú, donde el virrey Abascal destinó a ambos a servir en la campaña contra los sublevados de Quito.

Atero volvió a Chile en 1817 al producirse la reconquista española. El nuevo gobernador del reino, Francisco Casimiro Marcó del Pont, lo designó gobernador interino de Concepción; en el ejercicio de este cargo manifestó una actitud conciliadora, a diferencia de Marcó, quien se caracterizó por su política represiva en contra de los patriotas. Hizo toda la campaña militar de 1817 como coronel de ingenieros y como jefe de Estado Mayor. Participó en la batalla de Chacabuco, librada el 17 de febrero de 1818, que selló el fin de la reconquista.

Después de la batalla, los derrotados jefes realistas, entre los que se encontraba Atero, celebraron un consejo de guerra en que acordaron replegarse a Talcahuano, en la provincia de Concepción, para oponerse desde allí al dominio de los patriotas. Atero optó por abandonar el país y dirigirse al Perú, dejando en Chile a una hija, Dolores Atero, quien, muchos años después, en 1875, recibió una pensión de gracia del Gobierno chileno, en mérito a los servicios de su padre en las obras del canal del Maipo.

 

Bibl.: D. Barros Arana, Historia Jeneral de Chile, vol. VIII, Santiago, Rafael Jover Editor, 1887; V. Figueroa, Diccionario histórico, biográfico y bibliográfico de Chile, t. II, Santiago, Establecimientos Gráficos Balcells & Co., 1928; E. Greve, Historia de la Ingeniería en Chile, t. I, Santiago, Imprenta Universitaria, 1938.

 

Leonardo Mazzei de Grazia

 

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