Vázquez de Coronado, Gonzalo. Guatemala, 1552 – Aranjuez, Esparza (Costa Rica), 1613. Segundo adelantado de Costa Rica, gobernador y capitán general de Costa Rica de 1600 a 1604, gobernador del Duy y Mexicanos de 1610 a 1613.
Sucedió a su padre, Juan Vázquez de Coronado (primer adelantado de Costa Rica) por Real Decreto de 1586, en el dominio de cuatro leguas de tierra en cuadrado situadas en la jurisdicción de la provincia de Costa Rica, con el título de adelantado perpetuo de ella, así como en la encomienda de indios del pueblo de Naolimpo. Recibió de Felipe II esas mercedes, no sólo por los servicios de su padre, también por los que él había prestado en Guatemala, al haber participado en la lucha contra el corsario inglés Francis Drake.
En el mes de enero de 1600, Gonzalo Vázquez de Coronado tomó posesión de su empleo ante el Cabildo de Cartago.
La provincia de Costa Rica era muy pobre, no había minas de oro ni de plata, la mano de obra indígena escaseaba y los colonos españoles eran pocos. Viendo la situación de la provincia, don Gonzalo comprendió que la prosperidad de la misma pasaba por crear una industria que exigiese poca mano de obra. La cercanía a un centro comercial tan importante como Panamá, consideró que la industria más adecuada era la crianza de mular en las pampas naturales de la costa. Para ello faltaba solamente abrir un camino transitable a Panamá y ese fue el gran proyecto del adelantado; proyecto en el que socavó su salud y gastó de su peculio más de dos mil pesos de oro.
El adelantado logró llevar a cabo su proyecto, lo que derivó en importantes beneficios para la provincia. La exportación de mulas a la ciudad de Panamá fue durante largos siglos el único recurso favorable que tuvieron los vecinos de Cartago. El camino del adelantado se trajinaba con recuas mulas todavía a mediados del siglo xx.
A pesar de su mala salud, siguió ejerciendo el cargo, como él mismo relató: “en mi propia cama, donde estaba enfermo, hacía la audiencia y despachaba todos los negocios que ante mí venían”.
Pasó sus últimos años en su finca de Aranjuez, cerca de Esparza, y allí murió en el año 1613 a consecuencia de un dolor agudo en la cabeza. Sus hijos vivieron en Nicaragua; solamente doña Andrea se radicó en Cartago y tiempo después de su muerte llegó a tierras de Al Virilla otra hija suya, natural, doña Isabel, mujer de Pedro de Vargas, labrador en esas tierras.
Usó uno de los dos hierros de marcar ganado más antiguos conocidos en Costa Rica.
Fuentes y bibl.: Archivo general de Simancas, Patronato Real, leg. 88, doc. 259; Archivo general de Indias (Sevilla), Indiferente general, 741, n.º 30; Indiferente general, 2063, n. 47; Indiferente general, 527, lib. 1, fol. 182.
A. A. Herrera-Vaillant, Vázquez de Coronado, Caracas, Instituto Venezolano de Genealogía, 1974.
Diccionario Biográfico Español
