Gallo-Alcántara y Sibes, Nicolasa. Marquesa de Vallejo (I). Santander (Cantabria), 1830 – Madrid, 7.I.1905. Dama noble de María Luisa, visitadora de la inclusa de la Paz de Madrid, benefactora.
Desde joven se dedicó a la práctica de la caridad y se afilió a la Asociación de Damas Nobles, protectoras de los niños abandonados. Después de contraer matrimonio con Diego Fernández y Vallejo, primer marqués de Vallejo, entró en contacto con las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, con ocasión de su estancia en Las Caldas de Besaya (Cantabria), durante el verano. En aquellos lugares conoció a sor Francisca Larequi, superiora de la comunidad del Hospital General de Madrid, que tomaba las aguas acompañando a dos hermanas ancianas, sor Francisca Pesqué y sor María Agustí. A partir de aquel encuentro (1875), la marquesa tomó especial interés por las obras atendidas por las Hijas de la Caridad, estableciéndose una verdadera amistad entre Nicolasa y sor Francisca. Durante la última enfermedad del único hijo de su esposo, habían sido las hermanas del Hospital General quienes le cuidaron con atención y cariño.
Los marqueses, agradecidos, propusieron una fundación destinada a la atención y cuidado de las hermanas mayores y enfermas, a la que seguirían algunas otras.
A la muerte de su esposo (31 de diciembre de 1901) continuó con su proyecto del colegio-asilo de San Diego y San Nicolás en Madrid, hasta verlo terminado y se lo confíó a las Hijas de la Caridad. A partir de 1902, su vida se centró totalmente en la piedad y las obras de caridad, poniendo su alma bajo la dirección espiritual del padre Hidalgo, jesuita. Por consejo suyo dejó dispuesto en su testamento que sus restos reposaran en la cripta del convento de carmelitas descalzas de la calle Ponzano, n.º 79, de Madrid, cuya iglesia había sido costeada por ella.
Las fundaciones creadas por Nicolasa, después de la muerte de su marido, son muy importantes desde el punto de vista social. En primer lugar está el ICAI (Instituto Católico de Artes e Industrias), con la finalidad de ofrecer educación y formación a los obreros y a sus hijos. El edificio se construyó en el paseo de los Areneros (actualmente calle de Alberto Aguilera) con una escuela de aprendizaje de diversos oficios: forja, ajuste, fundición y carpintería metálica y otra para la formación de peritos mecánico-electricistas, todo ello puesto bajo la dirección y administración de los padres jesuitas. Dejó prescrito en testamento que a su muerte se destinaran los recursos necesarios para la fundación del hospital-asilo de San Nicolás para convalecientes en Madrid, confiado a las Hijas de la Caridad, y todo lo requerido para la construcción del colegio de las Carmelitas de la Caridad en la plaza de San Francisco el Grande de Madrid.
Su testamento recoge también los legados que dejó a las siguientes instituciones madrileñas: a las parroquias de San Martín y San Luis, a las obras del seminario de Madrid, a la catedral de la Almudena, a las conferencias de San Vicente de Paúl, al colegio de Huérfanas de la Guardia Civil, al noviciado de las Hermanas Carmelitas, al colegio de San Diego y San Nicolás, al convento de la Encarnación, al convento de las Siervas de María, a las Hermanas de la Divina Pastora, a todos los establecimientos de beneficencia, a todos los conventos de clausura, a todos los institutos religiosos, a la Beneficencia General, al colegio de Jóvenes Doncellas, además de becas perpetuas para seminaristas. No se olvidó de la tierra riojana de su marido y dejó mandas para los pobres de la ciudad de Logroño y para Soto de Cameros.
Fuentes y bibl.: Protectorado Estatal de Fundaciones Privadas Asistenciales (Madrid), exp. relativo a la fundación del Asilo San Nicolás de Madrid.
Anales de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad (ACMHC) (1904, 1916 y 1924), pág. 266, págs. 95-101 y págs. 543-555, respect.; R. Castañares, “Casas de las Hijas de la Caridad en Valdemoro”, en ACMHC (1929), págs. 19- 27; E. Escribano, Las Hijas de la Caridad de la provincia española en la zona roja, Madrid, Gráficas Uguina, 1945, págs. 59- 61; P. Melero Glaria, “El Juncarejo, centenario”, en Polilla (enero de 1984), págs. 37-40; (febrero de 1984), págs. 28- 32; (julio-agosto de 1984), págs. 39-41; (octubre de 1984), págs. 35-37; F. Aguado Sánchez, “Acción social y paternalismo”, en Historia de la Guardia Civil (1900-1932), vol. IV, cap. IV, Madrid, Cupsa, 1984-1985, págs. 77-89; A. Orcajo, “Reseña de la familia Vicenciana en Valdemoro”, en ACMHC (2001), págs. 297-392.
Ángeles Infante Barrera, HC
