Ayuda

Juan José Mingolla Gallardo

Biografía

Mingolla Gallardo, Juan. Pasos Largos. El Burgo (Málaga), c. 1874 – Sierra Blanquilla, Ronda (Málaga), 18.III.1934. Bandolero andaluz.

Era el menor de tres hermanos. Sus padres, Cristóbal Mingolla y Ana Gallardo, constituían una modesta familia de labradores, que cultivaban unas tierras en el Puerto de los Empedrados, camino de El Burgo a Ronda, donde también explotaban un pequeño ventorro, frecuentado por arrieros. Sus primeros años transcurrieron muy discretos, apegado al terruño. Cumplidos los dieciséis sus padres abandonaron el ventorrillo y se trasladaron a La Romerosa, donde durante algún tiempo —siempre ocupado con los trabajos— aprendió, mal que bien, las primeras letras. En 1893 falleció el padre, y en 1895 Juan fue destinado a Cuba como soldado, permaneciendo allí hasta 1898, cuando habiendo sufrido los rigores de la última campaña colonial, regresó muy enfermo. Durante su ausencia, su hermano mayor había muerto y el otro, habiéndose casado, fijó su residencia en otro lugar. Sin haberse repuesto, Juan hubo de ocuparse él solo del duro trabajo del campo, hasta el óbito de su madre, en 1901. Desde entonces Juan quedó solo en casa, y alternó el trabajo con la caza, más o menos furtiva, la taberna y las cartas. Tuvo novia, que abandonó por no considerarla honrada. Acabó marchándose de La Romerosa y fue a vivir a las afueras de Ronda; allí no tardaron en darle el apodo paterno de Pasos Largos, por su peculiar forma de caminar.

Pronto se vio denunciado y perseguido por la Guardia Civil, debiendo cumplir algunas breves condenas.

Pretendiendo evitar la persecución, decidió cazar en otros lugares y lo hizo en un cortijo cercano a Ronda, El Chopo, desoyendo las advertencias que le hacía el cortijero, José Guerrero, alias Tribunero. Como no obteniendo todo el dinero que necesitaba de la caza furtiva, cometió algunos robos, cada vez de mayor cuantía.

Asaltó fincas en las proximidades de Ronda —una de ellas en pleno día y a la vista del guarda, al que amenazó con su vieja escopeta—, llevándose cuanto de valor hallaba. Mientras tanto, Tribunero y su hijo José le denunciaron a la Guardia Civil, que se conformó, esta vez, con detenerle y darle una gran paliza. Tan pronto se repuso, juró venganza y la tarde del lunes 8 de mayo de 1916 sorprendió al hijo del cortijero y le disparó dos veces a quemarropa, alcanzándole en la cabeza, rematándole “para que no sufra” con una especie de pequeña hoz que éste llevaba encima para cortar leña, llamada en aquella zona “calabocillo”. Luego buscó al padre y con la afilada herramienta le asesinó cruelmente, dándose a la fuga. Descubriendo el doble crimen la Guardia Civil inició su persecución. Pero oculto en lo más abrupto de la serranía —que conocía como la palma de su mano— siempre escapó al acoso, gracias también a desinteresadas ayudas y ciertas complicidades. El mal nombre de Pasos Largos comenzó a sonar.

Un día del mes de junio de 1916 consiguió sorprender a una pareja de guardias civiles que estaban descansando sin sus fusiles a mano. Les desarmó fácilmente y les hizo volverse a Ronda, según el propio Mingolla sólo con la intención de darles un buen susto. Su prestigio se incrementó enormemente con tal suceso. Habiéndose enterado de que un rico propietario, Diego Villarejo Moreno, había hablado despectivamente de él en la Venta de Cuevas del Becerro, le esperó la mañana del domingo, 16 de julio, en el camino de Zaharillas, le secuestró y amenazándole de muerte, le obligó a acompañarle a la Sierra, hasta llegar a su escondrijo, situado en la Cañada del Almendro.

Pese al serio peligro que corría su vida, Diego Villarejo se mostró entero en todo momento, gesto que Pasos Largos admiró en lo que valía. Después de negociar un elevado rescate —Mingolla exigió 40.000 reales, que finalmente se redujeron a 10.000— y en la espera mientras llegaba el dinero la mutua prevención se acabó convirtiendo en sincera amistad. Satisfecho el rescate, el secuestrado le regaló su reloj y cadena de oro. Acerca de este secuestro, que produjo enorme revuelo, Hernández Girbal escribió: “Ya nadie se considera seguro. Todos esperan ser en cualquier momento, víctimas del bandido. Llueven protestas sobre las autoridades. Clama la prensa pidiendo que terminen tan bochornosos hechos. Aquel tardío rebrote del bandolerismo debe ser cortado rápidamente”.

