Su labor se centró más en la docencia que en la práctica arquitectónica, por lo que se conocen muy pocas realizaciones de Luis Esteve. De origen jerezano, cursó los estudios en la escuela de arquitectura de Madrid, donde se tituló el 26 de marzo de 1882.

Al principio ejerció en su localidad natal, pero pronto realizó un trascendente viaje que reorientó por completo sus inquietudes profesionales. En 1884 fue comisionado por el contratista del mercado de abastos de Jerez para acudir al centro siderúrgico de Marchienne (Bélgica), con el fin de dirigir la construcción de unos pabellones de pescadería y panadería. Fue allí donde se despertó su interés por los nuevos materiales constructivos, en especial el hierro, y donde adquirió una cualificada formación práctica que entonces recibían pocos arquitectos españoles, los cuales, en general, no poseían buenos conocimientos para el empleo de las modernas estructuras metálicas. Gracias a esta especialización pudo participar, encargado del cálculo de estructuras, en obras tan importantes como el Banco de España (1884-1891) y la Biblioteca Nacional (1885-1892) bajo la dirección de los arquitectos Eduardo de Adaro y Antonio Ruiz de Salces, respectivamente. Los mismos motivos le permitieron, en 1890, acceder fácilmente a la cátedra de Resistencia de Materiales e Hidráulica, en calidad de profesor interino por el fallecimiento de su antecesor Jesús Lallave, aunque sólo un año después obtuvo definitivamente la plaza por oposición. Desde entonces se dedicó con carácter casi exclusivo al estudio y la enseñanza del cálculo de resistencia de materiales, faceta en la que llegó a ser considerado por sus propios compañeros como una destacada autoridad. No obstante, no resumió ni sistematizó sus conocimientos en ninguna publicación, por lo que no se cuenta con testimonios escritos de su trabajo. [...]