Desde su juventud, Pastor nunca abandonó este oficio. Su aprendizaje jotero fue autodidacta. Durante trece meses participó en la Guerra Civil junto al ejército republicano y, tras la derrota, debió pasar otros dos años en el servicio militar. Cantó la jota para ambos bandos y, animado por sus jefes, acudió a Pascuala Perié para pulir su estilo. Por entonces, aprendió también a leer y a escribir. En 1943 ganó el Primer Premio en el Certamen Oficial, lo que le dio ocasión de entrar en el grupo de Florencio Santamaría, compuesto por grandes artistas, entre los que José Iranzo destacó en las jotas de ronda. Pronto se enroló en los Coros y Danzas de la Sección Femenina turolense, con los que recorrió España y diversos países europeos y americanos. Llegó a cantar para los reyes de Holanda, Bélgica y Marruecos, y también para el presidente Kennedy.

En 1974 se presentó por segunda vez al campeonato oficial y ganó el Premio Extraordinario. Se había empezado a convertir ya en un mito vivo de la jota. [...]