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Afonso López de Baian

Biografía

López de Baian, Afonso. Baian (Portugal), p. s. XIII – 3.V.1280. Noble de uno de los linajes más antiguos y poderosos de Portugal, trovador gallego-portugués.

El nombre de familia del trovador procede, como sucede en otros muchos casos, de la implantación regional de su linaje: el centro territorial de sus ascendientes era el castillo de Baian, situado en la orilla derecha del río Duero, en la región de Entre Douro y Tâmega. El autor fue hijo de Lopo Afonso y de Aldara Viegas de Alvarenga. Su prestigio social se reforzó mediante el matrimonio contraído hacia 1224 o 1225 con una dama de la alta aristocracia portuguesa, Mor Gonçalves, nieta del célebre conde Meendo Gonçalves I de Sousa y sobrina del trovador Garcia Mendiz d’Eixo. De esta unión no hubo descendientes, por lo que los bienes de ambos cónyuges pasaron a manos de monasterios (la mayor parte al cenobio cisterciense de Santa María de Salzedas) o a la Corona. El trovador participó en diversas campañas de la Reconquista andaluza en las filas de los ejércitos castellanos. La documentación no explicita si la salida de Alfonso de Portugal obedece al deseo de aumentar sus bienes patrimoniales o viene determinada por razones políticas, sobre todo a raíz de la situación de inestabilidad creada en el país durante el reinado de Sancho II después de 1230. La Primera Crónica General (cap. 1066) lo menciona como uno de los acompañantes del infante Alfonso de Molina (hermano del rey castellano Fernando III) en la conquista de Jaén, plaza que cayó en manos de los ejércitos cristianos en los últimos días de febrero de 1246. Asimismo, participó en la toma de Sevilla (23 de noviembre de 1248) y su nombre figura en el listado de nobles beneficiados por los Repartimientos.

Afonso de Baian desempeñó importantes cargos en la función pública durante el reinado de Alfonso III y en los inicios del de don Denís, si bien nunca gozó de puestos relevantes en la Corte. A lo largo de su vida estuvo al frente de diversas tenencias (Lamego, Numão, Bragança, Sousa e Riba de Minho), que ocupó por la unión intrínseca que existía en ese período entre la transmisión de determinados cargos y el sistema de linajes establecido. En fecha incierta fue nombrado alcaide de la localidad de Alenquer. El último documento en el que figura su firma se refiere a unas donaciones realizadas en febrero de 1280, es decir, en época de don Denís. La fecha de su muerte aparece recogida, junto a la de su esposa, en el obituario del monasterio de Santa María de Salzedas.

La producción poética que se conserva del trovador es la siguiente: dos cantigas de amor, cuatro cantigas de amigo y cuatro cantigas de escarnio e maldizer. La posición de sus textos en los manuscritos no presenta dificultades ni problemas de atribución. Todos los poemas han sido copiados en B (Cancionero de la Biblioteca Nacional de Lisboa), V (Cancionero de la Biblioteca Vaticana) y A (Cancionero de Ajuda), testimonio este último que, en función del criterio estético seguido por el compilador, sólo recoge las dos cantigas de amor. La autoría del trovador portugués para la serie mencionada no ofrece dudas, ya que tanto los apógrafos italianos (B/V), como la denominada Tavola colocciana (C) reproducen la correspondiente rúbrica atributiva en las respectivas secciones en las que los textos fueron transcritos.

En las poesías de amor, el autor introduce el conocido tópico de la “coita”, causado, en el primer caso (Senhor, que grav’oj’a mi é, A 224, B 395, V 5), por la inminente partida que no permitirá ver a la dama, y, en el segundo (O meu Senhor [Deus] me guisou, A 225, B 396, V 6), por el silencio apenado del enamorado, que no osa infringir el código de comportamiento cortés y revelar sus sentimientos a la poderosa senhor. Ambos textos son “cantigas de refrán”, dispuestas en coblas singulars de octosílabos agudos y con un esquema rítmico de los más cultivados por los trovadores gallego-portugueses (abbacc), si bien ofrecen una cuidada elaboración basada en la repetición, bien mediante el dobre, bien mediante el mot-equivoc.

