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José de Avellaneda y Sandoval

Biografía

Avellaneda y Sandoval, José de. Marqués de Torremayor (I). Yeles (Toledo), 2.IX.1632 – Madrid, 31.XII.1693 post. Militar y miembro de los Consejos de Guerra y Hacienda.

Nació en el seno de una familia representativa en la sociedad de su época. Su padre fue Lope de Avellaneda y Aguilar nacido en Escalona el 16 de enero de 1580, caballero de Santiago, y su madre Francisca de Sandoval y de la Cerda, natural de Tordesillas, viuda del duque de Peñaranda y conde de Miranda del Castañar, hija de los duques de Lerma. Ambos casaron en la parroquia de Santiago de Madrid el 3 de agosto de 1632. Con estos antecedentes su carrera parecía muy prometedora y así empezó con sólo trece años sirviendo en la Real Armada con un sueldo de 40 escudos al mes, aunque pronto sufriría de los avatares de la milicia y, en junio de 1647, se le dio licencia para curarse en Vinaroz (Castellón) de unas calenturas que le impedían prestar el servicio. No pareció este accidente quitarle los ánimos y ese mismo año, tras reintegrarse a la Armada en las guerras de Italia, en la Batalla de (Italia) se comportó heroicamente prestando servicio en la nave capitana que, en medio de la batalla naval, quedó desarbolada por unos cañonazos. Participando activamente en su defensa hasta poder tomar tierra junto con la tropa y marinería de la misma, peleó en primera fila del tercio de vanguardia donde resultó herido. Por esta decidida acción mandó el Rey que le dieran una compañía de infantería y se le hizo merced de la patente de capitán el 9 de abril de 1647, contando entonces con quince años de edad, compañía con la cual sirvió en las costas de Nápoles hasta que una grave enfermedad le obligó a retirarse.

De vuelta a España y recuperándose en casa de su madre en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), nació el que a la postre sería su sucesor, Melchor de Avellaneda y Sandoval, el 26 de diciembre de 1653, fruto de sus amores con Francisca Ramiro Jiménez, dama de honor de su madre y natural de Campo de Criptana (Ciudad Real), donde había nacido el 21 de marzo de 1610. El hijo, futuro marqués de Torremayor y de Valdecañas y caballero de Santiago, fue legitimado según consta en un acta realizada en el citado Alcázar de San Juan el 10 de abril de 1654 y luego ratificado en el testamento de José de Avellaneda.

Aprovechando su estancia en tierras familiares ingresó como caballero de la Orden de Calatrava en el año 1655. Poco después, en el año 1657, el Rey le haría merced del nombramiento de corregidor de Arequipa y Valle de Vitor en las provincias del Perú, donde sirvió por espacio de siete años dando tantas muestras de valentía y arrojo que finalmente fue ascendido a maestre de campo. Pronto surgirían oportunidades de seguir demostrando sus muchos méritos, y siendo virrey el conde de Santisteban le fue encargada la reconstrucción de Potosí que se encontraba a la sazón en un penoso estado de ruina. Con todo, las cosas se complicarían y darían ocasión a más muestras de valentía y méritos en medio de la convulsa situación del virreinato en aquella época. Una insurrección de mestizos y gente perdida, en el lenguaje de la época, ocasionó la muerte del corregidor de La Paz (Bolivia) que José de Avellaneda, con el apoyo del armamento que le concedió el virrey, sofocó rápidamente. Poco después, en otra revuelta en torno a los alrededores del puerto del Callao (Perú), una partida de bandidos ocasionó algún aprieto que también solucionó de forma satisfactoria y reconocimiento de sus superiores. A continuación, y a las órdenes del obispo de Arequipa, fue comisionado en la provincia de Pugno que tan bien conocía por sus años de gobernador, poniendo fin a una insurrección en la que se había herido al propio corregidor Ángel Peredo. Aún así, los tumultos seguían y en medio de la confusión murió el virrey. En esa situación tan conflictiva no dudó un momento, y en unión a Francisco Tello, corregidor de la provincia de Lampa, y Pedro de Macedo, gobernador de Chuquito, reunieron una fuerza de mil doscientos infantes y doscientos jinetes ante la cual los insurrectos se rindieron. Para montar dicha fuerza consiguió subsidios de los concesionarios de las minas de la zona y así, sin gastos para la Real Hacienda y sin una sola baja humana, se acabaron los enfrentamientos. En esta situación el nuevo virrey, el conde de Lemos, no dudó en nombrarle general de la Armada del Mar del Sur. Pero su carrera en las Indias, que no se circunscribió únicamente a la zona del actual Perú si no a otros lugares del virreinato donde se requirió su presencia, se vería reforzada por dos cargos más que ocupó transitoriamente, el primero con la ocasión de la muerte del gobernador de Chile dándosele de forma interina tal cargo y posteriormente la capitanía general de Panamá.

