Hijo de catedrático de instituto, estudió Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza. Los estudios de doctorado los hizo en la Universidad de Madrid, donde fue —con Galo Sánchez y Claudio Sánchez Albornoz— uno de los tres más auténticos discípulos de Eduardo de Hinojosa. Fue profesor del madrileño Instituto Escuela y, desde 1920 hasta su fallecimiento, catedrático de Historia de España en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Salamanca, donde, pese a la diferencia de edad, trabó una estrecha amistad con Miguel de Unamuno. A propuesta de un grupo mayoritario del claustro universitario, fue efímero rector de la Universidad de Salamanca, nombrado por el último gobierno de la Monarquía, en los primeros meses de 1931. Después fue decano perpetuo hasta su muerte, de la Facultad de Filosofía y Letras.

Sus diarias y brillantes lecciones magistrales se caracterizaban por su originalidad, rigurosa agudeza crítica y elegante claridad expositiva. Cuando fue encargado por la superioridad para impartir a los universitarios salmantinos la asignatura llamada Formación del Espíritu Nacional, su conferencia pública semanal de la mañana de los sábados estaba concurridísima por estudiantes y profesores jóvenes de todas las facultades, conferencias en las que desarrollaba originalísimamente diversos episodios de la Historia de España. Los emolumentos que con este motivo recibía del Estado los dedicaba, en parte, a dotar una beca para estudiantes de su facultad y, en parte, para ayudar a financiar las publicaciones de la Universidad. [...]