Escobedo, Rodrigo de. Segovia, m. s. xv – República Dominicana, 1493. Escribano.
Nació en Segovia hacia la mitad del siglo xv. Sobrino del jerónimo fray Rodrigo Pérez, pudo enrolarse en el viaje descubridor, pues se encontraba en las cercanías de Santa Fe, donde se negoció y cerró el trato entre Cristóbal Colón y los Reyes Católicos para llegar a las Indias por Occidente. Además, gozaba de la aprobación de los monarcas, ya que insistieron en su persona para acudir como escribano y notario de la armada para dar fe y testimonio de todos los descubrimientos de Cristóbal Colón, vigilando así los intereses de la Monarquía. Por ello, el almirante le llamó, junto a Rodrigo Sánchez de Segovia, el 12 de octubre de 1492, para levantar acta sobre la toma de posesión de la isla de San Salvador (Guanahani) en nombre de los reyes, como habían decidido hacer en las capitulaciones firmadas entre ambas partes el 17 de abril de 1492 en Santa Fe. Además de esta función, parece ser que era buen diplomático y Cristóbal Colón aprovechó esta circunstancia para que fuera el encargado de entablar conversaciones con los indígenas de las zonas que iban descubriendo a finales de dicho año.
Mientras continuaban con la expedición, la nao Santa María encalló el día de Navidad en la costa norte de La Española y, con las maderas de dicha nave, decidieron construir un fuerte, pasando a la historia como el primer asentamiento castellano de las Indias. Colón decidió dejar a treinta y nueve hombres allí, pues, al tener un navío menos, no podía volver a la Península con todos los hombres que zarparon desde Palos. A cargo de esos hombres dejó como teniente a Diego de Arana, junto a Pero Gutiérrez y a Rodrigo de Escobedo, antes de comenzar su vuelta el 4 de enero de 1493. Parece ser que los dos últimos no entendían la autoridad de Arana en el fuerte y se sublevaron, matando a un tal Jácome el Rico, de origen genovés. Capitaneando un grupo de nueve hombres, Gutiérrez y Escobedo se adentraron en la isla y llegaron a las tierras de un cacique llamado Canoabo, quien mató a este grupo de unos once hombres y, posteriormente, se dirigió hacia el Fuerte de la Navidad donde quitó la vida al resto de habitantes que allí quedaban, destruyendo el primer asentamiento castellano en el nuevo mundo.
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Manuel Salvador Jorge