A principios de agosto, Santiago Alba y Bonifaz, ministro de Gobernación, dispuso el envío de más de doscientos guardias civiles a la Serranía de Ronda.

Preocupado, buscó Mingolla un lugar para esconderse y creyó haberlo encontrado en la choza de unos pobres cabreros en el Peñón de Mure, cerca de Montejaque.

María Gamero, la esposa del cabrero, fingió acogerle, aceptó su dinero, le dio de comer, pero vertió alguna pócima en su café que le dejó adormilado permitiéndole avisar a los civiles, era el sábado 12 de agosto de 1916. Pasos Largos despertó en el momento en que los guardias irrumpieron en la choza, se defendió y con sendas balas en el brazo y la pierna izquierda, sin desprenderse de su dinero, saltó por una cortadura de diez metros, quedando malherido. Llegó, como pudo, a Ronda al anochecer del 15 de agosto. Había habido fiesta y corrida de toros y así logró pasar desapercibido y refugiarse en el café propiedad de Antonio Sibajas, al que pidió avisase a la Guardia Civil, ya que deseaba entregarse. Herido y totalmente vencido, fue aclamado en su traslado por algunas gentes del pueblo.

Compareció ante un Consejo de Guerra —no ante un Tribunal Civil— que el martes, 1 de mayo de 1917 le condenó a cadena perpetua por sus muchos delitos, y a seis años más por insultos a la fuerza armada. Se le envió al penal de Figueras (Gerona); allí observó buena conducta hasta 1925, cuando en permanente contacto con otros delincuentes fue modificado su carácter, cada vez más agresivo, rebelde y amigo de pendencias. Protagonizó este año, juntamente con el Niño de los Brillantes, Caraquemada y otros presidiarios un violento intento de fuga en que se vio muy comprometido el personal penitenciario. Su prolongada prisión y las duras condiciones en que se desarrolló, le causaron un gran quebranto físico, tal como lo cuenta Hernández Girbal: “A sus cincuenta y siete (años) es un hombre seco, acecinado, blanca la cabeza y con la piel pegada a los huesos”. Enfermo de tuberculosis pulmonar, pasó largas temporadas en la enfermería de la cárcel.

A principios de 1932, suprimido el penal de Figueras, se le trasladó al gaditano del Puerto de Santa María.

Habiendo observado de nuevo buena conducta y favorecido por diversos indultos, recobró la libertad en marzo de aquel año. Regresó a Ronda, pero no encontró trabajo, hasta que su antiguo secuestrado y amigo, Diego Villarejo, se lo proporcionó como guarda de una de sus fincas. A los pocos meses acabó marchándose para volver a la caza furtiva. Posteriormente encarcelado por este mismo delito recobró la libertad en enero de 1934 y regresó a Ronda. No tardó, a falta de otra ocupación, en volver a la caza furtiva y a cometer algunos robos y asaltos.

Tras haber recibido una información del jueves 15 de marzo de 1934 que aseguraba haber visto a Pasos Largos merodeando por Sierra Blanquilla, las fuerzas de la Guardia Civil de diversos puestos, concentradas en Ronda, al mando del capitán Rodrigo Hernández Gutiérrez, le sorprendieron el domingo 18 sobre las seis y media de la mañana escondido en la conocida como Cueva del Parmito. Sin dejarse prender, Mingolla recibió dos balazos, uno en el vientre y otro en el pecho, mortales ambos.

Su cuerpo fue llevado a lomos de una caballería al depósito de Ronda y enterrado al día siguiente.

Su vida fue llevada al cine en 1986, en el filme Pasos- Largos protagonizado por Tony Isbert y dirigido por Rafael Moreno Alba.

 

Fuentes y bibl.: Dirección General de la Guardia Civil (Madrid), Servicio de Estudios Históricos.

A. de Villafranca, Los bandoleros. Mito y realidades, Barcelona, Dux, Ediciones y Publicaciones, s. f.; L. Alonso Tejada, Gente de Trabuco. Historia del bandolerismo español, Barcelona, Editorial Bruguera, 1976; F. Hernández Girbal, “Pasos Largos, el último bandido”, en Historia y Vida, n.º 154 (enero de 1981); www.ucm.es/info/museoafc/loscrim inales/criminales/ paginas/pasos/201 largos.html.

 

Fernando Gómez del Val

 

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares