Berro Larrañaga, Bernardo Prudencio. Montevideo (Uruguay), 28.IV.1803 – 19.II.1868. Empresario, político y gobernante.
Su padre, Pedro Berro, se había casado con Juana Larrañaga, hermana del sabio naturalista presbítero Dámaso Antonio Larrañaga. Pedro fue un empresario destacado y contribuyente en la recuperación de Buenos Aires después de las invasiones inglesas. El cuarto hijo, Bernardo Prudencio, vivió en su niñez la etapa de la independencia y su esmerada educación lo preparó para los cargos de gobierno que luego asumió con patriotismo y responsabilidad.
En mayo de 1825 se incorporó a las fuerzas patriotas que sitiaban Montevideo y actuó como comisario de guerra hasta noviembre de 1826. Concluida la guerra con Brasil, se hizo cargo de la estancia de la familia en Casupá (Uruguay). En 1832 regresó a Montevideo e integró la redacción de La Endiablada, periódico opositor al Gobierno de Rivera. En esta etapa se acentuó su inclinación por las letras.
En 1836 contrajo matrimonio con Práxedes Bustamante del Puerto. De su larga descendencia de doce hijos, permanecen en el Uruguay destacadas personalidades en las ciencias, artes y letras.
Al producirse el levantamiento de Rivera contra el presidente Oribe en 1836, se unió a las fuerzas del Gobierno y luchó en la batalla de Carpintería, recibiendo el grado de capitán.
En 1837 ingresó a la Cámara de Representantes, convirtiéndose en destacada figura política. Integró también la Comisión de Biblioteca y Museo, instalada en septiembre de ese año. En 1842, se trasladó con la familia a Río de Janeiro, donde residió durante dos años. Regresó a su país y pasó al campo sitiador para apoyar al general Oribe. Fue redactor de El Defensor de la Independencia Americana junto a Eduardo Acevedo y Carlos Villademoros. El Gobierno sitiador lo nombró juez provisorio de primera instancia en lo civil y miembro del Tribunal de Apelaciones. Fue ministro de Gobierno desde el 27 de noviembre de 1845 hasta el 8 de octubre de 1851, en que se firmó el pacto de la Unión.
Después de nueve años de guerra, la familia Oriental volvió a unirse con la frase “no hay vencidos ni vencedores”. El espíritu fusionista del ministro de Gobierno del Cerrito mucho tuvo que ver con este pacto.
El Gobierno provisorio en Montevideo, presidido por Joaquín Suárez, firmó un decreto el 20 de diciembre de ese año, en que se creó una Junta de Crédito Público, de acuerdo con el artículo 14 del tratado con el Brasil. En ese decreto se designaba a los miembros para la corporación, dos de ellos del Partido Blanco, Bernardo P. Berro y Juan Francisco Giró, y dos del Colorado, Alejandro Chucarro y Juan Miguel Martínez. Su cometido principal era oír a los acreedores del Estado, para emitir opinión conducente al arreglo de la deuda. Fueron nombrados los patriotas reconocidos por su capacidad y honestidad, para que hicieran posible esa difícil tarea.
En los comicios para representantes nacionales de la legislatura de 1852, Berro fue nombrado para el Senado por el departamento de Minas. Al dejar Suárez el Gobierno provisorio, el 15 de febrero de 1852, quedó por trece días como gobernante interino el presidente del Senado Bernardo Berro. El 1 de marzo asumió el cargo Juan Francisco Giró, que lo nombró ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores. El 4 de julio de 1853, acompañó al presidente, durante la crisis política que se inició con el motín del 18 de julio de ese año y que desembocó en la formación de un Gobierno provisorio. Asilado en un buque de guerra, Berro intentó provocar la reacción de la campaña para sostener al Gobierno legal de Giró. No tuvo éxito. En 1854 promovió la reorganización del Partido Blanco, mostrando su deseo de pacificación política.
