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García Álvarez de Toledo

Biografía

Álvarez de Toledo, García. Señor de Valdecorneja (I). Señor de Oropesa (I). ?, c. 1320 – Ciudad Rodrigo (Salamanca), 9.III.1370. Noble, maestre de la Orden de Santiago, mayordomo.

Hijo de García Álvarez de Toledo II y de Mencía Téllez de Meneses. Se debe suponer que su nacimiento tuvo lugar en torno a 1320, pues en 1335 todavía debía ser menor de edad, actuando en su nombre su hermano Juan en el reparto de una propiedad familiar. Siendo joven ingresó en la Orden de Santiago de la que llegó a ser trece.

Ya en edad madura aparece el año 1354, con su hermano Fernando Álvarez de Toledo, entre los integrantes del séquito de caballeros de Pedro I, al celebrarse las vistas de Tejadillo. Sin duda, debió entrar a su servicio al final de los años cuarenta, cuando era todavía infante. Su apoyo al Monarca tuvo que ser importante, pues en enero de 1358 recibe del Rey el lugar de Segura, en término de Plasencia (Cáceres), así como los bienes confiscados a un vecino de esta ciudad condenado a muerte por traidor. Al año siguiente participa en la expedición marítima que Pedro I dirige contra Barcelona, permaneciendo durante algún tiempo en el Mediterráneo como patrón de la galera real al mando de veinte navíos; de ahí se desplazó al Estrecho para controlar el tránsito comercial de naves venecianas.

Estas actuaciones le permiten ascender a puestos más elevados, consiguiendo ser nombrado, en el año 1359, maestre de la Orden de Santiago, después del asesinato de Fadrique, hermanastro del Rey, desplazando a Gómez Arias, que había sido elegido para ocupar el cargo. Desde ese puesto va a prestar importantes servicios al Monarca. Por otra parte, ese mismo año es nombrado mayordomo mayor del recién nacido infante Alfonso, cargo en el que se mantiene hasta octubre de 1362, cuando éste muere prematuramente; también en 1362 Pedro I, en su testamento, le propone como tutor de sus hijos y testamentario, todo ello testimonio de la consideración en que le tenía Rey.

Su actividad política y militar es intensa. En 1360 es destinado a Alfaro como frontero de Aragón con seiscientos jinetes y en septiembre de ese mismo año participa en la ejecución de Gutierre Fernández de Toledo —acusado de negociar con el infante Fernando de Aragón—; en 1361 interviene en la batalla de Linuesa contra los moros de Granada y en 1362 en el prendimiento del rey Bermejo —a quien invita a un banquete y aprovecha la ocasión para despojarle de gran cantidad de joyas— y en la campaña llevada a cabo, en otoño, en la frontera de Aragón —se queda al frente de la guarnición de Calatayud, tras su conquista.

Al comienzo de 1366 se encuentra de nuevo en Logroño, defendiendo la frontera de Aragón, y acude con su hermano Fernando, que estaba en Calatayud, al llamamiento de Pedro I que había decidido replegarse a Andalucía desde Burgos, intimidado por la entrada en Castilla de Enrique de Trastámara. Los dos hermanos y otros nobles partidarios de Pedro llegan con el Rey a Toledo, donde García Álvarez es nombrado capitán mayor y guarda de la ciudad, encargado de su defensa. Cuando llega el recién proclamado rey Enrique a Toledo, tiene que lograr un acuerdo con García para que entregue la ciudad y renuncie al cargo de maestre de la Orden de Santiago.

En tres documentos del mes de abril se recogen las condiciones alcanzadas: por un lado, se conceden garantías personales a García, a sus hermanos —Fernando Álvarez y Gutierre, obispo de Palencia— y a su pariente Día Gómez de Toledo, alcalde mayor de Toledo; además nombra al obispo Gutierre notario mayor de Andalucía y miembro del Consejo Real; y, por otro lado, a cambio del maestrazgo de Santiago, que pasaría a ocuparlo Gonzalo Mejía, le entrega los señoríos de Oropesa y de Valdecorneja junto con 60.000 maravedíes “en tierra cierta” y la mitad de los bienes que había acrecentado estando al frente de la Orden de Santiago.

Las villas de estos señoríos no aceptaron de buen grado la decisión regia y se oponen a la toma de posesión del nuevo señor, por lo que tendrá que intervenir el Rey para que los respectivos concejos acepten, a finales de ese año, a García Álvarez de Toledo como señor y le rindan el pleito homenaje requerido.

A partir de entonces apoyará decididamente a Enrique en su camino hacia el trono; cae preso en la batalla de Nájera, en 1367, y también está presente en la definitiva batalla de Montiel, en marzo de 1369. Esta continuada colaboración con el futuro Monarca tendrá su recompensa. En junio de ese año, Enrique II, por una parte, le confirma por juro de heredad la donación de los señoríos de Valdecorneja y Oropesa; por otra, le concede los lugares de Jarandilla y Tornavacas, a costa de la ciudad de Plasencia; y por último, y más importante, le legitima los hijos bastardos habidos fuera del matrimonio. Además es nombrado mayordomo mayor de la reina Juana Manuel. Esta favorable situación se truncó pocos meses después: en marzo de 1370, muere en la guerra lusocastellana, durante el asedio de Ciudad Rodrigo, como consecuencia de una herida en el pie.

Se había casado, sin que se pueda precisar la fecha, con Estefanía de Monroy, hija de Fernán Pérez de Monroy, señor de Belvís. De esta unión no tuvo descendencia.

Sin embargo, había tenido tres hijos bastardos —Fernando, Pedro y Mencía— con María Petrel o de Loaísa, hija de García Jofre de Loaísa, señor de Petrel, a los que había conseguido legitimar con vistas a heredarlos en sus bienes. Cuando muere García Álvarez debían ser todavía menores de edad, pues por documentos posteriores se sabe que el mayor había tenido por tutor hasta que se casó a su tío, Fernando Álvarez de Toledo, con el que pleitea por considerar que éste se había apoderado indebidamende de Valdecorneja.

García Álvarez de Toledo, primer señor de Valdecorneja y Oropesa, fue enterrado en el convento de San Pedro Mártir de Toledo, según hace constar su sobrina Leonor de Toledo, viuda de mosén Rubín de Bracamonte, en una acción de varios vasos sagrados para la capilla en que también estaba sepultado su marido.

Al no haberse conservado el testamento de García Álvarez de Toledo, no están claros los motivos por los que el señor de Oropesa y Valdecorneja parece inclinarse por un reparto de sus bienes entre sus hijos y su hermano Fernando. Posiblemente, la situación irregular de los descendientes favoreció los intereses del tío que consigue que Enrique II le conceda el señorío de Valdecorneja a título personal. A los hijos de García les quedaban las villas de Oropesa, Jarandilla, Tornavacas y Cabañas. De los tres hermanos, Pedro muere pronto, por lo que esta parte de la herencia, con excepción de Cabañas que quedó para su hermana Mencía, pasará a Fernando Álvarez, con quien se continuará la rama de los Álvarez de Toledo, señores de Oropesa.

 

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Gregorio del Ser Quijano