Menacho Calogero, Benito. Madrid, 21.III.1800 – Lugo, 6.VI.1877. Militar, brigadier de Infantería, Cruz Laureada de San Fernando.
Era hijo del mariscal de campo Rafael Menacho y Tutlló y de María de los Dolores Calogero y Mania; fue bautizado en la iglesia parroquial de San José de Madrid, datos que se conocen por la documentación que presentó en el expediente matrimonial de su segunda esposa. Según su hoja de servicio, su patria chica era San Roque, lugar donde debió de pasar su infancia, pues su familia era gaditana. Su estatura era de un metro y medio.
Toda su vida se vio marcada por la muerte de su padre, que cayó en la plaza de Badajoz, pasando a la historia como héroe por la defensa que realizó contra los franceses, siendo gobernador de la plaza en 1811.
Ingresó como cadete sin antigüedad el 23 de diciembre de 1803; el 29 de julio de 1808 fue ascendido a subteniente. Alcanzó la antigüedad con sólo nueve años, al ascender a teniente el 9 de julio de 1809 y pasó a la Academia Militar de San Fernando, hasta el 16 de septiembre de 1811, fecha en la que pasó al batallón de Infantería Albuera, con guarnición en La Línea, donde permaneció hasta el 23 de agosto de 1816, cuando fue destinado al batallón de Infantería 3.º de Cataluña. Realizó los servicios de guarnición durante siete años y siete meses en diversas ciudades de Andalucía, de los cuales pasó cerca de tres combatiendo, con base en Córdoba, contra el bandidaje.
El 21 de abril se embarcó para permanecer en la plaza del presidio menor del Peñón de Vélez de la Gomera, donde, siendo jefe del destacamento, combatió contra los moros en varias salidas de la plaza, con gran satisfacción de sus superiores.
Tras la Revolución de 1820 salió de la plaza y se le dio la indefinida en Alcalá de Henares, donde mantuvo su residencia hasta su purificación en 1828, pasando a la situación de Ilimitado, en la que permanece hasta el 3 de mayo de 1832, destinándosele al 2.º batallón del Regimiento de Saboya n.º 5 de Línea, con grado de capitán, que tenía desde el 27 de febrero de 1827, dotándosele de efectividad con fecha del 30 de noviembre de 1832, día en el que fue ascendido a teniente coronel con destino al provincial de Betanzos.
Estuvo agregado como secretario para la revista de inspección, a los Cuerpos de Infantería existentes en Galicia durante 1833 y parte del año siguiente; le concedieron el grado de coronel en agosto de 1834 y en diciembre de ese mismo año se incorporó a su Regimiento de guarnición en Santoña.
El año 1835 fue de especial virulencia en la lucha contra los carlistas, participando en las acciones del 13 de mayo en la bajada de la villa de Ampuero contra las avanzadas del cabecilla Castor, al igual que el 15 del mismo mes en el valle de Carranza; el 24 en la bajada de San Esteban; el 5 de julio en las alturas de la ermita de Baracaldo, y, el 13 de ese mismo mes, en Araniaga donde batió a tres mil quinientos enemigos con tan sólo setecientos hombres.
El día 24 de junio de 1835 se cubrió de gloria.
Para liberar Bilbao del sitio carlista, los liberales llevaron a cabo, al mando de los generales Lastre y Espartero, una operación dirigida el 21 de junio desde Valmaseda a Portugalete, estableciéndose en Burceña, practicando reconocimientos para conocer las fuerzas y posiciones enemigas. El provincial de Segovia fue atacado por los carlistas que pasaron el puente de Castrejana y el vado inmediato; el general Espartero acudió desde Burceña en su ayuda, y, animados por su presencia, los batallones provinciales de Betanzos, Segovia y 1.º de Borbón, junto con otras fuerzas, se lanzaron con gran ardor a las posiciones carlistas, defendidas desde el lado opuesto del río por dos casas fuertes y varias líneas de parapetos, y bien provistas de artillería. El primero en lanzarse fue el coronel del Betanzos, Benito Menacho, al frente de una compañía de su Regimiento. El arrojo del que hicieron alarde tuvo un funesto resultado, quedando sobre el terreno muchos muertos y heridos, entre ellos, gravemente, el propio Menacho, que fue atravesado por una bala de fusil. Aunque algunos historiadores dicen que de resultas de sus heridas moriría, no fue así, pues, después de un año de curación, fue destinado al Regimiento provincial de Mondoñedo. En la citada acción se contaron trece muertos de su unidad y también fueron heridos tres oficiales y treinta individuos de tropa. A Menacho le concedieron, por Real Cédula de 25 de noviembre de 1841, después de un juicio contradictorio, la Cruz Laureada de 2.ª Clase de la Real y Militar Orden de San Fernando.
El 25 de octubre de 1837 alcanzó la efectividad de coronel de milicias y pasó, al frente de su Regimiento, al punto fortificado de Miranda de Ebro, donde permaneció de guarnición y desde donde acudió, el 2 de mayo de 1838, a socorrer un convoy que era atacado por el cabecilla Lermes, poniéndolo en fuga, participando en esas fechas en algunas acciones más. El 22 de agosto de 1841 le concedieron el empleo de coronel de Infantería, con antigüedad de 22 de abril de 1838.
El 7 de diciembre de 1847 se le nombró comandante militar de Santiago de Compostela, donde permaneció casi siete años, hasta el 30 de agosto de 1854. El 20 de diciembre de 1852 fue ascendido a brigadier de Infantería.
Entre la fecha en que dejó la Comandancia de Santiago y el 8 de octubre de 1863, día en el que pasó a cuartel, ocupó sucesivamente los Gobiernos Militares de Jaca, Lugo, Pontevedra, Vigo y Salamanca.
Su fallecimiento tuvo lugar el 6 de junio de 1877.
Había contraído dos matrimonios: el primero con Antonia Acebedo y Vivero, y el segundo, en 1859, siendo ya brigadier, con Petronila Ulibarri y Blanco, de la que tuvo descendencia.
Estaba en posesión, además de la citada Cruz Laureada de 2.ª Clase de la Orden de San Fernando, de la Gran Cruz, Placa y Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y de la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exp. personal; Col. Rey Joli; Archivo Personal Eduardo García-Menacho.
E. Guiu y Marti, El año militar español. Colección de episodios, hechos y glorias de la historia militar de España, Barcelona, F. Giró, 1877.
Eduardo García-Menacho y Osset
