Peña Salazar, Juan de la. Burgos, c. 1620 – Lima (Perú), c. 1691. Oidor de Santiago de Chile, de Charcas y de Lima.
Hijo del licenciado Juan de la Peña Salazar, natural de Salazar de Burgos, y de Ana de Angulo, natural de la villa de Rambla.
Fue colegial de San Felipe y de Santiago del Rey en Alcalá (1648-1654) y alcanzó la borla doctoral en Leyes por dicha Universidad.
Contrajo matrimonio en Madrid (7 de noviembre de 1661) con Isabel Feliciana de Alba y Alvarado, natural de Jerez de los Caballeros y muerta en Santiago de Chile (1673), hija del capitán Pedro de Alba y Alvarado, gobernador del tercio viejo de las milicias de Extremadura, castellano de la fuerza de Tortosa, y de Catalina Cuadrado Fernández. En sus capitulaciones matrimoniales (29 de octubre de 1661) se estipuló que Isabel de Alba aportaba en el cuerpo de sus bienes dotales una plaza de oidor de la Real Audiencia de Santiago de Chile, evaluada en 16.000 ducados de plata, que Su Majestad le había concedido para la persona que casare con ella, en consideración a los servicios de su padre y así, sobre consulta del Consejo de Indias (8 de noviembre de 1661), se le concedió la vacante que quedaba por promoción de Juan de Huerta Gutiérrez a la Audiencia de Lima, despachándosele su título en el año siguiente (3 de marzo de 1662) y, previa la licencia de rigor (26 de noviembre de 1662), embarcó rumbo a su destino en compañía de su mujer y de dos criados.
Al cabo de dos años tomó posesión de su plaza en Santiago de Chile (20 de diciembre de 1664) y fue nombrado comisario del papel sellado del Reino (15 de agosto de 1664) y desde temprano comenzaron sus desavenencias con el gobernador Francisco de Meneses y con el oidor Manuel de León y Escobar, y luego continuaron con el gobernador Juan Enríquez quien, para alejarle de Santiago, le encomendó la visita general, pero el oidor rehusó y, ante la insistencia del gobernador, el oidor de la Peña se asiló en el Convento de Santo Domingo. Estos desencuentros tenían su origen en la poco arreglada vida del oidor de la Peña y en los intentos del gobernador porque enmendara su conducta y atendiera las quejas de su mujer, tarea en la que también se empeñó el obispo fray Diego de Humanzoro, pero nada se consiguió y después de una serie de quejas a la Corona, fue destinado a una plaza de oidor en la Real Audiencia de Charcas (19 de junio de 1680), ciudad a la que se dirigió dos años más tarde y en la que se mantuvo hasta su promoción a una alcaldía del crimen en la Real Audiencia de Lima (31 de diciembre de 1686), desde la que fue ascendido a una plaza de oidor en el mismo tribunal (27 de noviembre de 1689) para la vacante que había dejado el paso de Mateo de la Cuenca Mata a la presidencia de Quito.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.433, n. 2, r. 6; Contratación, 5.794, l. 2, fols. 168r.-169v.; Chile, 2, n. 22; Chile, 14, r. 3, n. 16; Chile, 223; Lima, 789, 790; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Universidades, leg. 45, exp. 1; Archivo Nacional Histórico de Chile, Copias de Indias, 302, 303; Fondo Vicuña Mackena, 298; Real Audiencia, 3.138.
A. de Silva y Molina, “Oidores de la Real Audiencia de Santiago de Chile durante el siglo XVII”, en Anales de la Universidad de Chile, CXIII (1903), págs. 52-54; L. Roa y Ursúa, El Reyno de Chile 1535-1810. Estudio histórico, genealógico y biográfico, Valladolid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1945, pág. 711; J. Rújula y de Ochotorena, Índice de los Colegiales del Mayor de San Ildefonso y Menores de Alcalá, Madrid, CSIC, 1946, pág. 631; E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1947, págs. 485, 489, 508 y 518.
Javier Barrientos Grandon