En el aspecto personal, José de Avellaneda conoció en Lima a la que sería madre de otros tres hijos suyos. Se trató de Juana Guillerma de la Cueva y Francia, natural de San Clemente de Pisco en Perú, y viuda del maestre de campo y regidor perpetuo de Arequipa Rodrigo de Pas y Orihuela. En su testamento, dado en la Ciudad de los Reyes de Perú, Juana hace mención a su relación con José que, siendo soltero, le había prometido formalizar su relación, de la cual les nacieron tres hijos: Lope que murió siendo niño, Pedro, y José, que luego iría a España donde seguiría la carrera militar tomando el ejemplo de su padre. En este mismo testamento reconoce que los planes de boda estaban en marcha cuando repentinamente él volvió a España. Juana murió en la casa del licenciado Juan de Angulo en la Ciudad de los Reyes de Perú el 22 de septiembre de 1699.

Ya en España, al menos en enero de 1677, ingresó en la Junta de Comercio y Moneda al servicio de Su Majestad, formada en los aposentos del duque de Medinaceli a la sazón valido real tras la muerte de Juan José de Austria. Este valido, con claros intentos reformistas, impulsaría una serie de medidas encaminadas al incremento del bienestar de un reino agotado y sumido en una conocida decadencia. Precisamente en este momento, José contrajo matrimonio en las casas de Pedro de Sosa de la calle del Postigo, Madrid, el 5 de diciembre 1676 con Inés de Orellana y Chacón, natural de Casarrubios del Monte (Toledo), donde había nacido el 2 de abril de 1655, hija de los marqueses de Orellana. En sus casas en la calle Leganitos de Madrid nacerían sus dos hijos legítimos Rodrigo y Francisca.

Dentro de ese ambiente de reforma, un aspecto destacable en esta época del personaje, y que ayuda a entender el carácter de la propia reforma, fue su notable biblioteca particular que llegó a acumular un total de trescientos cuarenta y tres tomos, gran número para la época, que iba desde los clásicos griegos y latinos hasta los grandes humanistas del renacimiento, pasando por obras de historia, artes, geometría, cálculo, genealogía y heráldica. Pese a todo, las reformas iniciadas acabaron en un completo fracaso, con una terrible devaluación del vellón, bancarrotas y estraperlo de grano que a la postre provocaron el estallido de revueltas que junto con la derrota militar con Francia, que con la Paz de Basilea en 1684 supuso la pérdida del Franco Condado, acabaron provocando la retirada del duque de Medinaceli y su muerte en soledad el año 1691, justo en el mismo año en que sería concedido, precisamente el 4 de abril de 1691, el título de marqués de Torremayor a José de Avellaneda, que continuó tras la marcha del valido su labor en el Consejo de Hacienda.

Poco después fallecería y, según su testamento otorgado en Madrid el 31 de diciembre de 1693, donde indica que es sargento mayor de Madrid, reconoce a todos sus hijos naturales mencionados y funda mayorazgo que con la muerte de su hijo legítimo José, habido de su matrimonio, recaería en el mencionado Melchor de Avellaneda y Sandoval.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Consejos, 9270, rel.1; Consejos, l.2752, a.1691, n.º 16; Órdenes Militares, Casamiento Calatrava, exp. 209; Órdenes Militares, Caballeros Santiago, exp. 745, 1706; Órdenes Militares, Caballeros Santiago, exp. 747, 1713; Órdenes Militares, Caballeros Calatrava, exp. 192; Órdenes Militares, Caballeros Santiago, exp. 746, 1780; Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5794, L.2, fols. 67-70; Contratación, 5431, n. 5, R 53; Indiferente, 128, n. 55; Indiferente, 115, n. 96.

F. Andújar Castillo, Consejo y Consejeros de Guerra en el siglo XVIII, Granada, Universidad, 1996; J. L. Barrio Moya, “La librería de don José de Avellaneda y Sandoval, primer marqués de Torremayor (1694)”, en Cuadernos para investigación de la literatura hispánica, 25 (2000), págs. 281-296.

 

Diego Valor Bravo de Medina

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