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Juan Manuel de Urquijo Urrutia

Biografía

Urquijo Urrutia, Juan Manuel de. Marqués de Urquijo (II). Murga (Álava), 12.XII.1843 – Madrid, 27.I.1914. Banquero.

Nació en una familia campesina de humilde condición. Comenzó los estudios en Llodio y los continuó en Pamplona y Valladolid. La etapa de formación concluyó en Madrid, a la vera de su tío soltero Estanislao, que le transmitió el savoir faire en el mundo de las finanzas. Asimiló los conocimientos con rapidez y en 1869 era un respetado agente de cambios.

En 1870, fundó una sociedad colectiva de crédito llamada “Urquijo y Arenzana”. Pronto gozó de prestigio merced a una contabilidad ordenada, unas inversiones seguras y no llevar a cabo especulaciones arriesgadas. Entre las operaciones más sobresalientes destacaron la concesión de préstamos al rey Amadeo de Saboya; después, al gobierno republicano de Emilio Castelar; e incluso al duque de Sesto que pidió ayuda de cara a la restauración de la Monarquía de Alfonso XII. También en el primer lustro de la década de 1870, participó en los primeros pasos del Banco de Castilla (1871) y del Banco Hipotecario (1872), del que fue consejero a partir de 1875. También fue consejero y accionista del Banco de España, como su tío. En 1879, a raíz de la incorporación de su hermano Lucas, la sociedad cambió de nombre: “Urquijo Hermanos”. En Madrid participaron en la fábrica de cerámica, vidrio y cristal La Moncloa, que tenía cedidos los modelos de cerámica de la antigua Fábrica Real del Retiro; y, en 1881, concedieron al Ayuntamiento de Madrid un préstamo de más de tres millones de pesetas con el objeto de terminar con el usufructo que tenía una compañía inglesa en los mercados de la Cebada y de Mostenses. En este negocio, Lucas no tenía participación probablemente por alguna discrepancia, que dio lugar a la posterior ruptura (al parecer Lucas se había aproximado al carlismo, ideología que no era compartida por el resto de la familia, de talante liberal). Por aquel entonces, se incorporó el cuñado Luis Ussía Aldama, como coadministrador sin aportar capital.k.Luis Ussía;. Así pues, en 1883 se tranformó la sociedad en “Urquijo y Compañía” ayudado por su cuñado Luis Ussía y su primo Landaluce.

En 1889 murió el primer marqués de Urquijo, sucediéndole en el título nobiliario. Otra herencia de su tío fue la neutralidad en la política. De hecho, se comportó como una persona independiente, ajeno a los partidos del turno, tanto el Conservador de Cánovas como el Liberal de Sagasta. No obstante, participó en la vida pública ocupando diversos cargos: concejal en Madrid (1875), diputado a Cortes en Madrid (1879-1881), senador por Álava (siete legislaturas senador desde 1881 hasta 1899, y en 1899 fue nombrado senador vitalicio). En cuanto a la política local, tras la muerte de su tío, ejerció un control político sobre la Diputación Provincial de Álava, dando el visto bueno a las candidaturas afines —denominadas urquijistas— en las elecciones provinciales.

