Tejedor Clemente, Manuela. Preciosilla. Calatayud (Zaragoza), 7.VI.1893 – Madrid, 12.XI.1952. Cupletista.
Tras su debut en el madrileño Petit-Palais, el popular compositor Quinito Valverde decidió apadrinarla, le compuso canciones picarescas y la llevó a París donde logró cierto reconocimiento y volvió experta en las artes del escenario y la seducción. Desde entonces fue famosa por ello y procuró que sus escarceos eróticos le fueran provechosos. Preciosilla supeditó sus escrúpulos al brillo y al triunfo personal. Sus atuendos eran de los más atrevidos de la época y las joyas llamaban la atención por su espectacularidad. Una vez en España tomó lecciones con el maestro Larruga y, gracias a su belleza, desparpajo y cualidades de bailarina y cupletista, pronto se hizo habitual en los escenarios más concurridos. A lo largo de este período llevó una treintena de canciones al disco y viajó por toda América aunque fuera en las Antillas donde alcanzó mayor éxito. Al retornar a España, ya llevaba la fama de ser una potentada, pese a que su representante le sustrajo buena parte de las ganancias.
En la década de 1930, a pesar de los cambios de gusto del público y la decadencia del género, Preciosilla siguió actuando con asiduidad. Una nota de Estampa en 1932 advierte: “Si las compañeras de varietés de Preciosilla se eclipsaron voluntariamente, ésta en 1932 es diosa mayor de la mitología cabaretera y cuando surge un bilbaíno dispuesto a gastarse mil pesetas en champaña, Manolita se baña en esta espuma”.
Durante la Guerra Civil —y pese a sus convicciones franquistas, estimuladas por su privilegiada situación económica— actuó para los combatientes republicanos.
Es verdad que no pudo salir de Madrid y hubo de afrontar las consabidas denuncias y acusaciones, incluso una vecina de ideas radicales quiso asesinarla.
Acabada la contienda, en retirada el género que le dio fama y, a pesar de lo que perdió en la guerra, con un buen patrimonio, Preciosilla se retiró de los escenarios y se dedicó a incrementarlo. Al morir, dejó a su hermana, ya viuda y que había sido también cupletista con el nombre de Mussetta, una sustanciosa suma. Ésta construyó un mausoleo y, a su muerte, los bienes pasaron a fundaciones piadosas.
Obras de ~: Discografía: El diávolo francés, Jumbo Record A135028, s. f.; Difícil de decir, Jumbo Record A135029, s. f.; ¡Ay!, ¿Qué me haces?, Gramófono 653001, s. f.; Una noche feliz, Gramófono 653002, s. f.; La chumbera, Gramófono 653003, s. f.; La danza del oso, Gramófono 653004, s. f.; Filomena, Gramófono 653005, s. f.; La codorniz, Gramófono 653006, s. f.; Preciosilla, Gramófono 653007, s. f.; La mujer española, Gramófono 653008, s. f.; La chica de Mezquita-La danza de Madrid, Gramófono 653100, s. f.
Bibl.: J. López Ruiz, Aquel tiempo del cuplé, Madrid, Avapiés, 1988, págs. 94-99; J. Barreiro, Cupletistas aragonesas, Zaragoza, Ibercaja, 1994, págs. 21-29; Siete cupletistas de Aragón, Zaragoza, Prames, 1999, págs. 30-36; M. Baliñas, “Tejedor Clemente, Manolita (Preciosilla)”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de La música española e hispanoamericana, t. X, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2002, pág. 250; J. Barreiro, Voces de Aragón, Zaragoza, Ibercaja, 2004, págs. 148-151.
Javier Barreiro