Álvarez de Acosta (o Dacosta), Pedro. Alpedrina de Veros (Portugal), 1484 – El Burgo de Osma (Soria), 20.II.1563. Presbítero, pronto obispo de Oporto (Portugal) y, después, obispo de León y de El Burgo de Osma, mecenas cultural.
Emparentado con la nobleza y con la jerarquía católica portuguesa (era sobrino de los arzobispos de Braga y de Lisboa) se formó culturalmente en Roma, en plena floración del Renacimiento. El 12 de febrero de 1507, a los veintitrés años, fue nombrado obispo de Oporto. Por aquellos tiempos, ello era factible si el candidato era un noble y tenía una exquisita formación “romana”, conocedor de las lenguas clásicas y su literatura, amén de la Filosofía y la Teología. Su sede episcopal era una pequeña corte eminentemente cultural, casi por encima de sus funciones pastorales que, por otra parte, parece que las ejercía con evidente competencia. Pero después de estar al frente del obispado de Oporto parece que le atrajo el esplendor de la España de Carlos I y en una transferencia muy natural, que se dio mucho en aquella época, sin necesidad de adoptar ninguna “nacionalidad española”, fue promovido por el monarca español Carlos I como obispo de León, lo que aprobó el papa Paulo III por bula de 8 de enero de 1535. Pedro Álvarez había sido obispo portugués durante casi veintiocho años. Y pasó a ser el LXXVIII obispo legionense. Allí hizo amistad con el famoso artista Juan de Juni, con quien, en su momento, concertó un hermoso retablo para la catedral de El Burgo de Osma. Cuatro años después, el 17 de abril de 1539, era trasladado a la diócesis de El Burgo de Osma como su LIII obispo, donde, aparte de elevar la religiosidad del clero y de los fieles, ejerció una histórica función de gran mecenazgo cultural.
Pronto hizo reedificar las casas episcopales y la fachada mayor del palacio, situado frente a la catedral.
A su mecenazgo se debieron también la construcción, en Aranda de Duero, del convento de los dominicos, del hospital de los Santos Reyes, del presbiterio del santuario de la Virgen de las Viñas y de algunos remates importantes de la fachada sur de la espléndida colegiata de Santa María.
Pero su obra más importante fue la fundación del Colegio o Universidad de Santa Catalina, amparado por una bula del papa Julio III de 5 de agosto de 1550. Construido con fachada y patio platerescos entre 1551 y 1554, llegó a ser uno de los veinte centros universitarios que España tenía hacia la mitad del siglo xvi. En su portada destacan la imagen de Santa Catalina, y la rematan los escudos imperial y episcopal.
Con este Colegio consiguió la educación universitaria de muchos jóvenes que no podían ir a estudiar a Salamanca, Valladolid o Alcalá de Henares, demasiado distantes.
En 1561 introdujo el obispo Acosta la imprenta en la pequeña ciudad episcopal de El Burgo de Osma, que fue la primera en lo que hoy es la actual provincia de Soria, con lo que se siguieron los beneficios culturales que tal introducción llevaba aparejada.
El cronista J. A. Pérez-Rioja escribe en 1998 que el obispo Acosta fue “el gran mecenas de nuestra Diócesis”, que “supo hacer compatible su riqueza con la santidad y la sabiduría”, que como obispo “fue uno de los más excelsos de nuestra Diócesis”. En fin, que: “Simbólicas y lo suficiente expresivas son las armas de su escudo: la rueda del martirio de Santa Catalina y un costillar humano, y de otra parte, el lema de su mecenazgio: ‘A costa de mis costillas’ con clara y humorística alusión a su apellido”.
Falleció el 20 de febrero de 1573, a los setenta y nueve años de edad. Al siguiente día su cuerpo fue enterrado en Aranda de Duero (Burgos), según su voluntad testamentaria.
Bibl.: F. Zamora, “Osma-Soria, Diócesis de - Episcopologio”, en vol. III, 1973, pág. 1848; J. M. Fernández Catón, “León, Diócesis de - Episcopologio”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 1285; L. Ruiz Fidalgo, “Obispos españoles”, en Ibíd., Suplemento I, 1987, pág. 525; J. A. Pérez-Rioja, “Álvarez de Acosta, Pedro”, en Apuntes para un Diccionario Biográfico de Soria, Soria, Caja Duero, 1998, págs. 34-35.
Fernando Rodríguez de la Torre
