Ayuda

Marcos Antonio Saizar de Vitoria y Odriozola

Biografía

Saizar de Vitoria y Odriozola, Marcos Antonio. Vitoria (Álava), 1760 – Misión de Santa Inés, California (Estados Unidos), 25.VII.1836. Franciscano (OFM), misionero en California.

Era hijo de Miguel Saizar de Vitoria y de María Andrea Odriozola. Tomó el hábito franciscano en el Convento de la capital alavesa el 11 de septiembre de 1776 y fue ordenando presbítero en Zaragoza (1784). Estuvo destinado en los Conventos de Bilbao, Arántzazu, Piédrola y en el cenobio de Concepción, donde ejerció como maestro de novicios durante diez años.

De allí partió hacia el Nuevo Mundo para hacerse misionero en Indias. Por espacio de cuatro años y medio fue visitador de la Orden de San Francisco en su provincia.

Saizar de Vitoria zarpó de Cádiz el 20 de junio de 1803 en el navío San Miguel o Sagrada Familia, y llegó a Veracruz en agosto y al Colegio de San Fernando de México (que formaba parte de un conjunto de colegios franciscanos de propaganda fide destinados a la concentración de los sacerdotes y religiosos que llegaban a las colonias y a su formación como misioneros antes de ser enviados a sus destinos) el 9 de septiembre. En el registro de embarque fue descrito como una persona de mediana estatura, moreno de tez, picado de viruelas, con pelo y ojos oscuros y con un lunar en el lado derecho de la nariz.

Salió del Colegio de San Fernando el 12 de marzo de 1805, para embarcarse en el puerto novohispano de San Blas el 2 de junio, y arribó a San Francisco el día 31 del mismo mes y año. En la Alta o Nueva California estuvo destinado en la Misión de Santa Bárbara, desde el 20 de octubre de 1805 al 30 de junio de 1807; en San Buenaventura, desde el 12 de julio de 1807 hasta el 13 de octubre de 1817; en San Fernando, desde diciembre de 1817 al 11 de abril de 1820; nuevamente en San Buenaventura de 1820 a 1824; en la Purísima, del 18 de diciembre de 1824 al 19 de junio de 1835 y, finalmente, en Santa Inés hasta su muerte. Asistió a la fundación del templo de piedra en la Misión de San Juan Capistrano, el 7 de septiembre de 1806. También realizó dos visitas a Santa Bárbara, y bautizó en el mismo lugar en marzo de 1808 y el 28 de agosto de 1824.

Con respecto a sus relaciones con las autoridades temporales, al principio consintió en dar el juramento de lealtad a la constitución mexicana de 1824, pero luego se retractó, limitando su adhesión a obedecer al gobierno independentista constituido. Parece ser que su fama de santidad y virtud fue mayor que su capacidad como doctrinario. Bancroft dice de él que era “un hombre de los más virtuosos y ejemplares, siempre enfermizo y con mala salud, a quien sus superiores no le atribuían un gran talento, pero que era querido por los neófitos”.

Su superior fray Vicente Francisco de Sarriá declaraba en 1817: “Debido a su inocencia y candidez, que parece constituye su verdadero carácter, y por la común edificación que de ellas resulta, no debe colocarse su mérito entre los de la clase inferior, aunque no haga tanto como otros muchos; creyendo él que no podía llenar todos los deberes de un misionero, y viéndose con varios fuertes ataques en su salud”. En cierta ocasión, estando cercana su muerte, pidió el retorno a España; pero, cuando su superior le comunicó que no había ningún religioso que le sustituyera, se quedó en California e intentó hacer todo lo que humanamente supo y pudo.

Fray Mariano Payeras manifestaba en 1820 que el mérito más relevante de fray Marcos Antonio era “su distinguida virtud y dichosa sencillez, pero su capacidad [como misionero] es mediocre y la capacidad que tiene es más para trabajar entre los fieles”. Al morir, sus compañeros Felipe Arroyo y José J. Jimeno escribieron: “En todos los lugares ejerció su ministerio apostólico con gran entusiasmo por las almas y con edificación ejemplar de los neófitos, soldados, gente del país y extranjeros que le conocieron. Fue digno del respeto, la consideración, el aprecio y los elogios de todos, incluso de los enemigos del catolicismo, debido a sus virtudes, caridad, suprema y continua mortificación y religiosa afabilidad. Merece, en efecto, recuerdo eterno”.

Fray Narciso Durán, al recibir la noticia de su fallecimiento, lo recordaba con palabras de admiración: “[El Señor] nos ha llevado un ángel [...] de cuya santidad, vida religiosa y evangélica, todos nosotros somos testigos. Todos nosotros somos testigos de esa humildad tan profunda sencillez evangélica y seráfico espíritu de religión [...]. Ha embellecido tanto esta California que su recuerdo aquí permanecerá para siempre”.

 

Obras de ~: Special Collection, Missionari Lists and Biographies, Santa Barbara Mision Archive, California.

 

Bibl.: Z. Engelhart, Mission Santa Inés, Santa Bárbara, 1932; M. Geiger, Palou’s life of Junípero Serra, Washington, 1955; Franciscan missionaries in Hispanic California (1769- 1848). A biographical dictionary, San Marino (California), The Huntington Library, 1969; R. R. Flores Caballero, La contrarrevolución en la independencia. Los españoles en la vida política, social y económica de México 1804-1838, México, El Colegio de México, 1969; A. Martínez Salazar, Presencia alavesa en América y Filipinas, Vitoria, Diputación Foral de Álava, 1988; R. H. Jackson, “The impact of Liberal Policy on Mexico’s Northern Frontier: Mission secularization and the Development of Alta California”, en Colonia Latin American Historial Rewiev, 2, 2 (1992), págs. 195-225; I. Arrieta Elizalde, Transculturización y civilización en la formación de California: la RSBAP y el aporte vasco (1769-1834), tesis doctoral, Vitoria, Universidad del País Vasco, 1996; J. Martín Cepeda y, J. A. Cota Sandoval, “El proceso de consumación de la independencia en la península de Baja California”, en P. Galeana (coord.), La consumación de la Independencia, México, Archivo General de la Nación, 1999, págs. 29-55; I. Arrieta Elizalde, Ilustración y utopía. Los frailes vascos y la RSBAP en California (1769-1834), San Sebastián, Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, col. Ilustración Vasca, 2004, págs. 294-296; J. Ruiz de Gordejuela Urquijo, La tragedia del exilio: los españoles expulsados de México y su destino incierto (1821-1836), tesis doctoral, Vitoria, Universidad del País Vasco, 2004; La expulsión de los españoles de México y su destino incierto, 1821-1836, Sevilla, Diputación de Sevilla, 2006; “La independencia de México y las misiones de las Californias: españoles versus mexicanos, 1821-1833”, en Boletín americanista, 57 (2007), págs. 219-231.

 

Antonio Astorgano Abajo

Relación con otros personajes del DBE

Personajes similares