Las cantigas de amigo ofrecen dos temas convencionales de la poética trovadoresca peninsular: en tres casos se introduce el motivo de la romería y en uno la hipérbole de la “muerte de amor”, causada por la tardanza del amigo. A pesar de ser todas ellas “cantigas de refrán”, ofrecen una gran diversidad métrica, ya que el autor recurre al decasílabo, al octosílabo grave y agudo, al endecasílabo con heptasílabo grave e, incluso en una ocasión (Disseron mi unhas novas de que mé mui gran ben), al excepcional verso de trece sílabas.

Las cantigas satíricas incluyen textos de temática variada. En la primera de ellas se burla de un tal Alvelo por su aversión al matrimonio (determinada, quizás, por su probable homosexualidad). En el texto En Arouca űa casa faria (B 1471, V 1081), el trovador juega con el significado metafórico de los términos casa y madeira nova, bajo los que se esconden los favores sexuales que pretende obtener de la abadesa del monasterio de Arouca. A dicha cantiga responderá Pai Gómez Charinho en un tono abiertamente lúdico en el texto Don Afonso Lopez de Baian quer (B 1625, V 1159). Los otros dos poemas conservados del autor (B 1470, V 1080; B [1471bis], V 1082) escarnecen al linaje de los Briteiros, que había alcanzado una gran proyección político-económica con la llegada al trono del rey Alfonso III el Boloñés (1248). El primero de ellos, es decir, la conocida “gesta de maldizer” Sedia- xi don Belpelho en űa sa maison, presenta numerosos galicismos léxicos y sintácticos. Dicha particularidad, junto con la estructura épica del texto, el motivo parodiado en el mismo (el alarde) y el propio título que le adjudica la rúbrica en los Cancioneiros (gesta) le confieren un tono afrancesado, fortalecido por la exclamación Eoi! que concluye cada una de las tiradas. Dicha marca remite al conocido manuscrito de Oxford de la Chanson de Roland. La modulación se altera en su fonética, lo que concuerda con el espíritu caricaturesco de la peculiar cantiga, en la que se realiza una ridiculización e inversión constantes de los elementos de la caballería feudal (armas propias de villanos; perpuntes rotos; caballos flacos, viejos o enfermos; lanzas torcidas; espuelas de un mismo pie; yelmos agujereados, etc.). El trovador dotó a su peculiar texto de otros rasgos propios de los poemas épicos, como es el caso de las “series similares”, lo que le permite volver una y otra vez sobre los dos núcleos fundamentales de su gesta: la prosopografía de los protagonistas y las arengas que dirigen a su señor don Belpelho (es decir, “don Zorro”). El público de la Corte de Alfonso III, buen conocedor de la literatura de oïl, habría captado de inmediato la esencia de la caricatura, mediante la que se parodiaba a los miembros de una nueva nobleza de escasa prosapia.

 

Obras de ~: Cantigas de amor: A 224-225, B 395-396, V 5-6. Cantigas de amigo: B 738-740-V 339-342. Cantigas de escarnio e maldizer: B 1469-1470 [bis], V 1079-1082 [M. Brea (coord.), Lírica profana galego-portuguesa, vol. I, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1996, págs. 86-92].

 

Bibl.: J. Horrent, La Chanson de Roland dans les littératures française et espagnole, Paris, 1951, págs. 362-455; G. Lanciani y G. Tavani, As cantigas de escarnio, Vigo, Edicións Xerais, 1995, págs. 176-178; A. Resende de Oliveira, Trobadores e xograres. Contexto histórico, Vigo, Edicións Xerais, 1995, págs. 101-102.

 

Pilar Lorenzo Gradín