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Ismael González de la Serna

Biografía

González de la Serna, Ismael. Guadix (Granada), 6.VI.1898 – París (Francia), 30.XI.1968. Pintor.

Al año de su nacimiento se trasladó con su familia a Granada, ciudad que fue determinante para el desarrollo del futuro artista, pues en ella coincidió con un grupo de personalidades que constituyeron uno de los focos intelectuales más importantes de la época. Era la Granada de Manuel de Falla, de José Fernández Montesinos, de Gallego Burín, de Ángel Barrios, de Federico García Lorca, a quien De la Serna conoció en el colegio. Además el ambiente artístico de la ciudad era muy propicio, y el joven González de la Serna, que ya demostraba grandes aptitudes para la pintura, se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios. Ahí entabló amistad con el escultor Juan Cristóbal y el pintor Manuel Ángeles Ortiz.

En 1916 se trasladó a Madrid para continuar su formación en la Real Academia de Bellas Artes San Fernando.

Su vida en la capital era la típica de cualquier estudiante de arte del momento: pasaba largas horas en el Museo del Prado, visitaba las exposiciones, acudía a las tertulias de café lideradas por los personajes más conocidos de la intelectualidad de la capital. En este mundo González de la Serna destacó desde un principio como pintor precoz y ambicioso, y fruto de ello fue su primera exposición organizada en 1917 en el Ateneo de Madrid.

La vida en Madrid no le impidió continuar en contacto con Granada, donde inauguró en 1918 una exposición en su Centro Artístico con parte de las obras que expuso en Madrid. Eran unos trabajos que se movían en la órbita del posimpresionismo y más concretamente del simbolismo, sin perder de vista a los pintores españoles más aclamados del momento, como son Sorolla, Romero de Torres y Zuloaga.

De esa época era la cubierta que realizó para la primera obra publicada de su amigo Federico García Lorca, Impresiones y Paisajes (1918). Eran los años de la tertulia del Rinconcillo, que se reunía en el café de la Alameda, y a la que acudían entre otros, García Lorca, González de la Serna, Manuel Ángeles Ortiz y Manuel de Falla.

Ismael González de la Serna comprendió en 1921 que, a pesar del momento dulce que vivía, para desarrollar su arte era fundamental cambiar de aires, y dejó el bienestar de Granada y Madrid —donde empezaba a ser conocido— y se trasladó a París, donde, a costa de estar en el epicentro de la creatividad artística, pasó varios años de penuria, pero que al final le proporcionó lo que estaba buscando. Vivía en Montparnasse y se dejaba ver por los cafés frecuentados por los artistas. Ahí tomó contacto con el arte de vanguardia, y poco a poco fue desarrollando su estilo propio. Gracias a varias personas que conoció en los cafés, como Soutine y Kisling, llegó hasta los críticos Tériade y Christian Zervos, editores de la prestigiosa revista Cahiers d’Art, que le pusieron en contacto incluso con Picasso.

Llegaron así los años de mayor éxito de Ismael González de la Serna. Paul Guillaume le organizó en 1927 su primera exposición en París —compuesta por cincuenta lienzos— y Tériade le dedicó ese mismo año un importante artículo en Cahiers d’Art. Su nombre comenzaba a sonar en París como el de uno de los artistas más interesantes y con mayor proyección, y consecuencia de ello fue la adquisición de una obra suya por parte del Museo de Arte Moderno de París.

Este éxito tuvo eco en Alemania, sobre todo desde que la Galería Flechteim de Berlín realizó una exposición monográfica en el mismo 1927 y vendió todas las obras. Flechtein pasó a ser, a partir de este momento, su mayor garante y promotor, y así Ismael de la Serna se convirtió en un artista famoso en Alemania, vendiendo obras a importantes colecciones e instituciones, como el Museo de Manheim o la Galería Nacional de Berlín, museo que le dedicó una exposición en 1930.

La crítica le apoyó, y se publicaron numerosos artículos, destacando uno de Zervos en Cahiers d’Art en 1928, el de Jean Cassou en la publicación alemana Deutsche Kunst und Dekoration, siguiendo otros en diversas revistas. Firmó un contrato con la Galerie Zak, que le organizó una exposición en 1928 y otra en 1930. Sus obras ilustraban importantes publicaciones, como el lujoso número para bibliófilos dedicado a Góngora, editado por Cahiers d’Art en 1928. Los artistas reconocieron sus logros, y Picasso lo ensalzó como el nuevo Juan Gris.

La clave de su éxito estaba en su propia pintura. De la Serna, cuando llegó a París, conoció el cubismo en su última etapa, cuando Braque lo estaba abandonando, Picasso tan sólo ya realizaba esporádicamente algunas obras dentro de esta estética, con composiciones simples y colores planos muy armoniosos y elegantes, y Juan Gris y otros artistas, como Valmier, Gleizes, Marcousis, Survage, Lipchitz o Metzinger, eran los últimos representantes de este estilo. Precisamente en estos artistas, además de Gris y el último cubismo de Picasso, fueron en los que se basó Ismael de la Serna para desarrollar su visión del cubismo, donde lo que primaba eran estructuras muy simples, basadas en un vigoroso dibujo que enfatizaba la composición, realizada con colores muy llamativos y atractivos, sobre todo el azul y el amarillo.

Sin embargo, la gran peculiaridad de González de la Serna fue que, además de pintura cubista, poseía una gran producción de obra surrealista, expresionista, figurativa, y abstracta. Y resulta aún más sorprendente observar que estas diferentes estéticas no corresponden a diferentes períodos en su trayectoria, sino que eran contemporáneas entre ellas, y como tales convivían siempre en su arte a lo largo de su carrera. Por ello se puede decir que estos estilos eran diferentes campos de actuación paralelos que coexistían siempre en la obra de González de la Serna.

