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Rafael de Valenzuela Urzaiz

Biografía

Valenzuela Urzaiz, Rafael. Zaragoza, 23.VII.1881 – Tizzi-Azza (Marruecos), 5.VI.1923. Militar.

Perteneciente a una distinguida familia zaragozana, era hijo de Rafael Valenzuela Sánchez y Muñoz y de Joaquina Urzaiz Cavero. Estuvo varias veces en la Guerra de África, señalándose siempre por su valor y bizarría, obteniendo preciadas recompensas. Inició su formación en el Colegio del Salvador de Zaragoza, dirigido por los padres de la Compañía de Jesús. El 29 de junio de 1897 ingresó como alumno de la Academia de Infantería de Toledo, recibiendo el 27 de junio de 1898 el nombramiento 2.º teniente de Infantería.

Ascendió a primer teniente el 31 de diciembre de 1903, y a capitán el 1 de febrero de 1909. Tras incorporarse en Melilla al Batallón Cazadores de Llerena, al que fue destinado en julio de 1909, participó en numerosas acciones de guerra, siendo recompensado con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo por su distinguido comportamiento en el combate sostenido el 30 de septiembre de 1910 en el Zoco de Jemís de Beni-bu-Ifrur.

El 17 de abril de 1912 pasó al Batallón de Cazadores de Talavera n.º 18, con el que obtuvo la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo por los méritos que contrajo en las operaciones realizadas en el territorio de Beni-Sidel (Melilla), durante el mes de mayo. El 12 de junio de 1913 se incorporó a su nuevo destino en el Batallón de Cazadores de Barbastro, con el que entró en acción en las inmediaciones de Tetuán. Por los meritorios servicios prestados en los hechos de armas y operaciones realizadas hasta el 24 de junio, fue premiado con el empleo de comandante de Infantería. Asimismo, por sus destacados servicios desde junio hasta diciembre de 1914, obtuvo la Medalla Militar de 2.ª Clase con distintivo rojo. En septiembre de 1915 se incorporó en Zaragoza al Regimiento Galicia n.º 19, donde fue nombrado director jefe de Instrucción de las distintas Academias Regimentales.

Alcanzó el empleo de teniente coronel de Infantería el 6 de octubre de 1919, siendo designado, hasta septiembre de 1921, ayudante de campo del capitán general de la 5.ª Región Militar, fecha en la que pasó a prestar sus servicios a las órdenes del alto comisario de España en Marruecos, y, posteriormente, como ayudante de campo del capitán general de la 5.ª Región. Destinado a mandar en comisión el Batallón del Regimiento de Infantería de Extremadura n.º 15, formó parte de la columna del general José Sanjurjo, distinguiéndose especialmente en las tomas de la Alcazaba de Zelman, posición de Bugenrin y en el combate de Taxuda.

El 2 de septiembre de 1922 fue designado para el mando del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas, encomendándosele su organización. En octubre de ese mismo año, al frente de las tres compañías del primer Tabor y en vanguardia de la columna del centro, mandada por el general Sánchez Ortega, atacó las posiciones enemigas, apresando un cañón de 9 centímetros que tenían los enemigos. En noviembre de 1922 cesó en el mando del Grupo de Fuerzas Regulares, por haber sido destinado para mandar el Tercio de Extranjeros, en el que destacó por sus extraordinarias condiciones de mando. En junio de 1923 el enemigo había sitiado las posiciones avanzadas del sector de Tizzi-Azza con grandes concentraciones de harkeños, que en los días anteriores habían impedido el paso de convoyes. El día 5 de junio de 1923, las fuerzas dirigidas en varias columnas al mando del coronel Emilio Fernández Pérez, tenían por misión proteger un convoy hasta las posiciones del sector Tafersit-Tizzi-Azza. En la columna del centro, al mando del coronel Gómez Morato, marchaba el teniente coronel Valenzuela con dos banderas del Tercio de Extranjeros y otras fuerzas. Al llegar a Peña Tahuarda, el enemigo dificultó en tal forma la situación, que obligó al coronel Morato a ordenar a los Regulares que cargasen a la bayoneta para tomar las posiciones. Así lo hicieron por dos veces, pero sin llegar a conseguir su objetivo y quedando sus efectivos muy reducidos, por lo que el mencionado jefe ordenó la carga a la bayoneta al Tercio, orden que se transmitió por toque de corneta. El teniente coronel Valenzuela, jefe del Tercio, arengó a los suyos, y emprendiendo el ataque que se había ordenado, murió entre las filas enemigas de cinco balazos. Su unidad continuó el ataque, consiguiendo que el convoy llegase a las posiciones. Se rindió tributo de homenaje al héroe, siendo ensalzado por la prensa nacional e internacional. Al llegar a Melilla su cadáver, se le impuso la Medalla Militar, y en el traslado de sus restos a Zaragoza recibió continuos homenajes.

Alfonso XIII oró en la capilla ardiente que se improvisó en la Estación de Mediodía, exaltando la grandeza de alma del jefe de la Legión, a quien en el telegrama de pésame había calificado como uno de los mejores soldados de su Ejército. Al llegar el cadáver a Zaragoza fue enterrado en la cripta del templo del Pilar.

Rafael Valenzuela Urzáiz contrajo matrimonio con Manuela de Alcíbar-Jáuregui la Torre, del que tuvieron cinco hijos. Los monarcas españoles fueron los padrinos de su hija póstuma, Victoria Eugenia, y a su hijo mayor el Rey le concedió el título de marqués de Valenzuela de Tahuarda.

Valenzuela Urzáiz destacó socialmente por su caballerosidad, siendo por sus dotes personales caballero de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza y de la Orden Militar de Santiago. Estaba también en posesión de la Medalla de los Sitios de Zaragoza y de Melilla, con dos pasadores, y de la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. La Corporación Municipal de Zaragoza acordó rotular con su nombre una de las calles de la ciudad. En abril de 1926 se le concedió el empleo de coronel de Infantería con antigüedad de 5 de junio de 1923, fecha de su muerte.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exp. personal.

VV. AA., Enciclopedia Universal ilustrada europeo-americana, Madrid, Espasa Calpe, 1924; A. A. de Cadenas y López y V. Cadenas y Vicent (compils.), Elenco de Grandezas y Títulos Nobiliarios Españoles, Madrid, Instituto Salazar y Castro-Ediciones de la Revista Hidalguía, 2003.

 

Emilio Montero Herrero