Alcoverro y Amorós, José. Tivenys (Tarragona), 1835 – Madrid, 1910. Escultor.
Se estableció en Madrid, de joven, siendo alumno en la Escuela de Pintura y Escultura del gran artista José Piquer, escultor de cámara de Isabel II. Acudió a numerosas exposiciones nacionales, logrando diversos premios. En 1867 obtuvo la medalla de tercera clase por su obra Ismael desmayado, en 1881 consiguió otra medalla de tercera clase por su grupo en yeso titulado: El primer lazo de amor en 1884, medalla de segunda clase por su imagen de Jeremías; en la de 1890, otra medalla de segunda clase por su modelo de Marte. Cinco años más tarde, en 1895, obtiene la primera medalla por su estatua sedente de San Isidoro. Dos años después, en 1897, presenta una estatua titulada El Valor. Por último, en la Exposición de 1901 logra una medalla en la Sección de Artes Decorativas por una serie de esculturas policromadas.
Ossorio apunta que a la Exposición de 1871 acudió con las siguientes obras: El mendigo Lázaro a la puerta del rico avariento, busto en yeso de Rossini, un retrato y un grupo escultórico en yeso de Hernán Cortés, y otro busto en yeso. También nos dice Ossorio que es autor de un retrato del rey Don Amadeo de Saboya y de una imagen de San Juan Bautista, realizada en 1870, para la localidad de Bermeo, Vizcaya.
A la muerte de Jerónimo Suñol, ocurrida el 16 de octubre de 1902, se presentó el 1 de diciembre del citado año, a una plaza de académico numerario de la Real Academia de San Fernando, junto a las candidaturas de Aniceto Marinas y Agustín Querol, fue elegido académico Aniceto Marinas el día 9 de diciembre del citado año.
Sus éxitos más importantes le llegaron en plena madurez artística, en la última década de finales del siglo XIX, cuando recibe por parte del Ministerio de Fomento y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando la orden de decorar con estatuas la fachada de la Biblioteca Nacional y la de los Museos Nacionales (1891-1895), esculpiendo en mármol italiano las estatuas colosales de San Isidoro, y del rey Alfonso X el Sabio (Biblioteca Nacional), y para la fachada del Museo Arqueológico Nacional la estatua del escultor Alonso Berruguete, todas ellas ejecutadas con gran realismo.
También realizó importantes monumentos, como el del Padre Piquer, y el de Agustín Argüelles. Contribuyó también con una estatua sedente en bronce alegoría de la Industria, para el monumento a Alfonso XII en el Parque del Retiro de Madrid.
Al final de su vida presentó tres obras a la Academia de San Fernando: Orgía, una esclava, y en la pelea.
Alcoverro es un digno representante de la escultura realista del último tercio del siglo XIX español.
Obras de ~: Marte reclinado, Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, 1890; estatua sedente de San Isidoro, estatua sedente de Alfonso X el Sabio, estatua de Alonso Berruguete, fachadas de la Biblioteca Nacional y Museo Arqueológico Nacional, Madrid, 1892; Monumento al Padre Francisco Piquer, Plaza de las Descalzas Reales, Madrid, 1892; Monumento a Guzmán el Bueno, modelo presentado a concurso, Madrid, 1896; Valor, jardines del Cuartel General de la Armada, Madrid, 1897; estatuas colosales de Jaime Balmes y Antonio de Ulloa, Cariátides; fachada del Ministerio de Fomento, actual Ministerio de Agricultura, Madrid, 1899; La Ola, Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, 1901; estatua de don Agustín Argüelles, paseo del pintor Rosales, al final de la calle del marqués de Urquijo, Madrid, 1902.
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José Luis Melendreras Gimeno