Urraca Alfonso. ?, 1132 – Palencia, 26.X.1164. Reina de Pamplona.
Era hija bastarda del emperador Alfonso VII de Castilla (1126-1157) y de Gontroda Pérez, noble asturiana. Sus abuelos paternos fueron la reina Urraca de Castilla y el conde Raimundo de Borgoña, y los maternos, Pedro Díaz, originario de Tineo, y María Ordóñez. Todavía niña, Urraca fue apartada de su familia y se confió su educación a la infanta Sancha, hermana y colaboradora de Alfonso VII, que poseía un señorío en torno a Gijón. Mientras tanto, Gontroda recibía alguna donación de Alfonso VII, incrementaba el patrimonio heredado de sus padres y realizaba donaciones al Monasterio de San Vicente de Oviedo.
El matrimonio de Urraca con el rey pamplonés García Ramírez se explica en función de la evolución de las relaciones navarro-castellanas. A finales de 1143, era precioso restablecer los vínculos entre ambos Reinos. El Monarca pamplonés necesitaba el apoyo castellano para resistir a la ofensiva aragonesa. Alfonso VII deseaba reactivar la reconquista y demostrar su preeminencia entre los Reinos cristianos españoles. El acuerdo matrimonial, forjado en Nájera (noviembre de 1143), restableció en su plenitud los vínculos de vasallaje y alianza. García, viudo desde 1141, se integró en la familia del Emperador mediante su matrimonio con Urraca y se comprometió a servir a su señor, lo cual significó restablecer el vasallaje de 1135 en toda su vigencia. La boda se celebró en León (19 de junio de 1144) y dio lugar a grandes celebraciones y festejos, repetidos luego, a la vuelta, en Pamplona. Durante ellos, se acordó la entrega a Castilla de la plaza de Logroño, que permanecía en manos de García desde 1134. El hecho significó la aceptación del Ebro como frontera, de acuerdo con el criterio fijado entonces por Alfonso VII.
García Ramírez entregó en arras a su esposa las localidades de Artajona, Larraga y Cebror, y Urraca aparece al frente de ellas en algún diploma local. Por lo demás, Urraca pasó casi inadvertida en la documentación navarra. Se puede acreditar su presencia en la entrevista que los reyes de Castilla y Navarra y sus respectivas esposas celebraron en Tudején en octubre de 1146. En 1149 acompañó a su marido en la fundación de un monasterio cisterciense femenino en Tudela, pronto trasladado a Tulebras, que fue el primero de España. También visitó en varias ocasiones Asturias. Su matrimonio duró seis años, hasta la muerte del rey García en 1150. Sólo tuvo una hija, la infanta Sancha, que fue mujer del vizconde Gastón V de Bearne (1154-1170) y después se casó con el conde Pedro Manrique de Lara, señor de Molina.
Permaneció en Navarra hasta las paces de Soria (junio de 1153). Entonces cedió Artajona, Larraga y Cebror, que formaron un enclave castellano —no un reino como a veces se ha afirmado— dirigido desde Nájera por el futuro Sancho III. Urraca se retiró a Asturias, donde su padre Alfonso VII le entregó el Palacio Real de Oviedo y un conjunto de propiedades, un infantazgo, y le encomendó el gobierno de la región. Ese mismo año ayudó a su madre Gontroda Pérez a fundar el Monasterio de Vega de Oviedo. Protegió especialmente y entregó bienes a los Monasterios ovetenses de San Vicente y San Pelayo, así como a la Catedral, a la que donó en 1158 los palacios reales.
En agosto de 1163, cuando contaba treinta y un años, Urraca se casó de nuevo con el noble Álvaro Rodríguez de Castro, miembro del linaje de los Castro. Este segundo matrimonio duró poco, pues la Reina falleció al año siguiente.
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Luis Javier Fortún Pérez de Ciriza