Gómez Pérez, Ramón. Cirat (Castellón), 2.I.1868 – Valencia, 14.I.1939. Veterinario, inspector municipal, bibliófilo.
Fue la máxima autoridad veterinaria en Valencia durante toda su vida activa. Su principal vinculación oficial la tuvo con el Ayuntamiento de Valencia, donde ingresó de forma interina en el año 1899. Fue nombrado en 1902 jefe del primer Cuerpo de Inspectores Municipales Veterinarios creado en 1901, por haber aprobado la oposición con el número uno. La Diputación Provincial quiso contar con su colaboración y desde 1907 a 1924 le encomendó la asistencia de los animales que poseía la Corporación en varios centros benéficos y en particular de la vaquería del hospital. También desempeñó las funciones propias de inspector provincial de Higiene y Sanidad Pecuaria, hasta que esta plaza fue ocupada en propiedad. Fue vocal de la Junta Provincial de Sanidad (1904) y subdelegado de Veterinaria del distrito de San Vicente, lo que llevaba implícito el servicio en la plaza de toros.
En segundo lugar, la dedicación al Colegio Oficial de Veterinarios de Valencia, del que fue fundador, fue decisiva para la trayectoria científica de la Institución, para su proyección social y para la superación de sus crisis. En muy pocas ocasiones estuvo ausente de sus juntas directivas y de 1902 a 1933, en cinco etapas que totalizaban once años, fue presidente del Colegio Oficial. Siempre prevaleció su gran personalidad y la certeza de que actuaba con el mejor sentido.
El 25 de abril de 1909 ingresó como académico de número en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valencia leyendo un discurso sobre La identidad de la tuberculosis en las diferentes especies y la necesidad de las medidas de profilaxis en los animales para evitar su propagación a la especie humana. Por circunstancias no explicadas se había retrasado cinco años el acto de ingreso, por lo que su padrino, el doctor Barberá Martí, tuvo a bien recordar públicamente que por motivos similares Benito Pérez Galdós tardó siete años en incorporarse a la Real Academia de la Lengua. En el año 1916 pronunció la lección inaugural del curso académico.
Poseía una magnífica biblioteca sobre temas veterinarios y de Humanidades, que explicaba su extraordinaria preparación, destacando su afición por las obras antiguas, en especial de albeitería, de las que consiguió reunir un buen número. Esta biblioteca la donó al Colegio de Veterinarios de Valencia y algunos de los libros constituyen una de sus más valiosas propiedades. Fue autor de muchas publicaciones de divulgación y en su afán por dar a conocer temas de palpitante interés público, escribió el primer artículo del Boletín Sanitario Municipal cuando fue creado en el año 1905.
Falleció en el año 1939, a los seis de su jubilación, con la satisfacción de haber sido nombrado presidente de honor del Colegio tras un entrañable homenaje.
Obras de ~: “Estudio de la carne como alimento”, en Boletín Sanitario Municipal, 1 (1905), págs. 29-32; “Las vaquerías en Valencia”, en Boletín Sanitario Municipal, 2 (1906), págs. 318- 320; La identidad de la tuberculosis en las diferentes especies y la necesidad de las medidas de profilaxis en los animales para evitar la propagación a la especie humana, discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina de Valencia, 1906; Estudio del huevo de la gallina como alimento del hombre, relacionado con la higiene, discurso en la Real Academia de Medicina de Valencia, 1916.
Bibl.: F. Aganzo Salido y V. Dualde Pérez, Libro del I Centenario del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de la Provincia de Valencia, Valencia, 1997, cap. V, págs. 109-110.
Fernando Aganzo Salido