Así las cosas, en 1898 el primogénito Estanislao pasó a formar parte de la dirección de la sociedad de crédito familiar, que experimentaba un crecimiento gracias al saber hacer y liderazgo del II marqués. Poco después, en 1905 se incorporaron los hijos Juan Manuel y Luis. La sociedad crediticia fue el fundamento para construir un grupo financiero sólido y amplio, que estuvo presente en no pocas actividades industriales. Jugó un papel importante en dos de las industrias más poderosas del sector de la siderurgia: Altos Hornos de Bilbao (AHB) y Unión Hullera y Metalúrgica de Asturias Duro Felguera. En 1882, Juan Manuel Urquijo fue socio fundador de AHB y ocupó un lugar destacado en el consejo de administración. Con la tranformación en Altos Hornos de Vizcaya (AHV), en 1902, no cambió su papel; y en 1907 fue elegido presidente del comité de Altos Hornos en Madrid. En la sede de Urquijo y Compañía y en el palacio de la familia Urquijo en Llodio se celebraron algunas negociaciones en torno a la fusión de AHB, La Vizcaya y La Iberia. En 1900 fundó y presidió la Duro Felguera, con sede social en Madrid, y a partir de 1906 delegó todos sus intereses en su hijo Estanislao. En cierta medida, la industria siderúrgica estuvo ligada al ferrocarril. Por ejemplo, en la década de 1890, la Compañía Madrid-Zaragoza- Alicante (M-Z-A) había adquirido carriles fabricados por AHB y La Vizcaya. Fue miembro del consejo de administración de la M-Z-A, interviniendo en la designación del administrador René Lisle. Además, tenía acciones en la Nueva Argentífera y en la sociedad minera del valle de Alcudia. Esta última estuvo presidida por el II marqués de Urquijo durante los primeros momentos de su constitución en 1898. Respecto al transporte marítimo, fue uno de los promotores de la Sociedad Española de Construcción Naval, que tenía como finalidad la creación de una nueva escuadra. En cuanto a la maquinaria, fue promotor de la Sociedad Española de Construcciones Metálicas, una sociedad anónima nacida en 1901 y domiciliada en Bilbao, unió a varias de las empresas más importantes del metal, centrando sus esfuerzos en la minería, las maquinas de vapor y las azucareras y el material ferroviario. En el sector energético, delegó en el primogénito Estanislao, que representó a Urquijo y Compañía en la marcha de este sector.

Cierta influencia tuvo en el consejo de administración de La Papelera, donde se estrechó más su amistad con Nicolás Urgoiti. Con el respaldo financiero y sus sugerencias La Papelera se consolidó como la empresa líder del papel en la década de 1910. Otro punto de encuentro entre el marqués y Urgoiti fue Prensa Gráfica. Esta editora de revistas fue asesorada por Juan Manuel Urquijo y sus hijos, que cedieron los terrenos para la sede en Madrid y aconsejaron que convenía la instalación en Bilbao y Barcelona. El II marqués fue socio protector de la Asociación de la Prensa de Madrid. De otra parte, el servicio financiero del Hotel Ritz fue encomendado a los Urquijo. El 27 de junio de 1908 se constituyó una sociedad en Madrid para construir y explotar un hotel en un lugar céntrico de Madrid. Con las sucesivas ampliaciones de capital tanto la casa de banca de los Urquijo como los bancos Español de Crédito y el Hispano Colonial controlaron las finanzas del hotel. En los primeros meses de funcionamiento del nuevo hotel, el II marqués de Urquijo asesoró a varios capitalistas sobre la conveniencia de adquirir acciones. En 1912, la sociedad Madrid Palace Hotel arrendó la explotación del Hotel Ritz, que fue desplazado por el Hotel Palace, un edificio emblemático del Madrid moderno al ser el primer edificio construido en la capital española con hormigón armado.

Mantuvo excelentes relaciones con la aristocracia a través de instituciones benéficas, como la Asociación Matritense de Caridad, y de círculos restringidos, como el Centro de Acción Nobiliaria. Pero no sólo mantuvieron buenas relaciones con la elite madrileña, sino que fomentó los contactos con miembros de la nobleza y de la burguesía europeas en Londres, París, Fráncfort y San Petersburgo, por motivos de negocios. Entre otras condecoraciones recibió el Collar de Carlos III y la Gran Cruz de Isabel la Católica. Cuando falleció el II marqués, su amigo Urgoiti dijo que España estaba de luto. Pocos meses antes había fallecido su mujer Dolores Ussía Aldama (19.I.1844- 13.VI.1913), hermana del marqués de Aldama. Fueron enterrados en la cripta de la Catedral de la Almudena de Madrid. Tuvieron seis hijos: Estanislao, Juan Manuel, Cecilia, Encarnación, Luis y María de los Dolores, que falleció tempranamente. Tras su muerte heredó el título el primogénito Estanislao.