La imagen que llega de esa época es la de un artista que vestía con gran elegancia, y conducía automóviles de lujo. Era considerado el nuevo Picasso y, como tal, vivía entre París y la Costa Azul. Al igual que el artista malagueño, dirigió casi toda su actividad hacia Europa, dejando de lado España, donde su obra sólo era conocida por una muestra que realizó en Granada en el Centro Artístico en 1927, por sus publicaciones en Cahiers d’Art, o por el cuadro que reprodujo Giménez Caballero en su libro Hércules jugando a los dados (1928). Por todo esto, y con vistas a dar a conocer en España el arte que se realizaba en Europa, participó con varios de sus compañeros de París en tres muestras en España: Exposición de Pintores Españoles Residentes en París en el Jardín Botánico de Madrid (1929), la Exposición de Arte Regional de Arte Moderno en la Casa de los Tiros de Granada (1929) y Exposición de Arquitectura y Pintura Modernas en el Casino de San Sebastián (1930). Asimismo, entró en contacto con la Sociedad de Artistas Ibéricos, y mostró su obra en las exposiciones colectivas que esta organización hizo en Copenhague (1932), en Berlín (1933) y en París (1936), además de en una individual que presentó dicha Sociedad en sus locales en Madrid en 1933, con gran éxito de crítica, viajando esta exposición ese mismo año al Centro Artístico de Granada.

Poco después, lo que hasta ese momento fue una carrera exitosa en todos los sentidos, se vino abajo.

Su matrimonio con Suzane, quien fue compañera del crítico Zervos, tuvo funestas consecuencias para su trayectoria, al darle la espalda la crítica y muchos de sus amigos. Además, la ascensión de Hitler al poder en Alemania obligó a Flechtein a cerrar su galería en Alemania, perdiendo Ismael de la Serna uno de sus mercados más importantes.

Desde entonces y hasta bien entrada la década de 1950, desapareció del panorama artístico. Solamente se pudo ver obra en momentos puntuales, como en la Exposición de Artistas Republicanos Españoles en Praga en 1946. En esa época se encerró en su estudio y se concentró únicamente en la producción de obra, con el propósito de desarrollar su técnica y experimentar nuevos procedimientos.

Fue precisamente en Alemania, escenario de sus mayores éxitos, donde en 1952 reapareció Ismael González de la Serna en una exposición colectiva dedicada a los artistas de París en el Kunsthalle de Reckingshaussen (Essen). A esta exposición siguieron otras muchas, siempre fuera de España, como la titulada L’Art Français contemporain, organizada por Jean Cassou y el Museo de Arte Moderno de París en el Museo de Artes Plásticas de México en 1956, o en la Tate Gallery de Londres en 1963 en una muestra de arte cubista. También galerías comerciales —Hammer Gallery de Nueva York y Galerie Michel Boutin de París, ambas en 1963— incluyeron su obra en sus programaciones.

Murió en París el 30 de noviembre de 1968. Aunque nunca ha llegado a recuperar la fama de sus años gloriosos, en París es considerado un gran artista, y fe de ello es la gran exposición antológica de la obra del artista que se inauguró en 1974 en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París, como prueba de reconocimiento de la ciudad donde residió durante casi cincuenta años.

 

Obras de ~: Retrato del artista, 1916; Guitarrista, 1922; Vendedora de frutas y hortalizas, 1924; Contrabajo, 1925; La semilla, 1927; Vat 69, 1928; La plaza Massena de Niza, 1928; Naturaleza muerta con libro, 1928; Velero, 1929; Casa de las palmeras, 1930; Personajes a la orilla del mar, 1931; El gran inquisidor, 1932; Los girasoles, 1937; Bodegón a Cannes, 1942; La guerra, 1943; Árbol de Navidad, 1947; Composición abstracta, 1950; Puerto al anochecer, 1957; Refinería de Lacq, 1958; Paisaje de noche, 1965.

 

Bibl.: Tèriade, “Ismael de la Serna”, en Cahiers d’Art, n.º 1 (1927), págs. 55-63; C. Zervos, “Ismael de la Serna”, en Cahiers d’Art, n.º 2 (1928), págs. 18-27; C. González Ruano, “Ficha impresionista de veinte artistas españoles en París (1940-1942)”, en Anales y Boletín de los Museos de Barcelona, Barcelona, 1946; M. Guillén, Artistas españoles de la escuela de París, Madrid, Taurus, 1960, págs. 97-102; Cathelière, Ismael de la Serna, catálogo de exposición, Paris, Galerie Michel Boutin, 1963; G. Xuriguera, Pintores Españoles de la Escuela de París, Madrid, Ibérico Europea de Ediciones, 1974, págs. 108-117; J. Lassaigne et al., La Serna, París, Museo de Arte Moderno de la Villa de París, 1974; Ismael de la Serna, París, Granada, Banco de Granada, 1976; C. Rodríguez Aguilera, Ismael de la Serna, Barcelona, Ediciones Polígrafa, 1977; A. M. Campoy y E. Flórez, Ismael de la Serna (1898-1968), catálogo de exposición, Madrid, Centro Cultural Conde Duque, 1990; M. J. Salazar, Ismael de la Serna. Exposición antológica, catálogo exposición, Zaragoza, Caja Jalón, 1994; J. M. Bonet, Ismael de la Serna, catálogo de exposición, Madrid, Galería Miguel Espel, 1995; J. Pérez Segura, Arte Moderno, Vanguardia y Estado. La sociedad de artistas Ibéricos y la república (1931-1936), Madrid, CSIC, 2003, págs. 159-165; E. Quesada Dorador, De la Serna, catálogo de exposición, Granada, Ruiz Linares, 2004.

 

José Ignacio Abeijón Girález

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