Mendía Conde, Martín. Valmaseda (Vizcaya), 5.II.1841 – 6.IX.1924. Indiano y benefactor.
Hijo primogénito del matrimonio formado por León Mendía Garrastazu y Vicenta Conde Sojo, nació en la villa vizcaína de Valmaseda. Emigró a Chile y México, pese a que, a diferencia de la mayoría de los indianos, sus orígenes no eran especialmente modestos, puesto que sus progenitores tenían diversas propiedades. En América hizo fortuna, sobre todo en el país azteca, gracias a explotaciones agropecuarias y mineras, radicadas en la localidad de Piaxtla en el estado de Sinaloa.
Cuando retornó a España se instaló en Valmaseda, municipio del que llegó a ser concejal. De acuerdo con una actitud frecuente entre los indianos, acometió diversas obras e hizo numerosas donaciones en beneficio de la tierra natal, demostrando una especial preocupación por las cuestiones de la enseñanza. En 1890 fundó una escuela de Comercio y academia de Dibujo, que inicialmente quedó instalada en el inmueble que acogía las escuelas públicas, erigido en 1888 gracias al legado de otro indiano valmasedano, Pío Bermejillo Ibarra.
En 1905 Mendía donó unos terrenos, anejos al citado centro escolar, con objeto de que sirvieran de lugar de recreo para los estudiantes. Este solar posibilitó la configuración de la plazuela de las Escuelas, nombre con el que aún hoy es conocido este espacio público. Años más tarde, en 1920, costeó la construcción de un edificio específico para escuela de Comercio y academia de Dibujo, obra de su sobrino el arquitecto y sacerdote Pedro de Asúa Mendía (1890-1936). En 1919 entregó al municipio otro inmueble, con objeto de que acogiera el cuartel de la Guardia Civil. Además, en distintas ocasiones aportó cantidades para la dotación de maestros y la adquisición de material escolar, así como para distintas obras de infraestructura, saneamiento, mejoras en el cementerio municipal, etc. En este sentido, cabe señalar que en 1892 ingresó la cantidad necesaria para configurar un paseo público, que hoy lleva el nombre del benefactor, junto al río Cadagua.
Otras instituciones valmasedanas también se beneficiaron de sus donaciones. Este fue el caso del hospital y de la iglesia de San Severino, para la que adquirió un órgano Cavaille Coll, aparte de aportar una cantidad anual para el mantenimiento de una plaza de organista en el templo.
En 1892, como prueba de reconocimiento por su generosidad, fue nombrado hijo predilecto de la localidad natal y además se bautizó una calle con su nombre. Asimismo, la corporación municipal valmasedana encargó un retrato del indiano al pintor Juan de Barroeta, con objeto de que colgara en una de las aulas del centro escolar que había fundado. Actualmente este lienzo forma parte de los fondos del Museo de Historia de Valmaseda.
Mendía recibió la Gran Cruz de Beneficencia en 1921. En ese momento se abrió una suscripción popular en Valmaseda con objeto de costear aquella condecoración.
Al abrigo del entusiasmo que despertó este acontecimiento, el ayuntamiento de la localidad decidió erigir un monumento al insigne indiano en octubre de 1922. Enterado el propio benefactor de esta iniciativa, escribió a la corporación municipal una carta en la que rogaba que abandonaran la idea. Sin embargo, poco después del fallecimiento de Mendía Conde, los ediles retomaron aquel proyecto y abrieron una suscripción, que posibilitó que la obra se inaugurara en 1927. Este monumento, que actualmente está ubicado en la plaza de San Severino del citado municipio, fue labrado por el escultor bilbaíno Higinio de Basterra (1876-1957).
Falleció soltero en su residencia de Valmaseda. Sus restos mortales fueron inhumados en el panteón familiar del cementerio municipal de la localidad. En su testamento dejó estipulados numerosos legados para distintas instituciones benéficas, asistenciales, religiosas y educativas, tales como el asilo hospital de Villasana de Mena (Burgos), Asociación de Sordomudos y Ciegos de Deusto (Bilbao), reformatorio de Amurrio (Álava), Patronato de Enfermos de Madrid, así como para diversos organismos y centros valmasedanos, caso del hospital, Colegio de las Hijas de la Cruz, Asociación de Señoras de San Vicente de Paúl, etc. Asimismo, destinó 140.000 pesetas para la construcción de una escuela en Villasana de Mena (Burgos), otra importante aportación para el mantenimiento de la escuela de Comercio y academia de Dibujo, que había fundado en su tierra natal, y otra cantidad para construir un pabellón nuevo en el hospital civil de Puerto de Mazatlán (México).
Igualmente, estipuló una asignación para el Seminario de Málaga, con objeto de que permitiera la formación de sacerdotes carentes de recursos económicos.
Bibl.: J. Gómez Prieto, “Emigrantes, indianos y fundadores”, en Valmaseda. Una historia local, Bilbao, Diputación Foral de Vizcaya, 1991, págs. 57-72; B. Lasuen, Monumentos a vizcaínos ilustres, Bilbao, Bilbao Bizkaia Kutxa, 1995, págs. 28- 30; M. Paliza Monduate, “El monumento al poeta Antonio Trueba, obra de Mariano Benlliure, y su influencia en la escultura conmemorativa vizcaína del siglo xx”, en Ondare, 23 (2004), págs. 437-453.
Maite Paliza Monduate