 

Bibl.: M. Sánchez y F. Berástegui, Las primeras Cámaras de la Regencia, Madrid, Rubiños, 1887; A. Urquijo, Cuando empuñamos las armas, Madrid, Moneda y Crédito, 1973; A. Bahamonde y J. Toro, Burguesía, especulación y cuestión social en el Madrid del siglo xix, Madrid, Siglo XXI, 1978; P. Tedde de Lorca, Madrid y el capital financiero en el siglo xix, Madrid, Ayuntamiento, Instituto de Estudios Madrileños, 1981; J. R. García López, “Banqueros y comerciantes banqueros”, en Moneda y Crédito, 175 (1985), págs. 59-86; J. A. Lacomba y G. Ruiz, Una historia del Banco Hipotecario de España (1872-1986), Madrid, Alianza-Banco Hipotecario, 1990; P. Sanz, “Los senadores alaveses (1870-1923). Notas para su estudio”, en Sancho el Sabio, 1 (1991), págs. 251-265; El ferrocarril Anglo-Vasco y la Restauración en Álava, 1880-1931, Vitoria, Diputación, 1992; El cacique y los políticos, Vitoria, Diputación, 1992; M. Cabrera, La industria, la prensa y la política: Nicolás María Urgoiti (1869-1951), Madrid, Alianza, 1994; J. R. García López, “El sistema bancario español en el siglo xix”, en J. Hernández Andreu y J. L. García Ruiz (comp.), Lecturas de Historia empresarial, Madrid, Civitas, 1994, págs. 377-400; J. R. García López, “Las sociedades colectivas y comandatarias en la dinámica empresarial del siglo xix”, en Revista de Historia Económica (RHE) (1994), págs. 175-184; P. Tedde de Lorca, “Cambio institucional y cambio económico en la España del siglo xix”, en RHE (1994), págs. 525-539; “La banca privada en España (1830- 1930)”, en G. Núñez y L. Segreto (eds.), Introducción a la Historia de la Empresa en España, Madrid, Abacus, 1994; O. Díaz Hernández, En los orígenes de la autonómía vasca: la situación política y económico-administrativa de la Diputación de Álava (1876-1900), Bilbao, Instituto Vasco de Administración Pública, 1995; “Vitoria y su entorno político: un caso de gerrymandering (1876-1923)”, en Cuadernos de Sección de Geografía e Historia Eusko Ikaskuntza, 23 (1995), págs. 195- 206; J. Anadón, “El Senado en la época de Alfonso XII: una aproximación prosopográfica”, en Historia Contemporánea (HC), 13-14 (1996), págs. 135-148; P. Tedde de Lorca, “Estructura y rentabilidad de las empresas financieras en España, 1874-1975”, en F. Comín y P. Martín Aceña (ed.), La Empresa en la Historia de España, Madrid, Civitas, 1996, págs. 325-345; J. C. Rueda, “Préstamo y finanzas durante la segunda mitad del siglo xix: una aproximación a la figura de los Urquijo”, en HC, 13-14 (1996), págs. 297-322; O. Díaz Hernández, “Irurac Bat: las conferencias políticas de las diputaciones vascas durante la Restauración (1874-1923)”, en Boletín de la Real Sociedad Bascongada, 53 (1997), págs. 519- 568; “Los primeros marqueses de Urquijo y Llodio”, en Bai, 18 (1997), págs. 1-26; Los Marqueses de Urquijo. El apogeo de una saga poderosa y los inicios del Banco Urquijo (1870-1931), Pamplona, Eunsa, 1998; “Un magnate al servicio de la Restauración: el segundo Marqués de Urquijo”, en Vasconia, 25 (1998), págs. 135-158; M. Cabrera y F. del Rey, El poder de los empresarios. Política e intereses económicos en la España contemporánea (1875-2000), Madrid, Taurus, 2002; O. Díaz Hernández, “Estanislao Urquijo Landaluce y Juan Manuel Urquijo Urrutia” en E. Torres (dir), Cien empresarios madrileños, LID, Madrid, 2017, págs. 164-171.

 

Onésimo Díaz Hernández

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