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Eudald Serra i Güell

Biografía

Serra i Güell, Eudald. Barcelona 1.V.1911 – 7.X.2002. Escultor.

Artista catalán vinculado a la vanguardia y pionero del surrealismo, fue, asimismo, gran coleccionista de objetos de culturas no europeas, como las de Japón o Nueva Guinea, entre otras.

En 1929 inició sus estudios artísticos en la Escuela de Artes y Oficios de La Lonja de Barcelona, donde fue alumno de Ángel Ferrant, quien dejó una huella decisiva en su obra. En 1934 realizó su primera exposición individual en la Sala Busquets, obras abstractas pero con un elemento figurativo que nunca le abandonará; de esta primera muestra destaca la obra Torero o Arlequín. Su relación con Ferrant se hace manifiesta en los materiales y el tratamiento de estas primeras obras.

En esta etapa de juventud, Serra se siente influido por el surrealismo y el dadaísmo. Ligado a la vanguardia barcelonesa fue, junto con Ramón Marinel.lo y Jaume Sans, miembro fundador del grupo ADLAN (Amigos de las Artes Nuevas). En 1935 los tres exponen en las Galeries d’Art Catalònia de Barcelona.

Eudald Serra, “admirador de las artes de todos los pueblos”, tuvo un especial interés por el arte japonés, un arte y una cultura que conoció de manera intensa ya que vivió en Japón durante trece años (de 1935 a 1947). Serra, que había llegado a Japón con un grupo de alumnos de la Universidad de Barcelona, pronto llegó a establecer contacto con el conocido ceramista japonés Shoji Hamada (1894-1978), con algunos miembros del círculo del filósofo Yanagi Soetsu (1889-1961), y con el movimiento estético japonés Mingei Undo. Allí llegó a conocer también a la que sería su esposa: Edmonde Iba Bougeot, una mujer de origen franco-japonés, con quien más tarde contrajo matrimonio en 1940.

La convulsa situación política que se vivía en España y en Europa durante aquellos años fue decisiva para que Serra se instalara en Kobe, donde comenzó a trabajar en el consulado español, que pronto sería cerrado como consecuencia del estallido de la Guerra Civil en España. Es a partir de esta circunstancia cuando empieza a mantener contactos con emigrantes coreanos, a los que tomaría como modelos de su nueva etapa artística. Serra pasó así de sus inicios de artista surrealista a cincelar en directo. En 1939 realiza en piedra calcárea la escultura Niña Coreana, que en 1951 le valió el premio de escultura de la Primera Bienal Hispanoamericana de Arte. La asimilación de los rasgos de estética japonesa también se recoge en una obra más madura y próxima a las vanguardias occidentales: Torso, de 1940, que actualmente puede observarse en el Museo de Arte Contemporáneo de Valladolid. Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945, ingresó como profesor de arte en el 25th Infantry Division Osaka Central School, del ejército estadounidense.

Su relación con un grupo de ceramistas japoneses, entre los que destaca Shoji Hamada, le llevó a atesorar una impresionante colección de cerámica japonesa.

El amor por la cerámica le hizo posteriormente establecer una estrecha amistad con el ceramista catalán Llorens Artigas (1892-1980), con quien realizó toda una serie de piezas con la firma AR-SE.

Tras su regreso a España el 11 de junio de 1948, se relacionó con el grupo de la Escuela de Altamira.

Hacia 1949 su obra se transforma en estructuras más rígidas, como triángulos y rectángulos. Debido a la influencia de la estética oriental, se interesa por la dicotomía del espacio entre lleno y vacío, así como el acabado final de la obra y la textura que expresan los materiales. Fue uno de los pocos artistas españoles seleccionados para la antología de la escultura del siglo xx presentada en el Georges Pompidou de París en 1986, y en 1998 se le dedicó una amplia retrospectiva en Barcelona.

Gracias al interés y colaboración del director del Museo Etnológico de Barcelona, August Panyella, y del industrial y mecenas catalán Albert Folc, Serra pudo realizar entre 1957 y 1968 varias campañas de recolección y búsqueda de objetos.

Como buen admirador del neglected art o arte olvidado y marginado, así como de las expresiones populares de las “otras” culturas, en su taller de Barcelona guardó celosamente no solo toda su obra escultórica y su colección de cerámica, sino también los objetos etnológicos y piezas de arte que recogió a lo largo de su vida en sus viajes por Asia, África y Oceanía, creando la que hasta la fecha se considera una de las mejores colecciones de arte popular no europeo, que en la actualidad custodian el Museu Etnològic y la Fundación Folch, ambos en Barcelona.

 

Obras de ~: Vieja coreana, 1938; Maternidad, 1939; Homenaje al Jazz, 1952; Formas giratorias, 1954; La mujer y el espejo, 1957; Composición, 1960; La tierra, 1962; De izquierda a derecha, 1966; Mòduls, 1978; Secreto, 1978.

Escritos: con A. Folch, The Art of Papua and New Guinea, New York, Rizzoll, 1977, y Art Papou, Barcelona, Polígrafa, 1984.

 

Bibl.: J. Teixidor, Eudald Serra, Barcelona, Barcelona, Polígrafa, 1979; J. M. Bonet, Diccionario de las vanguardias en España, 1907-1936, Madrid, Alianza, 1995; F. Marzán, Eudald Serra: Rastros de Vida: exposición celebrada al Palau de la Virreina, Barcelona, del 20 d’octubre de 1998 al 14 de febrero de 1988, Barcelona, Ambit-Institut de Cultura de Barcelona, 1998; E. Fernández del Campo, Eudald Serra y Moisés Villèlia: Dos miradas a Japón, Zaragoza, Prensas Universitarias- Asociación Española de Estudios Japoneses, 2004.

 

Matilde Rosa Arias Esteve