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Bernabé Antonio Caravia Pérez

Biografía

Caravia Pérez, Bernabé Antonio. Montevideo (Uruguay), 4.I.1808 – 13.V.1890. Jurisconsulto, magistrado.

Hijo de Juan Caravia, asturiano, y de Catalina Pé­rez Serantes, criolla y descendiente de los primeros pobladores de Montevideo. Bernabé fue el menor de los cinco hijos de este matrimonio. Los padres mu­rieron durante el gobierno Cisplatino. Bernabé fue el doctor de la familia, se graduó como doctor en Dere­cho en Buenos Aires y desde entonces fue un recono­cido jurisconsulto en Montevideo.

El 19 de febrero de 1833 contrajo matrimonio con Dolores Gutiérrez, con la que tuvo nueve hijos. Colaboró con el gobierno del general Oribe, como asesor jurídico. Desde 1845 hasta 1851, desde la villa de la Restauración, durante el Sitio de Montevideo, integró el poder judicial del Cerrito.

En 1852 comenzó la presidencia de Juan Francisco Giró, y Caravia continuó como fiscal. El 17 de julio de 1853, después de varias crisis ministeriales, Ma­nuel Herrera y Obes convocó a una reunión, a la que asistieron Juan Carlos Gómez, Francisco Hordeñana, Juan Miguel Martínez, José María Muñoz, Venan­cio Flores y Melchor Pacheco. Para continuar con el proceso de fusión y pacificación, Herrera y Obes soli­citó a Giró que integrara en su gabinete a dos minis­tros colorados. Al día siguiente se produjo un motín, anuncio de la Revolución de Flores. Se disolvieron las cámaras y Caravia dejó la fiscalía.

En 1856 asumió la presidencia Gabriel Pereira, del Partido Blanco. En 1858, en la octava legislatura, Cara­via resultó electo para representante del pueblo de Flo­rida, pero renunció a su escaño, ante el nombramiento de la Asamblea General para que integrara junto con el doctor Manuel Herrera y Obes, el Tribunal Supremo de Justicia. Asumieron el encargo el 12 de mayo de 1858. Durante 1858 colaboró también con la Comi­sión Mixta encargada de las relaciones anglo-francesas.

Bajo los gobiernos blancos de Gabriel Pereira (1856-1860), de Bernardo Berro (1860-1864) y el corto pe­ríodo de Atanasio Aguirre, continuó en el cargo de fiscal, llegando a ser camarista decano. Triunfante la revolución colorada de Flores, el general entra en Mon­tevideo en febrero de 1865. El nuevo Gobierno, aun conociendo la filiación política de Caravia, pero sabe­dor también de su capacidad como jurisconsulto, le pi­dió permaner en el cargo, pero Caravia lo rechazó.

No volvió a tener otro destino público desde en­tonces, disfrutó de una larga vida como ciudadano, respetado por todos los que conocían su prestigio y honestidad.

Murió en Montevideo, rodeado de su familia y mu­chos amigos, el 13 de mayo de 1890.

 

Bibl.: J. M.ª Fernández Saldaña, “Caravia Pérez, Bernabé Antonio”, en Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940), Montevideo, Amerindia, 1945; J. Pivel Devoto, Intentos de Consolidación Nacional (1860-1875), Montevideo, Medina, 1973; R. Goldaracena, El libro de los Linajes, Montevideo, Arca, 1978.

 

Beatriz Torrendell Larravide