Ortiz de Zárate y Martínez de Galarreta, Ramón. Arriola (Álava), 22.III.1817 – Vitoria (Álava), 12.VIII.1883. Político y escritor.
Nació en el seno de una familia hidalga hacendada. Se educó primero en Arriola y después en Vitoria, Ataun y Marquina (Álava), en condiciones difíciles, pues su padre, teniente coronel de Caballería y decidido liberal, tuvo que refugiarse en Francia tras el Trienio Liberal. Inició sus estudios superiores de Leyes en la Universidad de Oñate en 1830, pero con el levantamiento carlista esta Universidad se trasladó a Vitoria, donde Ramón Ortiz de Zárate prosiguió accidentadamente sus estudios.
En 1834 ingresó como voluntario en la 1.ª Compañía de Fusileros de la milicia urbana de Vitoria, de la que llegó a ser cabo segundo en 1836. Residió en Pamplona y en Tudela hasta el año 1839, en el que obtuvo el título de bachiller. Finalizó los estudios en Zaragoza, donde comenzó con sus colaboraciones en periódicos bajo el seudónimo de Bizarrak, y en la Universidad Central de Madrid, donde prosiguió con las colaboraciones. Se recibió de abogado en la Audiencia de la Corte el 23 de junio de 1841. Volvió a Vitoria, donde abrió su bufete y se incorporó al Colegio de Abogados el 16 de agosto 1841; posteriormente entró en los Colegios de Vergara y Durango. Ya en 1841 publicó su Análisis histórico-crítico de la legislación, del que se llegaron a sacar tres ediciones. Contrajo matrimonio en 1844, pero no tuvo sucesión, y se mantuvo en Vitoria hasta su muerte, participando activamente en la vida política local y nacional.
En 1845 fue nombrado consejero provincial, y en 1848 procurador síndico del Ayuntamiento, pero al año siguiente, con motivo de la Ley de Teatros, a la que consideraba antiforal, fue destituido “por su tenaz insistencia en desobedecer las órdenes de sus superiores”. Esto exacerbó su integrismo: al año siguiente publicó su obra Consejos al pueblo vascongado [...], retirada por sediciosa por el gobernador civil. Se produjo un gran revuelo en el que se vio involucrado hasta el Tribunal Supremo, pero finalmente Ramón Ortiz de Zárate fue absuelto.
En 1854 fue elegido de nuevo procurador síndico del Ayuntamiento, y continuó con la publicación de artículos en el carlista Diario del Comercio de Bilbao y en el periódico El Lirio de Vitoria, del que era cofundador. El tono crecidamente intransigente de sus escritos relacionados con la realización de un arreglo foral, similar al que había hecho Navarra en 1841, hizo que el Gobierno decretase su destierro en 1856, que finalmente no se llevó a efecto.
En 1858 salió elegido diputado a Cortes, a pesar de la oposición del Gobierno. Se esmeró en la defensa de los fueros vascos y llegó a presentar tres proyectos de ley dentro de su especialidad jurídica. Mantuvo continuadamente esta representación hasta el año 1882, y la simultaneó con otros cargos.
En 1861 salió elegido diputado general de Álava, la máxima autoridad alavesa de rango trianual, en cuyo lapso se erigió la nueva diócesis vascongada con sede en Vitoria y llegó el ferrocarril a la capital. Impulsó la mejora y modernización de la agricultura y de los centros educativos, así como la recogida de leyendas populares.
En 1867 inició gestiones para la formación de la mítica “Unión Vasco-Navarra” o “Laurac-Bat” (cuatro en uno), entablando conversaciones con los diputados navarros.
En 1869, después de la Revolución de 1868, formó parte de las Cortes Constituyentes, dentro del bando de diputados católicos. Se opuso a la libertad de culto religioso y también a la creación del Registro Civil, pues ello implicaba la secularización de la sociedad.
Ante su fracaso, pasó decididamente al Partido Carlista.
Reelegido en 1871 y 1872, su nueva filiación y su talante le hicieron sospechoso de connivencia con los insurgentes de los levantamientos de 1870 y 1872, por lo que tuvo que huir de Madrid en 1872 y exiliarse en Francia, donde don Carlos le nombró en 1873 miembro de la “Junta de gobierno de la frontera”. Posteriormente renunció a todas las carteras ministeriales que le ofrecieron en el hipotético estado carlista, contexto en el que se hizo célebre su frase “todo para el país, nada para las personalidades”. Únicamente aceptó el cargo de “presidente del Tribunal Superior de Oñate” en 1874.
Acabada la guerra, cesó su actividad pública, pero inspiró los discursos de Moraza en las Cortes de 1876. En 1881 fue de nuevo diputado a Cortes por Álava y en 1882 sufrió un ataque en plena Cámara y quedó paralítico. Murió al poco tiempo en Vitoria.
Obras de ~: Consejos al pueblo vascongado sobre el sistema que debe seguirse en la defensa de los fueros, Vitoria, Ignacio Egaña, 1850; Compendio foral de la provincia de Álava, Bilbao, Juan E. Delmas, 1858; Escritos I y II, Bilbao, A. P. Cardenal, 1899- 1900 (Biblioteca Bascongada de Fermín Herrán, 41 y 44).
Bibl.: E. Serdán y Aguirregavidia, Biografía de don Ramón Ortiz de Zárate, Vitoria, Imprenta de La Ilustración de Álava, 1888; J. Bilbao, “Ortiz de Zárate, Ramón”, en VV. AA., Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco, Eusko Bibliographia, San Sebastián, Auñamendi, 1970, págs. 333-334.
Juan Vidal-Abarca y López