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Vicente Uribe Galdeano

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Biografía

Uribe Galdeano, Vicente. Sestao (Vizcaya), 30.XII.1902 – Praga (República Checa), 11.VII.1961. Político e ideólogo comunista español, ministro de Agricultura durante la Guerra Civil.

Obrero metalúrgico, militante del Partido Comunista de España (PCE) desde 1923, dirigente desde 1927. En 1932 fue elegido miembro del Comité Central y del Buró Político y se hizo cargo de la dirección de Mundo Obrero o de publicaciones similares. Representó al partido en la elaboración del manifiesto electoral del Frente Popular para las elecciones de 16 de febrero de 1936, siendo elegido diputado por Jaén. Fue ministro de Agricultura en los gobiernos de Francisco Largo Caballero (del 4 de septiembre de 1936 al 18 de mayo de 1937) y de Juan Negrín (del 18 de mayo de 1937 al 31 de marzo de 1939). Después del fracaso republicano en la contención del avance del ejército nacionalista (el 3 de septiembre estaba ya en Talavera), se formó el primer gobierno de Largo Caballero; “gobierno de la victoria” se le llamó y en él estuvieron representados todos los partidos del Frente Popular, entrando así en el Gobierno, por primera vez, los comunistas. En ese contexto es donde debe integrarse el Decreto Uribe de 7 octubre de 1936, considerado tradicionalmente como el que introdujo cierto control en el sector agrario republicano; en él se acordaba la expropiación sin indemnización de las fincas rústicas de los que hubieran participado directa o indirectamente en el movimiento insurreccional; se establecían, eso sí, unos rigurosos trámites para controlar el proceso “desde arriba” y dejando al Instituto de Reforma Agraria (IRA) como organismo tutelar.

En la historia oficial del partido aparece como “partidario convencido de la colectivización”, pero que no podía imponerse, pues “era preciso desarrollar una paciente labor previa de educación y de convencimiento”. Esta estrategia dilatoria que suponía proclamar que “la propiedad del pequeño campesino es sagrada” marcó muchos de los conflictos entre las autoridades del Ministerio de Agricultura y el IRA frente a los cenetistas y otros partidarios de la colectivización inmediata, acusada de “izquierdismo infantil”. El enunciado de diversos discursos en el otoño de 1936 (“Nadie está autorizado para saquear campos y pueblos”) ilustra fehacientemente los enfrentamientos, igual que el Decreto de 8 de junio de 1937, con el que se quería “encauzar debidamente” el movimiento colectivista; a tal fin se legalizaban con carácter formal y temporal, año agrícola 1936-1937, las explotaciones colectivas formadas a partir del 19 de julio; el IRA se comprometía a no tramitar ninguna demanda de revisión de tierras o de incautación de cosechas del antiguo poseedor “ni en los casos en que se aleguen supuestos errores de carácter jurídico”. Creer que mediante este decreto cesarían las hostilidades con el experimento colectivista se demostró apreciación errónea.

Además de ser el ministro con mayor permanencia en la cartera de Agricultura de toda la República, Uribe publicó un folleto sobre el problema de las nacionalidades integrándolo en la revolución democrática de toda España (El problema de las nacionalidades en España a la luz de la guerra popular por la independencia de la República Española). La importancia que fue adquiriendo el Partido Comunista a lo largo de la Guerra Civil hacen de Uribe un personaje relevante en dos episodios políticos, de signo distinto: la supresión del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y la detención de sus dirigentes, que provocó la caída de Largo Caballero en mayo de 1937 y su sustitución por Negrín; a principios de marzo de 1939 tuvo que sufrir sin embargo las consecuencias del golpe del coronel Casado, partidario de acabar con la resistencia a ultranza de Madrid y capitular y por tanto enfrentado a Uribe que resistiría hasta el final en la defensa de la causa republicana. Tras la derrota y el consiguiente exilio de los dirigentes, Vicente Uribe se convirtió en el máximo dirigente del grupo comunista español en México durante los años de la Segunda Guerra Mundial. El Comité Central del Partido después de la guerra había dejado de existir; lo que había era un buró político repartido entre el grupo que estaba en Moscú y el de México. Tras la expulsión de Jesús Hernández, en 1944, pasó a ocupar el segundo lugar en la jerarquía del PCE, instalándose en París en 1946 y cuatro años después en Praga. En febrero de 1947 ocupó por escasos meses la cartera de Economía en el Gobierno de la República en el exilio presidido por Llopis, pues el fracaso de las tácticas del partido en España y el clima de la guerra fría conducían al aislamiento del PCE.

Como uno de los principales dirigentes de Partido le correspondió hacer frente a los problemas derivados de las diferentes estrategias comprendidas entre la disolución de la Internacional Comunista (Comitern) en 1943 y el XX Congreso del Partido Comunista de la URSS en Moscú al que asiste Uribe (febrero de 1956). Fue entonces cuando se materializó el ascenso de los “jóvenes” del partido; su vieja compañera Dolores Ibárruri se dio cuenta, sin embargo, en qué dirección iba el viento y dejó solo a Uribe, convertido así en el Stalin del PCE. Pocos meses después, en el Pleno del Comité Central (julio-agosto de 1956) Vicente Uribe, aunque siguiera perteneciendo al buró y después de la oportuna autocrítica, sería relegado absolutamente por el grupo triunfante capitaneado por Santiago Carrillo. En 1958 contrajo una grave enfermedad que lo llevaría a la muerte tres años después. De su necrológica oficial se encargó Claudín, que ensalzó su labor en la Guerra Civil, sin dejar de señalar los “errores” que habían sido criticados y corregidos en el momento oportuno.

La postergación de Uribe se produjo cuando iban a cumplirse los treinta años de su encumbramiento a un ministerio que tuvo la difícil tarea de combinar las colectivizaciones impulsadas por la CNT o la UGT con la defensa individualista de la pequeña propiedad campesina. En tal sentido, la celebración del Pleno del Comité Central en el verano de 1956 debió ser el aniversario más amargo que pudo tener aquel obrero metalúrgico que llegó a ser el primer ministro comunista en la historia de España.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 141 n.º 25.

Instituto de Reforma Agraria, La Reforma Agraria. Sus motivos, su esencia, su acción, Valencia, Instituto de Reforma Agraria, 1937; Cinco fechas en la Revolución Agraria, Valencia, Publicaciones del IRA, 1938; Historia del Partido Comunista de España, Paris, Éditions Sociales, 1960; R. Cruz, El Partido Comunista de España en la II República, Madrid, Alianza Universidad, 1987; G. Morán, Miseria y grandeza del Partido Comunista de España 1939-1985, Barcelona, Planeta, 1986; J. Casanova (compilador), El sueño igualitario, Zaragoza Instución Fernando el Católico, 1988; M. Azcárate, Derrota y esperanzas. La República, la Guerra y la Resistencia, Barcelona, Tusquets, 1994; R. Robledo, “Política y reforma agraria de la Restauración a la Guerra Civil 1868-74/1939”, en Políticas y reformas agrarias en la historia de España (De la Ilustración al primer franquismo), Madrid, MAPA, 1996, págs. 322-324; R. Robledo Hernández, Los ministros de agricultura de la Segunda República (1931-1939), Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 2006.

 

Ricardo Robledo Hernández

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