Cuando asumió la presidencia Gabriel Pereira, Berro se dedicó a trabajar por la concordia nacional. Fue uno de los iniciadores de la llamada “política de fusión”. Formó un grupo de reflexión con personalidades de diferentes ideologías.
El 15 de febrero de 1857 nuevamente integró la Cámara de Senadores. En 1859 se le nombró presidente del Senado. Las elecciones de noviembre de ese año lo proclamaron para la Primera Magistratura. El 1 de marzo de 1860, las cámaras votaron por mayoría a Berro, que asumió el cargo como sexto presidente constitucional.
Su primer Gabinete, integrado por Eduardo Acevedo, Diego Eugenio Lamas y Tomás Villalba, proyectó una política de reforma en todos los planos. Comenzó por las mejoras en la producción agropecuaria, que sufría los desgarros de las guerras. Colaboró con la instalación de frigoríficos, nuevo método de conservación de carne. En este período disminuyó la deuda pública, y también impulsó la fundación de poblaciones en las fronteras. En 1862 se fundó el pueblo de Cevallos, actual ciudad de Rivera en la frontera con Brasil. Importante fue la reforma del sistema electoral, con el establecimiento del voto secreto para las elecciones municipales como paso previo a instalarlo en el Gobierno nacional.
En 1863, la llamada Cruzada Libertadora o revolución de Flores, con el apoyo del Gobierno argentino y el Imperio del Brasil, alteró la búsqueda de participación y democracia que había instalado Berro. A esto se sumó la presión de extranjeros del Brasil, Inglaterra y Francia.
La administración de Berro no pudo cumplir sus objetivos por la revolución de Flores. A pesar de los conflictos, cumplió su mandato y dejó el Gobierno al presidente del Senado, Atanasio Aguirre, el 1 de marzo de 1864. En este alto cargo, fue un administrador justo y honrado, difícil tarea en ese momento político en que el país se vio agitado por conflictos internos e internacionales. Su tolerancia no fue suficiente.
La revolución del general Venancio Flores en 1863 puso término al Gobierno legal. Dejó entonces su vida pública, pero no su adhesión al Partido Blanco. En noviembre de 1867, Juan P. Caravia y un grupo de ciudadanos blancos, entre ellos el general Lucas Moreno, el coronel Juan Lenguas y el comandante Agustín de Urtubey, piden una entrevista al expresidente Berro para iniciar una reorganización del partido. Berro no aceptó, pues aún buscaba la fusión y pacificación nacional. Sin embargo, asistió a otras reuniones partidarias y colaboró con un proyecto de toma al Fuerte de Montevideo. Serían varios los grupos que debían encontrarse para el asalto al Fuerte. Los que debían apresar a Venancio Flores lo encontraron acompañado y armado para la defensa. El asesinato fue atribuido a Berro, que fue también asesinado, sin saber de la muerte de Flores. El 19 de febrero de 1868, Montevideo se estremecía con el asesinato de dos líderes políticos, Flores y Berro.
La epidemia del cólera que había llegado desde el norte fue otro factor que hizo de 1868 un año trágico para el Uruguay.
Bibl.: A. Berro, Bernardo Prudencio Berro, vida pública y privada, Montevideo, Barreiro y Ramos, 1920, 2 vols.; J. M.ª Fernández Saldaña, “Berro Larrañaga, Bernardo Prudencio”, en Diccionario Uruguayo de Biografías, 1810-1840, Montevideo, Amerindia, 1945; J. E. Pivel Devoto (pról.), El caudillismo y la revolución americana, polémica entre Manuel Herrera y Obes y Bernardo Berro, Montevideo, Ministerio de Instrucción Pública, 1966 (col. Clásicos Uruguayos, vol. 110); A. Berro Sierra [“B. P. Berro Larrañaga”], en Revista del Instituto de Estudios Genealógicos, vol. 2 (1981).
Beatriz Torrendell Larravide